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El pro= ceso de Reducción de la Pobreza Multifuncional en Panamá a través de las práctic= as internacionales de Responsabilidad Social Corporativa.    

 

Fernando T. Tomas de Cavia= 1*

1UDIMA- Universidad de Madrid, Doctorando en Derecho y Sociedad, Departamento de Administración y Dirección de Empresas.

 *Autor para correspondencia. Email: de.cavia@hotmail.com

 

Recibido: 22 de ene= ro de 2019

Aceptado: 27 de feb= rero de 2019

______________________= _______________________________________________________________Resumen

Uno de los beneficios que aporta la Inversión Extranjera Directa (IED) cuando la misma se acompaña de prácticas y polític= as de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es la reducción de la pobreza, especialmente cuando dichas inversiones se realizan en países en vías de desarrollo.  Panamá es uno de los m= ayores receptores de Inversión Extranjera Directa de la región latinoamericana y, = por lo tanto, debería poder utilizar los recursos, tangibles e intangibles, suf= icientes como para poder reconducir sus altos índices de pobreza, considerando todos= los aspectos multifuncionales de esta. No obstante, en el año 2017, el índice de pobreza multifuncional de Panamá sitúa en torno al 19.1% la población que se encuentra en dicha circunstancia, lo que representa en términos absolutos 777,752 personas y un total de 138,410 hogares.  No parece que las buenas prácticas empresariales estén obteniendo los beneficios deseados en la sociedad panameña por lo que es fundamental conoc= er qué está causando esta carencia y cuáles son las fórmulas para reconducirla= .

Palab= ras clave:  Reducción de la Pobreza – Panamá – Inve= rsión Extranjera Directa – Responsabilidad Social Corporativa

 

 

Abstr= act

One of the benefits of Direct Foreign Investment (FDI) when it is accompanied by practices and policies of Corporate Social Responsibility (CSR) is poverty alleviation, especially when such investments are made in developing countr= ies. Panama is one of the largest recipients of Foreign Direct Investment in the Latin American region and, therefore, should be able to capture enough tang= ible and intangible resources to redirect its high poverty rates, considering all the multifunctional aspects of it. However, in 2017, Panama's multifunction= al poverty index stands at around 19.1% of the population, representing in absolute terms 777,752 people and a total of 138,410 households. It does not seem that good business practices are obtaining the desired benefits in Panamanian society, so it is essential to know what is causing this lack of success and what are the formulas to redirect it.

Key words: Poverty Alleviation – Panama – Foreign Direct Investment – Corporate Social Responsibility.

  

1  Introducción

Según establecen las directrices que emanan de los Objetivos del Milenio (ODM), la pobreza debe analizarse considerando la misma desde un punto de vista multifuncional, no solo desde= el punto de vista de la falta de ingresos económicos.   En definitiva, se trata de valorar y considerar, además de la mencionada falta de ingresos, todos aquellos aspec= tos que sufren los menos afortunados, como pueden ser las carencias en educació= n, vivienda, medioambiente, condiciones de trabajo y salud. =

En el caso de la República de Panamá, el enfoque de pobreza multidimensional f= orma parte de la agenda global plasmada a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, propuestos por los países que forman parte de las Naciones Unid= as y adoptados por Panamá como pauta para el desarrollo. 

Al utilizar dicho enfoque, el Índice de Pobreza Multidimensional de Panamá: Año 2017 (Gobierno de Panamá, 2017) obtiene resultados sorprendentes, toda vez que la República de Panamá goza de unos niveles de inversión y crecimie= nto que son envidiados por todo su entorno regional.  Los resultados del informe muestran que= el 19.1% de la población presenta pobreza multidimensional, lo que representó = en términos absolutos 777,752 personas y un total de 138,410 hogares, en 2017.= Las cifras son todavía más alarmantes si atendemos a los resultados obtenidos en las Comarcas Indígenas, las cuales alcanzan cifras más propias de países co= n un alto grado de deterioro en el nivel de desarrollo. En efecto, el nivel de pobreza multifuncional en las Comarcas Ngäbe Buglé (93.4% de población en situación de pobreza multifuncional), Comarca Guna Yala (91.4% de población= en situación de pobreza multifuncional) y Comarca Emberá (70.8% de población en situación de pobreza multifuncional), obtiene unos valores que superan en 4= .5 veces el valor del promedio nacional de la República.

El hecho de que la Inversión Extranjera Directa, cuando se acompaña de práctic= as de Responsabilidad Social Corporativa, aporta muchos beneficios al país que= la recibe, incluyendo la reducción de la pobreza, es algo comprobado y analiza= do empíricamente en todas las regiones del mundo.  Siendo Panamá el primer atrayente de Inversión Extranjera Directa en Centroamérica y el primero en términos porcentuales sobre el Producto Inter= ior Bruto de la Región Iberoamericana, algo parece no funcionar en el modelo panameño.  No obstante, muchos de l= os habitantes de la región confían en las bonanzas de dichas prácticas, espera= ndo que el mundo empresarial aporte a la sociedad aquello que los estados local= es no parecen capaces de hacer.

El presente análisis tiene como objetivo analizar el modelo de Responsabilidad Social Corporativa llevado a cabo en la región Iberoamericana y concretamen= te en Panamá, con la finalidad de determinar por qué no es capaz de reducir la pobreza multifuncional, ni de aportar a la sociedad panameña aquello que sí= que aporta en otras regiones del mundo.

 

 

2   Revisión de la bibliografía. La Inversión Extranjera Directa como Potenciador de la Responsabilidad Social Corporativa y Catalizador para la = Reducción de la Pobreza.

Son varios los autores que propugnan que la Inversión Extranjera Directa que va acompañada de políticas, prácticas y estándares de Responsabilidad Social Corporativa es un dinamizador de las economías y una potente herramienta pa= ra la reducción de la pobreza, especialmente cuando las inversiones se realiza= n en países en vías de desarrollo.     Analizaremos a continuación es estado del arte en esta materia, con = las aportaciones más relevantes de los teóricos que han investigado en este tema.  No debe extrañarlos la alta presencia de autores de origen indio o asiático, puesto que la zona oriental del planeta ha sido la mayor perceptora de Inversión Extranjera Directa y, = por lo tanto, la que mayor número de estudios presenta en materia de RSC.<= /o:p>

Afirman desde la Organización de las Naciones Unidas que “El desafío que suponen las políticas de RSC en los países en vías de desarrollo está enmarcado en la visión que en el año 2000 afloró a partir de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el cual consideró un mundo con menos pobreza, mejores condiciones = de vida, menos hambrunas, menos enfermedades, mejor educación, mejora de la igualdad de oportunidades y un medioambiente más cuidado”. (UN, 2006: 3). <= o:p>

Según Kolstad & Tondel (2002), “Cuanto mayor sea el nivel de IED, m= ayor será el nivel de crecimiento económico, lo que permitirá un mejor desarrollo social y otros objetivos de desarrollo” En su línea argumental, los autores propugnan que “el grado en que el progreso económico y social mejora la vid= a de todos los miembros de la sociedad se identifica a través de la distribución= de la riqueza y reducción de la pobreza”.

Carroll (1991) iden= tifica en su modelo de Pirámide de RSC, que existen cuatro categorías de responsabilidad vinculados con la RSC, siendo la última de estas la responsabilidad filantrópica. Afirma el autor que “La filantropía abarca aquellas acciones corporativas que se realizan en respuesta a las expectati= vas de la sociedad de que las organizaciones empresariales se comporten como bu= enos ciudadanos.  Esto incluye el compro= miso activo en actos, programas, campañas o acciones que promuevan el bienestar humano. Ejemplos de filantropía incluyen las contribuciones empresariales en forma de recursos económicos, o tiempo ejecutivo, de recursos humanos o técnicos, hacia aspectos como puedan ser el arte, la educación, la reducció= n de la pobreza, la mejora de la salud o cualquier otra necesidad social”. 

El autor Visser (20= 09:481) afirma que “Las prácticas y políticas de RSC se vienen aplicando en los paí= ses en vías de desarrollo desde los inicios de la actividad económica de estos”.  Continúa su argumento afir= mando que “Existe un poderoso argumento que identifica que la RSC en los países en vías de desarrollo está directamente vinculada con el entorno socioeconómic= o en el que las organizaciones empresariales operan y, sobre todo, en las prioridades de desarrollo que estas conllevan. Eso se vincula con la reducc= ión de la pobreza, la provisión de salud, desarrollo de infraestructuras y educación”.  El autor continúa su argumento afirmando que “prácticas y políticas que promuevan la reducción d= e la pobreza y la buena gestión medioambiental, deben ser puestas en práctica por las organizaciones empresariales multinacionales, en sus inversiones en paí= ses en vías de desarrollo.

Newell (2005), argumenta que “como respuesta a = las crisis económicas, sociales, medioambientales, vinculadas a la salud o industriales, que sufren, principalmente, los países en vías de desarrollo,= la RSC es un modelo de respuesta por parte de las empresas. Un ejemplo de ello= fue el rol que estas desarrollaron en el proceso de reducción de la pobreza que= se creó como consecuencia de las crisis en Argentina durante los años 2001 y 2002”.

En el año 2004, Hop= kins, señala que “La necesidad de afrontar las cuestiones vinculadas a bajos estándares en el nivel de vida, explotación, pobreza, desempleo y la forma = en la que se puede promover el desarrollo social en general ha sido, hasta la fecha, casi obligación exclusiva de los gobiernos.  Claramente, estos, continuarán ostentan= do un rol preponderante en estas áreas, pero paulatinamente se está convirtiendo = en una cuestión de asociación y colaboración entre los gobiernos, el sector privado empresarial y la sociedad civil”.

En su análisis sobr= e los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Valor (2009) propugna que “Se trata de determinar si las multinacionales, principalmente de las economías desarrolladas de los países del norte, pueden contribuir a los ODM a través= de la RSC en los países con economías en vías de desarrollo, siendo el primer objetivo erradicar la pobreza y el hambre”.  Continúa su argumento afirmando que “Las organizaciones empresariale= s y algunos organismos de la ONU (Proyecto del Milenio) entienden que las empre= sas deben reducir la pobreza con la finalidad de mejorar sus negocios.  La sociedad civil y la Comisión para el Desarrollo del Sector Privado entienden que las multinacionales deben reduc= ir la pobreza porque es moralmente bueno y no como un fin para mejorar los resultados empresariales”.

El patrimonio de ut= ilizar la RSC como herramienta para la erradicación de la pobreza no es exclusivo = de las grandes multinacionales. La autora Lewicka-Strzalecka (2013) identifica= que “en el mundo empresarial, desde grandes multinacionales a pequeños proyecto= s de inversión, se dispone de unas capacidades y activos únicos y esenciales para contribuir al desarrollo sostenible de nuestro planeta y nuestras economías, jugando un rol fundamental e indispensable con gobiernos, sociedad civil y comunidades locales a la hora de solventar problemas y contingencias deriva= dos de la actividad empresarial, así como afrontar desafíos globales como son el hambre, la pobreza, la desigualdad, el desempleo y el cambio climático”.

Mientras los países desarrollados priorizan la protección de los consumidores y los negocios justos, los países en vías de desarrollo presentan como prioridad la reducc= ión de la pobreza.   Como claramente id= entifica Jenkins (2005:540) "vista la falta de un foco explícito en la reducció= n de la pobreza, la primera cuestión que debe ser respondida es si la RSC, tal y como se practica en la actualidad, ayuda indirectamente a dicha reducción".

Akwaowo & Swans= on (2016) afirman que “Las multinacionales, a través de su IED deben enfrentar= la importante decisión sobre cómo actuar de acuerdo con las directrices de la = RSC, para, entre otras cosas, reducir la pobreza en los países receptores de est= a”.

El equipo compuesto= por Park et al., (2014) identifican el rol de los directivos y managers de las organizaciones empresariales, afirmando que “estos normalmente aceptan crea= r y ejecutar actividades transparentes y cooperativas que fomenten la sostenibilidad a largo plazo, implicándose en la reducción de la pobreza y = en las responsabilidades sociales de las regiones en las que las multinacional= es invierten.  Reconocer la pobreza co= mo una realidad y el hecho de que si no es controlada y reducida puede afectar al éxito futuro de sus organizaciones”.

El objetivo de redu= cción de la pobreza se encuadra dentro de una estrategia global y multicultural. = El prestigioso directivo indio Iqbal Sharma (2014) afirma que “La pobreza persistente y los problemas sociales y medioambientales son parte del modelo tradicional de los negocios internacionales.  Para alcanzar un desarrollo sostenible en el actual entorno globaliz= ado, las compañías y los gobiernos deben realizar una aproximación nueva que ten= ga en cuenta las contingencias que derivan del antiguo modelo”.

La disminución de la pobreza parece ser solamente uno de los aspectos de mejora que aporta la RS= C en los países en vías de desarrollo que reciben Inversión Extranjera Directa de calidad. Como afirma Ismah (2009) “La prácticas de RSC identifican diferent= es roles en su aplicación, entre los que destacan una mejoría en las relacione= s e interdependencias entre la sociedad y la comunidad, un modelo de costes compartidos en el caso de degradación medioambiental, un esquema de transferencia de tecnología desde los países avanzados a aquellos en vías de desarrollo, posibilidad de reducción de la pobreza en las comunidades, mejo= ra al respeto por los derechos humanos y facilidades a la hora de compartir ba= ses de datos que faciliten las funciones de las organizaciones públicas”. 

El rol de la socied= ad civil, principalmente a través de organizaciones sin ánimo de lucro, tambié= n es preponderante a la hora de accionar mecanismos de reducción de la pobreza. = Tal y como afirman Al-Shammari & Masri (2016) “Aspectos como el cambio climático, los negocios éticos o la reducción de la pobreza son atendidos p= or este tipo de organizaciones y, por lo tanto, están influyendo en las prácti= cas de las empresas, motivando un profundo impacto en la forma en la que los negocios son gestionados”.

Los profesores Brow= n et al., (2004) aseguran que la IED ha jugado un importante rol en la reducción= de la pobreza, así como en el incremento de las condiciones salariales y labor= ales en los países en vías de desarrollo. Por esa razón, muchos países emergentes han implementado nuevas políticas y reformas para propiciar la atmósfera correcta que atraiga la IED, de forma que consigan reducir la pobreza, crear oportunidades laborales, fomentar el crecimiento económico, proteger el medioambiente, crear nuevas infraestructuras, atraer innovaciones tecnológi= cas y políticas fiscales y de buen gobierno.

Según el Fondo Mone= tario Internacional, FMI (2013:6) “Con políticas y estándares de RSC, las economí= as locales pueden beneficiarse de las ventajas inherentes a la Inversión Extranjera Directa, entre ellas el alivio a la pobreza y una mejor redistribución de la renta”.

Por su parte, Khan (2000), estableció que “Para la reducción de la pobreza deben concurrir al menos dos condiciones: (i) debe existir crecimiento económico con una base sostenible y continuada y (ii) el crecimiento económico debe ser neutral con respecto a la redistribución de la renta, reduciendo las desigualdades”.   También Ravallion & Datt (1999) af= irman que “La pobreza persistente de una parte sustancial de la población mitiga = las capacidades de crecimiento económico.  En adición a lo anterior, la reducción de la pobreza presenta una mejor gestió= n en el caso de que las terceras partes interesadas o stakeholders de las organizaciones empresariales se vinculen con esta y formen parte del proces= o”. 

Una de las más dest= acadas aportaciones al tema la realizan Rossi & Dupont (2016) cuando afirman q= ue “La filantropía se configura como una herramienta que puede utilizarse para= la reducción de la pobreza y la obtención de objetivos medioambientales.  Por ejemplo, los actuales programas de financiación y fomento de las energías renovables y la utilización de bio-f= uel pueden contribuir a la creación de puestos de trabajo y el fomento del empr= esariado local, lo que contribuye a el incremento de la calidad de vida y la reducci= ón de la pobreza en los países en vías de desarrollo.   Los fondos empleados en ello deben que= dar sometidos a rigurosos controles y modelos de reporte que faciliten el segui= miento de su uso correcto.  Son las organizaciones no gubernamentales y algunas organizaciones caritativas las = que, juntamente con las empresas multinacionales y sus programas de Responsabili= dad Social Corporativa, facilitan dichos fondos y contribuyen a la reducción de= la pobreza, siendo los miembros de las comunidades locales, los beneficiarios = de estos programas”. Continúan su argumento manifestando que “La forma en la q= ue los gobiernos utilizan sus presupuestos para dotar de recursos a las políti= cas de reducción de la pobreza, el compromiso de las compañías multinacionales = con dichos objetivos, a través de sus políticas y prácticas de Responsabilidad Social Corporativa, la consideración de los intereses de todas los stakeholders, modelos de control, transparencia, responsabilidad y cumplimiento, mecanismos de buen gobierno corporativo, modelos efectivos de comunicación que eliminen asimetrías de la misma, así como la restructuraci= ón de los modelos de funcionamiento de las filiales que las organizaciones emp= resariales multinacionales disponen en países en vías de desarrollo, sin duda contribu= irán a la reducción de la pobreza, facilitarán un medioambiente limpio y descontaminado, lo que incrementará la calidad de vida de las actuales y futuras generaciones”.

Lamentablemente, algunas prácticas corporativas como son: políticas de precios de transferencia, evasión de impuestos, abuso de poder= en el mercado, reducción de la pobreza o fomento de la igualdad no son, en muc= has ocasiones, parte de las agendas de las organizaciones empresariales multinacionales en sus políticas y actividades de inversión extranjera directa.  Esta afirmación es confir= mada por autores como Henderson (2001), Branco y Rodrigues (2007), o Amaeshi et = al (2006).

 

3   La pobreza multidimensional en Panamá

El concepto de pobreza no solo puede suscribirse a la falta de recursos económ= icos o materiales debiendo considerar todos sus aspectos multidimensionales.  Su medición tradicional se ha basado en= el cálculo de la fuente de ingresos como fórmula para mediar la capacidad de adquirir bienes y servicios, pero este modelo olvida varios aspectos que inciden en la pobreza de los pueblos, como son el acceso a la educación, sa= lud, empleo o vivienda.   Es por esta ra= zón que la pobreza requiere de una fórmula de medición “multidimensional” que permita abarcar elementos que nos ofrezcan un mejor entendimiento de lo que significa ser pobre. Aflora así la necesidad de disponer de un índice que capture con mayor detalle el nivel de privaciones que experimentan aquellos= que viven en condiciones de pobreza, por lo que surge el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).

Según se afirma en el informe denominado = Índice de Pobreza Multidimensional de Panamá: Año 2017 (Gobierno de Panamá, 2017) “en la actualidad el enfoque de pobre= za multidimensional forma parte de la agenda global plasmada a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), propuestos por los países que for= man parte de las Naciones Unidas y adoptados por Panamá como pauta para el desarrollo”.  Los ODS establecen co= mo su primer objetivo “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mund= o”, teniendo como meta específica "de aquí a 2030, reducir al menos a la m= itad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en = la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales”. 

Continúa el informe afirmando que “El concepto de pobreza multidimensional toma en consideración de modo integral las múltiples privaciones y carencias que experimentan simultáneamente los individuos y hogares en múltiples dimensio= nes del bienestar distintas al ingreso, tales como salud, educación, trabajo, m= edio ambiente, nivel de vida, entre otros.  El IPM representa una forma de medir estas privaciones y carencias de las personas, aportando una visión integradora de la situación y revelando el n= ivel de pobreza multidimensional en un país. La información que arroja el IPM pu= ede ser desagregada por área geográfica, subgrupos de personas o carencias específicas. Por ejemplo, una persona puede estar en condiciones de pobreza= multidimensional por no tener acceso a atención médica, mala nutrición y falta de agua potab= le, mientras que otra puede estarlo por experimentar carencias de electricidad, precariedad de la vivienda, desempleo o poca escolaridad. De allí el enfoqu= e de la pobreza como es un fenómeno multidimensional”.

Los indicadores del IPM utilizados para el estudio realizado en Panamá para el = año 2018, identifican las siguientes dimensiones:

-          Educación:  Identificando la falta de asistencia a = la escuela, la repetición de curso, una o más veces dentro de un mismo año esc= olar o un resultado educativo ineficiente.

-          Vivienda, servicios básicos y acceso a internet: Que se basa en la precariedad de los materiales utilizados para la construcción de la viviend= a, el nivel de hacinamiento por habitación, la carencia de electricidad o la f= alta de acceso a internet.

-          Ambiente, entorno y saneamiento: Que resalta la afección de los hogares como consecuencia de fenómenos naturales, la precariedad en el acceso por vías de comunicación terrestres, la inadecuada gestión de los residuos o la carenci= a en las infraestructuras de saneamiento de aguas residuales. =

-          Trabajo: Que analiza el nivel de desempleo en el núcleo familiar, el nivel de precariedad en el empleo y el sometimiento laboral debido a incumplimientos= en los derechos laborales básicos.

-          Salud: Ponderando el acceso a los servicios públicos o privados de salud, el contr= ol del embarazo o la carencia y disponibilidad de agua potable.

 

Los resultados que se obtienen del Índi= ce de Pobreza Multidimensional de Panamá: Año 2017, son los siguientes:<= /o:p>

1)&n= bsp;     Una primera aproximación que analiza la distribución geográfica de la pob= reza en Panamá obtiene como resultados los siguientes:

 

a)&n= bsp;      Los resultados para el año 2017 indicaron que el porcentaje de personas en condición de pobreza multidimensional se ubicó en= el 19.1%, lo que representó en términos absolutos 777,752 personas.  En cuanto a hogares, se encontraron en condición de pobreza multidimensional el 12.2% de estos, lo equivalente a 1= 38,410 hogares.

b)&n= bsp;     En las comarcas indígenas fue en donde se presenta= ron las mayores proporciones de personas pobres multidimensionales, siendo el n= ivel de incidencia el siguiente: Comarca Ngäbe Buglé (93.4%), Comarca Guna Yala (91.4%) y Comarca Emberá (70.8%).  = El promedio de estos tres valores supera en 4.5 veces el valor del promedio nacional.

c)&n= bsp;      En cuanto a las provincias, las tres con mayor porcentaje de personas en condición de pobreza multidimensional y por encima del promedio nacional, fueron: Bocas del Toro (44.6%), Darién (40.0%) y Coc= lé (22.6%). En las dos primeras habitan una amplia población indígena, 62.6% y 31.1% respectivamente, Mientras en el resto tienen menores proporciones: Los Santos (4.2%), Herrera (7.2%) y Panamá (8.5%).

d)&n= bsp;     Una comarca indígena y dos provincias concentran el 53.7% de las personas en pobreza multidimensionalmente (417,851 personas), estas son: la comarca Ngäbe Buglé (24.6% o 191,634) y las provincias de Pan= amá (17.1% o 133,237) y Panamá Oeste (12.0% o 92,980).  Esta comarca es la que mayores niveles = de pobreza ostenta, mientras que en las provincias la misma se sitúa por debajo del 16.0%.  Por el contrario, en una comarca indígena y tres provincias se encuentra el 5.5% o 42,581 personas privadas: Darién (2.8% o 21,606), comarca Emberá (1.1% u 8,603), Herrera (1= .1% u 8,456) y Los Santos (0.5% u 3,916).   En esta comarca aproximadamente 7 de cada 10 personas y en Darién 4 = de cada 10 están en pobreza multidimensional, mientras que en Herrera y Los Sa= ntos esta relación es apenas de 7 y 4 de cada 10 personas.

e)&n= bsp;      Las personas multidimensionalmente pobres experimentaron su condición con una intensidad de 43.5% a nivel nacional.  En otras palabras, en promedio los pobr= es multidimensionales tienen carencias en 8 o más indicadores simultáneamente dependiendo de la dimensión en que se encuentren.

f)&n= bsp;      Teniendo en cuenta que la población específica de estudio son las personas en condición de pobreza multidimensional, al desagregar los resultados por áreas geográficas, podemos observar que el ni= vel de carencias que experimentan estas personas en cualquier parte del país es= un poco similar, pero a la vez relativamente alto.  Es así como, en las comarcas indígenas Ngäbe Buglé y Güna Yala fue en donde el nivel del promedio de carencias fue mayor, la intensidad de la pob= reza en cada una fue de: 55.0% y 49.7%, respectivamente. Es decir, que en promed= io las personas en condición de pobreza multidimensional en estas comarcas est= án privados alrededor de la mitad de los indicadores que conforman el índice p= ara Panamá.  En el caso de la tasa de intensidad de la Comarca Emberá (42.2%), estuvo muy por debajo de la presen= tada por las dos comarcas anteriores e incluso fue menor a la del promedio nacio= nal.

g)&n= bsp;     En el caso de la provincia de Bocas del Toro, que = fue la que presentó la mayor tasa de incidencia de pobreza, también concurrió c= on el más alto porcentaje de intensidad (42.3%). Pero no fue así en el caso de= la segunda y tercera provincia con mayor incidencia (Darién y Coclé), seguidas= por las provincias de Veraguas y Colón, con un promedio de carencias de 42.0% y 39.9%, respectivamente.  Lo que evi= dencia también, en contra parte con lo sucedido con la provincia de Bocas del Toro, que no necesariamente en donde hay una mayor cantidad de personas en condic= ión de pobreza es en donde esas mismas personas presentan el mayor número de carencias en promedio.

h)&n= bsp;     Al realizar el análisis por regiones, las comarcas indígenas fueron las que presentaron los mayores Índices de Pobreza Multidimensional.  En el caso de la= Ngäbe Buglé el índice IPM se ubicó en 0.514.  Entre los principales factores que contribuyeron a que las personas multidimensionalmente pobres de esta comarca vivan en esta condición estuvieron: logro educativo insuficiente (11.4%), precariedad del empleo (10.1%), manejo inadecuado de los residuos (8.4%), desempleo y trabajo fami= liar sin remuneración (7.7%), y precariedad de los materiales de la vivienda (7.= 5%).

i)&n= bsp;       En la comarca Güna Yala resultó un índice IPM de 0.455.  También fue común en esta c= omarca que el indicador de logro educativo insuficiente (12.2%) y la precariedad d= el empleo (11.1%) fueron los dos indicadores con la mayor contribución a la pobreza multidimensional. No obstante, a diferencia de la comarca Ngäbe Bug= lé, el tercer y cuarto indicador con mayor contribución fueron: la carencia de servicio sanitario (10.1%), hacinamiento (9.6%), seguido del manejo inadecu= ado de los desechos (9.4%).

j)&n= bsp;       En la Comarca Emberá el índice IPM fue de 0.299.  La contribución a este índice presentó = una configuración similar a la de Ngäbe Buglé, pero no siguiendo el mismo orden= o porcentaje de contribución, con la excepción de los indicadores de desemple= o y trabajador familiar; este último resultando como quinto indicador con mayor contribución a la pobreza multidimensional fue repitencia escolar (8.4%).

k)&n= bsp;     Siguiendo este mismo orden, las provincias con los mayores índices de pobreza multidimensional fueron: Bocas del Toro (18.9%), Darién (15.9%), Coclé (8.7%), Veraguas (8.0%) y Colón (6.6%).  En general, entre todas las divisiones administrativas fueron comunes los indicadores con mayor contribución al IPM.  Sin embargo, dentro de estas 5 provincias con mayores niveles de pobreza multidimensional, otros indicador= es también presentaron contribuciones altas. Por ejemplo, en el caso de Coclé = como quinto indicador que contribuye a la pobreza multidimensional estuvo el acc= eso a las vías de comunicación terrestre (8.2%), en Veraguas este mismo indicad= or ocupó el cuarto lugar en contribución (8.6%) y la carencia de electricidad = en la vivienda (7.0%), y en Colón, como quinto indicador con mayor contribució= n se encontró la falta de acceso a servicios de salud (7.9%).<= /p>

 

2)&n= bsp;     Por lo que hace referencia a la educación, los resultados obtenidos identifican que:=

 

a)&n= bsp;      La de educación (23.9%) es la magnitud que en mayor medida contribuye a la pobreza multidimensional.  De los tres indicadores que miden las carencias en esta dimensión, el logro educativo insuficiente fue el de mayor contribución (12.4%) e incluso dentro del total de indicadores.<= /span>

b)&n= bsp;     El 15.3% de las personas viven en hogares en pobre= za multidimensional por este indicador, el 43.6% correspondió al grupo de pers= onas en condición de pobreza que debió contar como mínimo con una educación media completa, 40.2% por aquellos que no contaron con educación primaria complet= a y el 16.2% por los adultos mayores que no saben leer y escribir.

c)&n= bsp;      El 14.0% de niños o adolescentes, entre 6 y 17 año= s, que asisten a la escuela indicaron haber repetido una o más veces un año escolar.  En esta condición se enco= ntró que un 8.0% de la población que vive en hogares multidimensionalmente pobre= s.

d)&n= bsp;     Al menos un niño o adolescente, entre 4 y 17 años,= no asistió a la escuela, lo que según la IPM 2017 corresponde al 6.7%.  Como resultado se obtuvo que el 6.4% de= la población reside en hogares en pobreza multidimensional por este indicador.=

 

3)&n= bsp;     Atendiendo a la vivienda, servicios básicos y acceso a internet, el estudio identifica que:<= /o:p>

 

a)&n= bsp;      El indicador con mayor contribución dentro de la dimensión fue sin uso de internet, arrojando que un 5.9% y de las personas multidimensionalmente pobres el 9.8% viven en hogares que no tuvieron acces= o al uso del internet en los últimos seis meses.

b)&n= bsp;     El segundo indicador con mayor contribución dentro= de esta dimensión fue el de la precariedad de los materiales de la vivienda. Un 8.5% de las personas multidimensionalmente pobres residían en viviendas que= no contaban con los materiales adecuados, dependiendo del área o de las características propias del entorno que inciden en el tipo de vivienda utilizada.

c)&n= bsp;      Finalmente, el indicador donde la menor cantidad de personas en pobreza multidimensional (6.3%) fue privado en esta dimensión f= ue carencia de electricidad en la vivienda.  Se consideró carente a aquellas personas= que utilizaban como fuente principal de alumbrado en la vivienda el queroseno, combustible diésel, gas, velas u otro tipo de recurso.

 

4)&n= bsp;     En el apartado de ambiente, entorno y saneamiento, el estudio identifica como principales conclusio= nes las siguientes:

 

a)&n= bsp;      En Panamá, 3.3% de la población que vive en hogares multidimensionalmente pobres, ha sido afectada por daños a su vivienda a ca= usa de fenómenos naturales.

b)&n= bsp;     El 8.1% de las personas residentes en hogares pobr= es multidimensionales, cuenta con una vía de comunicación principal en condici= ones desfavorables para su libre paso durante el año, interfiriendo de este modo= en el acceso de las familias a otro tipo de servicios, como pueden ser servici= os médicos, económicos o escolares, entre otros.

c)&n= bsp;      Existe un 13.9% de las personas residentes en hoga= res considerados pobres multidimensionales, que tiene un manejo inadecuado para= la eliminación de los residuos generados, tanto para el área rural como la urb= ana.

d)&n= bsp;     El 9.1% de la población de hogares multidimensionalmente pobres, presenta carencias en las infraestructuras de saneamiento de aguas residuales, tanto en el área urbana como en el área ru= ral. Esto trae como consecuencia enfermedades como la diarrea, que afecta principalmente a los niños menores de 5 años, además de problemas de malnutrición.

 

5)&n= bsp;     En lo que respecta a trabajo, se obtienen las siguientes conclusiones:

 

a)&n= bsp;      El desempleo en Panamá es un problema netamente urbano, ya que en las áreas rurales casi toda la población económicamente activa se dedica a actividades como la agricultura o la pesca, mientras que= los trabajadores familiares sin pago los encontramos mayormente en las áreas rurales de Panamá. Un hogar se considera privado en el indicador desocupado= y trabajador familiar sin pago si al menos una persona de 18 años o más de ed= ad está desocupada, o es ocupada como trabajador familiar sin pago, o es potencialmente activo, entendiéndose que es parte de la población no económicamente activa, pero está disponible para trabajar.  El 9.7% de estas personas residen en ho= gares multidimensionalmente pobres.

b)&n= bsp;     Un hogar se considerará pobre multidimensional si = al menos una persona empleada con contrato de trabajo escrito y seguro social,= de 18 o más años que trabaja 40 o más horas percibe ingresos inferiores al sal= ario mínimo.  El 1.6% de las personas residentes en hogares pobres multidimensionales, presenta dichas circunstan= cias.

c)&n= bsp;      Un hogar se considera privado por precariedad del empleo, si al menos una persona de 18 años y más de edad ocupado es: emplea= do y no tiene un contrato escrito o no paga seguro social, empleada doméstica sin seguro social, trabajador por cuenta propia sin seguro social a excepción de agricultores, gerentes, administradores y profesionales o trabajador cuenta propia en la agricultura que no tienen ingreso independiente y lo que produ= cen es para autoconsumo. En Panamá, 14.9% de la población que vive en hogares multidimensionalmente pobres, se considera en precariedad del empleo.<= /o:p>

 

6)&n= bsp;     Por último, en lo que respecta a la salud, podemos deducir las siguie= ntes conclusiones:

 

a)&n= bsp;      Un hogar es carente en el acceso a servicios de sa= lud, si al menos una persona, que haya sufrido alguna enfermedad, accidente o quebranto de salud, aunque este haya sido pasajero, no haya consultado a un especialista o en su defecto, consultó a familiares u otros miembros del ho= gar o a un curandero.  En Panamá, 8% de= la población que vive en hogares multidimensionalmente pobres, presenta carenc= ias por falta de acceso a servicios de salud. 

b)&n= bsp;     Apenas un 1.6% de las mujeres en hogares multidimensionalmente pobres, no obtuvo atención prenatal durante su embara= zo.

c)&n= bsp;      En Panamá, el 8.8% de las personas residentes en hogares multidimensionalmente pobres, son carentes en la disponibilidad de = agua potable, ya sea por el tipo de fuente o el escaso tiempo que el hogar cuenta con el suministro.

En el Multimensional Review of Panamá – Volu= me 1 y 2, publicado por la OCDE en 2017, en cuanto a la gestión de la pobreza,= destacan los dos siguientes aspectos:

1-&n= bsp;     Panamá de= be hallar nuevas formas de crecimiento, además, del Canal de Panamá, el sector financiero y la construcción, actividades o sectores que parecen incapaces,= por sí solos, de seguir impulsando el progreso socioeconómico y la inclusión. Asimismo, muchos de quienes en los últimos años lograron escapar de la pobr= eza siguen siendo vulnerables y podrían volver a caer en la misma si se produje= ra una desaceleración económica.

2-&n= bsp;     Aunque = el organismo reconoce que Panamá ha logrado mejoras socioeconómicas en las últimas décadas gracias al fuerte crecimiento económico, debería enfoca= rse en una agenda de reformas para convertirse en un país de altos ingresos, so= stenible e inclusivo. En ese sentido, la OCDE remarca que el desarrollo inclusivo y sostenible de Panamá dependerá en gran medida de la capacidad de lograr tres objetivos principales: 1-Desarrollar mejores habilidades y empl= eos formales. 2-Promover la convergencia de las regiones rezagadas y reducir las disparidades territoriales mejorando el sistema impositivo. 3- Mejorar la contribución del sector privado en la financiación para el desarrollo.=

 

 

4   El modelo de Responsabilidad Social Corporativa en América Latina y El Caribe.

Una forma de paliar= la pobreza en los países en vías de desarrollo es a través de las prácticas, políticas y estándares de Responsabilidad Social Corporativa que nacen del mundo empresarial.  Gran parte del = debate en esta materia se centra en el estudio de casos de empresas individuales, aplicación de las mejores prácticas, así como en argumentos morales y filosóficos que pretenden fomentar la adopción de códigos de RSC por parte = de las organizaciones empresariales.  = Este debate se origina en los países ricos del norte, pero paulatinamente gana importancia en los países en vías de desarrollo.   En general existe una diferencia relev= ante entre los estándares y actividades de RSC en los países americanos desarrollados (USA y Canadá) y el resto de la región americana. Podríamos diferenciar cuatro estadios en el nivel de desarrollo de la RSC en las amér= icas (Haslam, 2004):

-&nb= sp;         Corriendo: Estados Unidos y Canadá.

-&nb= sp;         Alcanzando: Países que pertenecen al entorno = de la OCDE, con un nivel aceptable de desarrollo en América Latina, como son Argentina, Chile, Brasil y México.

-&nb= sp;         Caminando: El resto de los países de América = del Sur.

-&nb= sp;         Estancados: Países de Centroamérica y el Cari= be.

En el segundo rango= de países (alcanzando) existe una actividad de RSC privada significativa, la c= ual incluye compañías privadas, asociaciones empresariales, gobiernos, sociedad civil y mundo universitario. Hay que destacar que la proximidad de México c= on Estados Unidos motiva una mayor integración entre los negocios entre ambos países que quedan amparados por la NAFTA (North American Free Trade Agreeme= nt). Asimismo, estos países se encuentran bajo el amparo de las Guías de Conduct= a de la OCDE para empresas multinacionales, que facilitan y promueven las prácti= cas y estándares de RSC.

El resto de los paí= ses de América del Sur (caminando) presenta una diferencia significativa con respe= cto al primer grupo ya que sus actividades de RSC son mucho más limitadas.  Entre este grupo existen grandes difere= ncias, ya que el nivel que alcanza Colombia, sin ser el mismo que el del primer gr= upo de países, es mucho más avanzado que el que puedan tener Venezuela o Bolivia.   En este tercer grupo de = países se observa una baja participación del sector privado y menos implicación de= los gobiernos locales.  No obstante, el incremento en la participación de organizaciones multilaterales (por ejempl= o, el United Nations Development Programme “UNDP”) está promoviendo el Global Compact en la región. Hay que destacar tal vez las iniciativas de algunas O= NGs y de algunos programas universitarios sobre RSC.

Por último, el grup= o de los países de Centroamérica y el Caribe (estancados) se observan niveles de actividades y prácticas de RSC muy bajos a pesar de que en algunos de estos países existe un alto nivel de ingresos que proviene, principalmente, de actividades turísticas en general o actividades logísticas, comerciales o construcción, en el caso de Panamá.   El compromiso de los gobiernos locales es prácticamente inexistente y el del sector privado destacan, por algo más de proactividad, Costa Rica y Trinida= d, gracias al trabajo de asociaciones industriales. Panamá destaca por la presencia de algunas asociaciones profesionales (SUMARSE) trabajando para promover la RSC.

Por lo tanto, podem= os identificar tres tendencias globales de RSC en las américas:

-&nb= sp;         El sector privado es relativamente débil y mu= cha de la promoción de la RSC se realiza por parte de asociaciones industriales= o asociaciones privadas.

-&nb= sp;         El compromiso gubernamental con la RSC es muy débil y no se integra dentro de sus políticas globales.  Hay que destacar el rol de las organiza= ciones multilaterales. (UNDP)

-&nb= sp;         La cobertura de los medios está bastante extendida en las economías más industrializadas. Los cursos o asignaturas de CSR están incluidos en la programación de escuelas de negocios (probablemen= te reflejando la norteamericanización de las escuelas de negocios en todo el hemisferio, un fenómeno que es particularmente fuerte en México). También existen ONG independientes que trabajan para avanzar en la agenda de la RSC, pero son poco numerosas y activas.

Si bien la responsabilidad social corporativa a menudo se presenta como una iniciativa voluntaria de las empresas con la finalidad de ser buenos ciudadanos corporativos, la realidad es que las empresas privadas que eligen adoptar e implementar códigos CSR están en el centro de un sistema de presiones, incentivos y defensa que involucran a muchos otros actores. Esto es particularmente cierto en América Latina y el Caribe, donde las presiones e incentivos a menudo se originan fuera del país en el que la empresa tiene s= us operaciones. Diferentes actores influyen en el sistema de RSC, destacando e= ntre ellos las empresas domésticas, la sociedad civil a través de las ONGs, sindicatos, organizaciones empresariales y, sobre todo, empresas extranjeras que a través de sus acciones de Inversión Extranjera Directa fomentan la RS= C en las economías locales y en sus actores (clientes, proveedores, gobiernos).<= span style=3D'mso-spacerun:yes'>  En definitiva, la RSC en América Latina= se basa en un conjunto de interacciones entre diferentes sistemas locales, regionales e internacionales, entre los que destacar la influencia de los actores internacionales en los sistemas locales.

Por lo que respecta= a las entidades públicas o multilaterales, la influencia los países de la OCDE del hemisferio norte (Canadá, México y Estados Unidos), así como algunos del hemisferio sur (Argentina, Brasil y Chile), han asumido el compromiso de cr= ear “Puntos de Contacto Nacionales” (PCN) encargados de promover a nivel nacional las Directrices de la OCDE para empresas multinacionales: el instrumento clave = de la organización que define las responsabilidades del buen ciudadano corporativo. Dichos PNC permanecen relativamente aislados dentro de las burocracias gubernamentales, con pocos recursos para la divulgación, el diá= logo con las empresas y la promoción.  La pieza central del esfuerzo multilateral para promover la responsabilidad so= cial corporativa en las Américas fue la Conferencia de las Américas sobre Responsabilidad Social Corporativa, que representó el cumplimiento de una promesa hecha en el Plan de Acción de la Cumbre de las Américas de Quebec en 2001. La Organización de los Estados Americanos (OAS), la American Agency f= or Cooperation and Development (IACD) y el Inter-American Development Bank (ID= B) están trabajando para promover y fomentar las prácticas y estándares de RSC= en la región Latinoamericana.  También= por parte del World Bank se han creado una serie de materiales de aprendizaje y un foro web para aclarar y fomentar la RSC en América Latina.= Por último, desde las Naciones Unidas a través del United Nations Development Program (UNDP) han sido activos en Latinoamérica promoviendo la adherencia de las organizaciones empresariales locales y regionales al Global Compact, el cual debe “Servir como un marco de referen= cia y diálogo para estimular las mejores prácticas y lograr la convergencia en = las prácticas corporativas en torno a valores compartidos universalmente” (Kell= y Ruggie, 1999: 104).

En cuanto al sector privado latinoamericano, La mayoría de las empresas que ostentan un elevado nivel de actividad, tienen algunas actividades que pueden clasificarse como participación de la comunidad, o demostrar una buena ciudadanía corporativa, independientemente de si han publicado códigos o principios de ética empresarial o RSC en su sitio web. Estos proyectos incluyen un amplio espec= tro de actividades, desde el apoyo a eventos culturales y deportivos, desarrollo social, educación, salud y medio ambiente. Muchas de las mismas empresas que publican actividades de RSC en sus sitios web, no parecen tener códigos de = RSC regularizados con principios u obligaciones específicos, que la empresa se comprometa a cumplir. Solo algunas pocas de estas empresas han publicado proyectos o recursos destinados a la RSC.  También es común, en la región, la prevalencia de fundaciones corporativas a través de las cuales se coordinan la mayoría de los proyectos filantrópicos, lo que sugiere que, “las compañías latinoamericanas desean controlar cuidadosamente el cumplimiento de sus obligaciones de la RSC dent= ro de una organización que fortalece el reconocimiento de su marca y trabaja c= on su estrategia de marketing, en lugar de distribuir la filantropía a través = de organizaciones de terceros” (Haslam, 2004).    Según el autor, “la diferencia más significativa entre las empresas latinoamericanas y aquellas que provienen del norte del continente es que, = en estas últimas, prolifera la regulación de códigos y estándares vinculados a= la RSC y su información es fácilmente accesible a través de sus páginas web y = esto forma parte de un estilo de información transparente sobre el gobierno corporativo, circunstancia que no se produce en Latinoamérica”

Por lo que respecta= a la sociedad civil latinoamericana, esta se configura como un conglomerado de diversos tipos de organizaciones que pasan desde aquellas inspiradas por valores religiosos a las que se fundamentan en principios empresariales. Tampoco son iguales los intereses de este tipo de organizaciones, destacando las diferencias de las ONGs, independientes del mundo empresarial, de las organizaciones sectoriales o empresariales, por lo que las organizaciones verdaderamente independientes del mundo empresarial que trabajan a favor de= la RSC en Iberoamérica son pocas y mayoritariamente se encuentran financiadas = por fundaciones privadas y organizaciones multilaterales. Se trata de una socie= dad civil “amigable” en lugar de ser “combativa” y eso se debe, sin duda, al po= der que el mundo económico/político presenta en la región, por lo que la agenda= de RSC en Latinoamérica queda vinculada a las organizaciones que la financian = y a los intereses de estas.    Estas organizaciones realizan actividades muy similares a aquellas realizadas en = los países desarrollados, entre las que destacan la promoción de encuestas, guí= as de integración, mejores prácticas, construcción de redes de contacto, confe= rencias o grupos de trabajo, todos ellos vinculados a la RSC.    Sería exagerado afirmar que el verdad= ero interés por la RSC en América Latina solo proviene de fuentes externas, pue= sto que las demandas de los consumidores exigiendo buenos ciudadanos corporativ= os es creciente, especialmente en los países más avanzados como México, Chile, Argentina o Brasil.  En definitiva,= las organizaciones de la sociedad civil, dentro de su diversidad, son actores c= lave en la promoción de la RSC en América Latina, siendo la financiación desde el exterior parte del impulso detrás de este crecimiento, lo que puede ser preocupante puesto que limita el debate que permite comprender sus efectos y alentarlas a actuar. 

Podemos concluir afirmando que el sistema de promoción de la RSC está regularmente estableci= do en América Latina y el Caribe. Cuenta con el respaldo financiero de agentes externos (ej. OCDE, matrices de empresas multinacionales, etc.) y se ejecut= a a través de una red de organizaciones locales de la sociedad civil, oficinas gubernamentales, instituciones académicas y empresas privadas que no ceden = su gestión a terceros.  No está claro = que este sistema se traduzca en acciones concretaras y que, por lo tanto, sea d= igno de ser financiado con los escasos fondos de las organizaciones multilateral= es de desarrollo. La debilidad clave del sistema de RSC en América Latina es q= ue, este, no se somete ni a la supervisión ni a la promoción de su cumplimiento= por parte de terceras partes independientes. Reconocer cómo funciona el sistema= de RSC en América Latina y el Caribe es clave para entender cómo promover la adopción de códigos internos de ética y conducta y para aumentar la serieda= d de ese compromiso. Convertir los compromisos de RSC en resultados es, por lo tanto, una cuestión de:

-&nb= sp;         Promover la adopción de códigos de RSC, con criterios específicos, evaluados y auditados por terceras partes independientes.

-&nb= sp;         Fortalecer agencias y ONGs independientes cap= aces de evaluar el cumplimiento de los códigos y estándares de RSC. <= /span>

-&nb= sp;         Financiar investigaciones que alumbren la for= ma en la que los incumplimientos estatales afectan a la RSC en América Latina.=

-&nb= sp;         Construir una metodología común para evaluar = los efectos de la RSC que se aplique a nivel sectorial o de país, contribuyendo= a la generación de datos agregados que permita el establecimiento de políticas específicas de esta materia.

-&nb= sp;         Fomentar que las empresas e iniciativas priva= das confíen sus prácticas de RSC a terceras partes especializadas en lugar de realizar acciones vinculadas con su marca y su estrategia de marketing e im= agen corporativa.

Schimidheiny (2006) cuestiona “la apropiación de una RSC importada en América Latina, donde las contingencias más acuciantes, como son la reducción de la pobreza y la defraudación fiscal no se incluyen en la conceptualización del este tipo de responsabilidad”.  Como contraste, = De Oliveira (2006) argumenta que “Las aproximaciones locales del desarrollo de= la RSC, en América Latina, pretenden responder a los muchos problemas sociales= y medioambientales de la región, como son la deforestación, el desempleo, la desigualdad en los ingresos, el crimen organizado y la corrupción”. También= son relevantes las opiniones de Mateo et al. (2017), que afirman que “En los pa= íses Iberoamericanos, la RSC se aplica, en muchas ocasiones, por influencia de l= os clústeres industriales y su acción sobre el medioambiente, la responsabilidad laboral= y la reducción de la pobreza.” Dicho autor realiza un argumento de una forma = más constructiva, afirmando que “La RSC es vista por muchos latinoamericanos co= mo una esperanza de cambio que afronte la pobreza persistente, la degradación medioambiental, la corrupción y el estancamiento económico”.

Según Petry et al. (2015) “Las principales actividades de inversión soc= ial en la región Centroamericana son por orden de importancia: educación, medio ambiente, salud, empleo.    En Pana= má son, también por orden de importancia: Educación, Medioambiente, Cultura y Deporte, Salud, Desarrollo Económico de la Comunidad.  Por lo general, las empresas selecciona= n las temáticas hacia las cuales enfocan su inversión social en función de las fortalezas del negocio y las características particulares de su actividad.<= span style=3D'mso-spacerun:yes'>  Lo que buscan es mitigar los impactos negativos que provocan, maximizar sus aportes a la sociedad o una combinaci= ón de las dos estrategias.  (por ejemp= lo, una empresa con un alto consumo de agua busca compensar esta huella con programas de recuperación de cuencas hidrográficas).   Las principales poblaciones atendidas = por los proyectos y programas de inversión social en la región son:  Las comunidades de impacto directo con = la empresa, la niñez, las personas en condición de pobreza, la juventud, la adolescencia y las mujeres.   Las empresas centroamericanas son conscientes del rol fundamental que tiene el sector privado en el desarrollo de un país. Señalan que la mejor aportación social que pueden realizar es la contribución y creación de empleos decente= s, pagos de impuestos y provisión de bienes y servicios.  Las empresas desempeñan un rol importan= te en la construcción y fortalecimiento de la gobernabilidad de la sociedad y deb= en complementar la acción pública sin reemplazar el rol del estado u otros age= ntes comprometidos con el desarrollo. Otro aspecto clave es una postura empresar= ial ética y responsable, que consideran necesaria pero no suficiente.  El punto de partida debe ser el de no h= acer daño a la sociedad, haciéndose cargo de los impactos negativos que generan = en su entorno social, económico y ambiental”.

 

5  Conclusiones y recomendaciones.

El hecho de que la Inversión Extranjera Directa, cuando va acompañada de Responsabilidad Social Corporativa, aporta una serie de ventajas a las economías de los países en vías de desarrollo, entre las que se encuentra la reducción de la pobreza, está acreditado a nivel académico y práctico. Son muchos los autores que postulan esa afirmación y muchos los gobiernos que aplican políticas e incentivos de atracción de la Inversión Extranjera Dire= cta, conocedores de los beneficios que esta aporta al país receptor y a su econo= mía.

Comparadas con las prácticas, políticas y estándares de Responsabilidad Social Corpora= tiva llevadas a cabo por empresas europeas o norteamericanas, las actuaciones llevadas a cabo en la región Centroamericana parecen ser las más distantes = al modelo que propugnan los países avanzados. Algunos autores califican a los países de Centroamérica y El Caribe como “estancados” en cuanto a la capaci= dad de comportarse como buenos ciudadanos corporativos a sus organizaciones empresariales.  No obstante, la Responsabilidad Social Corporativa es vista por muchos latinoamericanos como una esperanza de cambio que afronte la pobreza persistente, la degradación medioambiental, la corrupción y el estancamiento económico.

A pesar de que en Panamá se realizan importantes esfuerzos en cuanto a la promoción de la Responsabilidad Social Corporativa por parte de empresarios, organizaciones, sociedad civil y, sobre todo, organismos multilaterales internacionales, algo parece no estar funcionando si las ratios de pobreza multidimensional se mantienen tan altos.

Panamá es el país de la región Iberoamericana que más Inversión Extranjera Directa atrae con respecto al Producto Interior Bruto.   En porcentaje, la IED se situaría en torno al 9% del PIB en términos brutos.   No obstante, sus ratios de pobreza son altos, un 19.1% de la población total, lo que representó en términos absolutos 777,752 personas y un total de 138,410 hogares.   La situación es todavía más preocupante si nos centramos exclusivamente en las comarcas indígenas donde se presentan las mayores proporciones de personas pobres, siendo el nivel de incidencia el siguiente: Comarca Ngäbe Buglé (93.4%), Comarca Guna Yala (91.4%) y Comarca Emberá (70.8%).  El promedio de estos tres valores super= a en 4.5 veces el valor del promedio nacional y es muy similar al de las regiones menos avanzadas del planeta.

Las causas de esas preocupantes cifras las debemos buscar en el modelo de Responsabilidad Social Corporativa que se aplica en Panamá, cuyas características resumo a continuación:

-          Las organizaciones empresariales gestionan la Responsabilidad Social Corporativa bajo el régimen de su marca y como parte= de su campaña de marketing, priorizando el beneficio y reconocimiento de su im= agen corporativa, o la de su fundador, sobre otros aspectos. <= /p>

-          Normalmente no se delegan las funciones y acciones= de Responsabilidad Social Corporativa a terceros especializados, se hace de fo= rma interna en las empresas y sin la necesaria supervisión y auditoría independiente en cuanto a los términos de responsabilidad social.

-          En la mayoría de las ocasiones se confunde la Responsabilidad Social Corporativa con la filantropía.    Así, se promueven iniciativas de plan= tado de árboles, limpieza de bosques y playas, eventos deportivos o formación interna de los empleados, pero no se acometen, frecuentemente, acciones de responsabilidad que afecten a aquellos aspectos de la cadena de valor en los que la actividad empresarial se mezcla con la sociedad. <= /p>

-          Dichas acciones de filantropía, que algunos defini= mos como “filantrocapitalismo” much= as veces se acometen por tradición familiar, por valores religiosos o por imag= en social.  No es que esto sea intríns= icamente malo, pero no supone la maximización de la utilización de los recursos empleados en aquello que es realmente necesario, como pueda ser la reducció= n de la pobreza.

No debemos entender lo anterior como una crítica, más bien como una reflexión constructiva que nos permita identificar las áreas de mejora y oportunidad,= de forma que la Responsabilidad Social Corporativa se integre dentro del ADN d= e las organizaciones empresariales y de la sociedad en su conjunto, desde los accionistas hasta el último de los trabajadores, desde el gobierno hasta la sociedad civil.   Solo de esa forma= las empresas locales serán capaces de alcanzar una ventaja competitiva a través= de la Responsabilidad Social Corporativa al igual que sucede en los países avanzados, donde las organizaciones empresariales ocupan la mayor parte de = su tiempo atendiendo las inquietudes de sus consumidores y stakeholders, en lu= gar que tener que hacerlo por intentar mejorar los mínimos estándares y condici= ones de vida de sus ciudadanos, entre ellos, evitar la pobreza.

Las recomendaciones que emanan de los principales autores y organismos multinacionales en cuanto a un correcto ejercicio de Responsabilidad Social Corporativa configuran el modelo que debería ponerse en práctica en la Regi= ón Centroamericana y en Panamá.   Estas recomendaciones consisten en las siguientes prácticas, políticas y estándar= es:

-          Ejercicio de las Responsabilidades:  Según identifica Carroll (1991), en su T= eoría de la Pirámide de Responsabilidad Social Corporativa, las organizaciones empresariales deben ejercer cuatro tipos de responsabilidades:

·      =    Responsab= ilidades Económicas:  Históricamente, las organizaciones empresariales fueron creadas como entidades económicas diseñadas para prove= er de bienes y servicios a los miembros de la sociedad.  La obtención de un beneficio fue establ= ecida como el incentivo primario para los emprendedores empresariales.  Antes de ser ninguna otra cosa, las organizaciones empresariales fueron las unidades económicas básicas de nues= tra sociedad. Como tales, su rol principal era el de producir bienes y servicios que satisficieran las necesidades de los consumidores, al mismo tiempo que = se obtenía un beneficio en el proceso.  En algún momento de la historia, la idea de la obtención del beneficio se convirtió en otra de “maximización” del mismo y este ha sido el concepto prevalente desde entonces.

·      =    Responsab= ilidades Legales:  La sociedad no solamente espera que las organizaciones empresariales operen bajo el principio de la maximización del beneficio; al mismo tiempo se espera de ellas que cumplan con las leyes y regulaciones que emanan de las autoridades locales, estatales o supranacionales, en aquellos lugares en los que operan.  Como parte del cumplimiento con el “con= trato social” que existe entre las empresas y la sociedad, se espera de estas que ejerzan su actividad económica dentro del marco legal.  Las responsabilidades legales reflejan = una aproximación de “ética codificada” en el sentido de que se cumpla con las nociones básicas de las operaciones “justas” según lo que establecen los legisladores.  Este tipo de responsabilidades se ubican en el siguiente nivel de responsabilidad, al mi= smo tiempo que coexisten con las responsabilidades económicas como preceptos fundamentales del sistema de libre empresa.

·      =    Responsab= ilidades Éticas: A pesar de que las anteriores responsabilidades económicas y legales, por si mismas, implican normas éticas sobre comportamiento justo y responsable, las responsabilidades éticas consideran aquellas actividades y prácticas que, o bien están prohibidas, o bien son esperadas por parte de los miembros de la sociedad a pesar de que no se encuentren codificadas legalmente.   Las responsabilidades éticas incluyen aquellas normas, estándares o expectativas que reflejan una preocupación, p= or parte de consumidores, empleados, gobiernos, sociedad civil y todas las par= tes interesadas, en cuanto al mantenimiento y protección de los derechos morale= s de las mencionadas partes interesadas, en su sentido más amplio.

·      =    Responsab= ilidades Filantrópicas:  La filantropía abarca aquellas acciones corporativas que se realizan en respuesta a las expectativas de la sociedad= de que las organizaciones empresariales se comporten como “buenos ciudadanos”.=   Esto incluye el compromiso activo en ac= tos, programas, campañas o acciones que promuevan el bienestar humano. Ejemplos = de filantropía incluyen las contribuciones empresariales en forma de recursos económicos, o tiempo ejecutivo, de recursos humanos o técnicos, hacia aspec= tos como puedan ser el arte, la educación, la reducción de la pobreza, la mejor= a de la salud o cualquier otra necesidad social. 

Lantos (2001) opina que existen seis estadios o jerarquía en cuanto a los niveles = RSC a implementar por parte de las organizaciones empresariales, añadiendo a los cuatro de Carroll, los siguientes:<= /o:p>

·      =    Responsab= ilidad altruista:  Se cumplimentan las responsabilidades filantrópicas de una organización empresarial, con independencia de que las mismas reporten o no beneficios empresariales.

·      =    Responsab= ilidad estratégica:  Se cumplimentan las responsabilidades filantrópicas, que al mismo tiempo benefician a los stakeholders, favoreciendo y asegurando la rentabilidad y el bienestar de la sociedad en su conjunto.

 

-&nb= sp;         Aplicar la RSC en la cadena de valor: Según argumenta el = autor Rebelo (2011), “Las empresas pueden tener dos tipos de visiones en cuanto a= la Responsabilidad Social Corporativa:

·      =    Interna.  Mapeando los eslabones de la cadena de = valor que contactan con la sociedad y verificando que, en estos, se ejerce la RSC.  Cada actividad primaria de la cadena de valor tiene una vinculación con la sociedad.  Desde el punto de vista de compras y aprovisionamiento (evitando emisiones de Co2 y congestión), operaciones (impacto ambiental, energía, agua y residuos), logística interna (impacto d= el transporte y packaging inadecuado), marketing y ventas (evitando precios abusivos o anuncios engañosos) y servicio postventa (reciclaje de productos obsoletos y protección de datos, lo que hoy denominamos “economía circular”= ). La mejor estrategia de valor se produce cuando la empresa añade la dimensión social a todos y cada uno de los estadios vinculados a su cadena de valor.<= o:p>

·      =    Externa:  Mapeando el denominado “Diamante de RSC= ”, basado en el contexto exterior de la compañía y aspectos como la competencia comercial honesta, transparencia en el reporting, seguimiento de las leyes, aceptación de regulaciones locales, disponibilidad de RRHH, acceso a universidades y centros de investigación, estructuras físicas eficientes, p= resencia en colectivos y clústeres, pertenencia a organizaciones sectoriales.   Presenta un efecto a largo plazo.

 

-          Tercerizar y auditar: La cesión y delegación de las acciones, políticas y estándares de Responsabilidad Social Corporativa a terceros especializados, aplicando las correspondientes medidas auditoras independientes a la conces= ión de ese grado de libertad, parece ser la fórmula más extendida por las organizaciones empresariales europeas y norteamericanas para el ejercicio d= e su rol como “buen ciudadano corporativo”. 

 

-      =     Considerar las necesidades de las partes interesadas o stakeholders:  Las teorías más recie= ntes en el management empresarial fomentan= un nuevo paradigma basado en el enfoque de los stakeholders o de base ampliada= de la empresa. El nuevo paradigma propugna una narrativa del capitalismo basad= a en los stakeholders, creación de valor e intercambio, que pueda ser de utilida= d a la sociedad en su conjunto.= Es necesario sintetizar los seis aspectos fundamentales de la teoría de stakeholders:

1-&n= bsp;     Se entiende por stakeholder cualquier individuo o grupo que tenga incidencia o quede afectado o condicionado por la actividad= de la empresa.

2-&n= bsp;     La dirección estratégica de la empresa debe atende= r la consecución de los objetivos propios de los accionistas y de todo el amplio abanico de partes interesadas, lo que facilita la pervivencia de la organización en el largo plazo.

3-&n= bsp;     El objetivo y la razón de ser de la empresa, desde= el punto de vista ético (Fernández, 2007) es la maximización del bienestar de "todos" los stakeholders.

4-&n= bsp;     La teoría de la empresa se incardina en un contexto moral (Freeman, 1994) puesto que existe una constante y dinámica interrelac= ión entre esta, su gestión y la dimensión moral de su actividad.

5-&n= bsp;     La empresa debe ser entendida como un conjunto de stakeholders que interactúan entre sí de manera constante y dinámica. =

6-&n= bsp;     En la teoría de stakeholders, el modelo de gestión empresarial facilita que la dimensión ética encuentre acomodo de forma natu= ral.

-          Fomento del buen gobierno corporativo: Las empresas con altos estándares de gobierno corporativo no excluyen s= us inversiones en países con pobres estándares de gobierno país, más bien las fomentan.  Una posible explicación = de lo anterior es que la elección de localización, en países con regulaciones pob= res, solo puede ser exitosa para los stakeholder de la empresa cuando los estánd= ares de buen gobierno de la empresa son altos. Un ejercicio ejemplar de buen gobierno corporativo se sustenta en la creación y aplicación de códigos de ética y conducta de obligado cumplimiento, en la adopción de estándares contables IFRS que minimizan las asimetrías de información y fomentan la transparencia, implementación de ISO 26000, o la adopción de estándares internacionales como puedan ser los principios SOX, Global Reporting Initiative, principios Sullivan, Mesa Redonda CAUX, OCDE Guidelines, Princi= pios de la OIT, Directrices SYGMA, Código SA8000 o Iniciativa EHI. El cumplimien= to de todos, o algunos, de estos principios y directrices configuran un buen modelo de buen gobierno corporativo.

En definitiva, las organizaciones empresariales deben actuar como un buen ciudadano.  De esa forma, los empleados crean un se= ntido de pertenencia por el desarrollo positivo que recibe la comunidad local y l= os stakeholders, en su conjunto, ven en la actividad empresarial una respuesta= a sus demandas de sostenibilidad y compromiso con la sociedad.  También se deben prevenir y, en su defe= cto, mitigar los daños que se produzcan en las actividades de la cadena de valor empresa= rial, daños pasados, presentes o futuros, lo que implica un desafío operacional q= ue debe afrontar cada tipo de organización. Cada empresa, cada industria o cada sector pueden generar diferentes impactos de responsabilidad social en su cadena de valor. Para ello, se deben identificar objetivos claros y concret= os que sean monitoreados con cierta frecuencia y de forma independiente <= /o:p>

Para la reducción de la pobreza multidimensional no basta con la filantropía o s= imple entrega de dinero con objetivos más o menos definidos. No se trata de entre= gar caridad o simplemente “lo que sobra”. Se trata de establecer las condicione= s y el entorno adecuado para que la sociedad avance en su conjunto, de forma equilibrada, fomentando la educación, la salud, la vivienda, la calidad de = las infraestructuras y todo ello configurado dentro de un modelo sostenible a l= argo plazo. Sin duda, lo anterior configura un derecho y una responsabilidad para todos.

Con sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa, las organizaciones empresariales no deben sustituir al estado acometiendo las funciones básica= s de bienestar social.   Esta tarea nos corresponde a todos.  El ámbito de = la empresa privada, las instituciones académicas y universitarias, la sociedad civil a través de sus organizaciones sin ánimo de lucro, los gremios, sindicatos y organizaciones empresariales, el estado y, en definitiva, la sociedad en su conjunto, debemos aunar esfuerzos para facilitar la disminuc= ión de la pobreza y, de esa forma, contribuir al bienestar social y al desarrol= lo sostenible. Esa es la única vía para garantizar la pervivencia de las organizaciones empresariales y de nuestra sociedad en su conjunto.

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Invest. pens. crit. (ISSN 1812-3864)

Vol. 7, No. 1, enero- abril 2019    

pp. 86-108

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