MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D5C645.E27020E0" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como archivo de almacenamiento web. Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos, como Windows® Internet Explorer®. ------=_NextPart_01D5C645.E27020E0 Content-Location: file:///C:/E4380DE1/05LAREDUCCIONDELAPOBREZAENPANAMA.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
El pro=
ceso
de Reducción de la Pobreza Multifuncional en Panamá a través de las práctic=
as
internacionales de Responsabilidad Social Corporativa.
Fernando T. Tomas de Cavia=
1*
1UDIMA-
Universidad de Madrid, Doctorando en Derecho y Sociedad, Departamento de
Administración y Dirección de Empresas.
*Autor para correspondencia. Email: de.cavia@hotmail.com
Recibido: 22 de ene=
ro de
2019
Aceptado: 27 de feb=
rero
de 2019
______________________=
_______________________________________________________________Resumen
Uno de los beneficios que aporta la Inversión
Extranjera Directa (IED) cuando la misma se acompaña de prácticas y polític=
as
de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es la reducción de la pobreza,
especialmente cuando dichas inversiones se realizan en países en vías de
desarrollo. Panamá es uno de los m=
ayores
receptores de Inversión Extranjera Directa de la región latinoamericana y, =
por
lo tanto, debería poder utilizar los recursos, tangibles e intangibles, suf=
icientes
como para poder reconducir sus altos índices de pobreza, considerando todos=
los
aspectos multifuncionales de esta. No obstante, en el año 2017, el índice de
pobreza multifuncional de Panamá sitúa en torno al 19.1% la población que se
encuentra en dicha circunstancia, lo que representa en términos absolutos
777,752 personas y un total de 138,410 hogares.
No parece que las buenas prácticas empresariales estén obteniendo los
beneficios deseados en la sociedad panameña por lo que es fundamental conoc=
er
qué está causando esta carencia y cuáles son las fórmulas para reconducirla=
.
Palab=
ras
clave: Reducción de la Pobreza – Panamá – Inve=
rsión
Extranjera Directa – Responsabilidad Social Corporativa
Abstr=
act
One
of the benefits of Direct Foreign Investment (FDI) when it is accompanied by
practices and policies of Corporate Social Responsibility (CSR) is poverty
alleviation, especially when such investments are made in developing countr=
ies.
Panama is one of the largest recipients of Foreign Direct Investment in the
Latin American region and, therefore, should be able to capture enough tang=
ible
and intangible resources to redirect its high poverty rates, considering all
the multifunctional aspects of it. However, in 2017, Panama's multifunction=
al
poverty index stands at around 19.1% of the population, representing in
absolute terms 777,752 people and a total of 138,410 households. It does not
seem that good business practices are obtaining the desired benefits in
Panamanian society, so it is essential to know what is causing this lack of
success and what are the formulas to redirect it.
Key words:
Poverty Alleviation – Panama – Foreign Direct Investment – Corporate Social
Responsibility.
1 Introducción
Según
establecen las directrices que emanan de los Objetivos del Milenio (ODM), la pobreza debe analizarse
considerando la misma desde un punto de vista multifuncional, no solo desde=
el
punto de vista de la falta de ingresos económicos. En definitiva, se trata de valorar y
considerar, además de la mencionada falta de ingresos, todos aquellos aspec=
tos
que sufren los menos afortunados, como pueden ser las carencias en educació=
n,
vivienda, medioambiente, condiciones de trabajo y salud.
En
el caso de la República de Panamá, el enfoque de pobreza multidimensional f=
orma
parte de la agenda global plasmada a través de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible, propuestos por los países que forman parte de las Naciones Unid=
as y
adoptados por Panamá como pauta para el desarrollo.
Al
utilizar dicho enfoque, el Índice de
Pobreza Multidimensional de Panamá: Año 2017 (Gobierno de Panamá, 2017) obtiene resultados sorprendentes, toda
vez que la República de Panamá goza de unos niveles de inversión y crecimie=
nto
que son envidiados por todo su entorno regional. Los resultados del informe muestran que=
el
19.1% de la población presenta pobreza multidimensional, lo que representó =
en
términos absolutos 777,752 personas y un total de 138,410 hogares, en 2017.=
Las
cifras son todavía más alarmantes si atendemos a los resultados obtenidos en
las Comarcas Indígenas, las cuales alcanzan cifras más propias de países co=
n un
alto grado de deterioro en el nivel de desarrollo. En efecto, el nivel de
pobreza multifuncional en las Comarcas Ngäbe Buglé (93.4% de población en
situación de pobreza multifuncional), Comarca Guna Yala (91.4% de población=
en
situación de pobreza multifuncional) y Comarca Emberá (70.8% de población en
situación de pobreza multifuncional), obtiene unos valores que superan en 4=
.5
veces el valor del promedio nacional de la República.
El
hecho de que la Inversión Extranjera Directa, cuando se acompaña de práctic=
as
de Responsabilidad Social Corporativa, aporta muchos beneficios al país que=
la
recibe, incluyendo la reducción de la pobreza, es algo comprobado y analiza=
do
empíricamente en todas las regiones del mundo.
Siendo Panamá el primer atrayente de Inversión Extranjera Directa en
Centroamérica y el primero en términos porcentuales sobre el Producto Inter=
ior
Bruto de la Región Iberoamericana, algo parece no funcionar en el modelo
panameño. No obstante, muchos de l=
os
habitantes de la región confían en las bonanzas de dichas prácticas, espera=
ndo
que el mundo empresarial aporte a la sociedad aquello que los estados local=
es
no parecen capaces de hacer.
El
presente análisis tiene como objetivo analizar el modelo de Responsabilidad
Social Corporativa llevado a cabo en la región Iberoamericana y concretamen=
te
en Panamá, con la finalidad de determinar por qué no es capaz de reducir la
pobreza multifuncional, ni de aportar a la sociedad panameña aquello que sí=
que
aporta en otras regiones del mundo.
2
Revisión de la bibliografía. La Inversión Extranjera Directa como
Potenciador de la Responsabilidad Social Corporativa y Catalizador para la =
Reducción
de la Pobreza.
Son
varios los autores que propugnan que la Inversión Extranjera Directa que va
acompañada de políticas, prácticas y estándares de Responsabilidad Social
Corporativa es un dinamizador de las economías y una potente herramienta pa=
ra
la reducción de la pobreza, especialmente cuando las inversiones se realiza=
n en
países en vías de desarrollo.
Analizaremos a continuación es estado del arte en esta materia, con =
las
aportaciones más relevantes de los teóricos que han investigado en este
tema. No debe extrañarlos la alta
presencia de autores de origen indio o asiático, puesto que la zona oriental
del planeta ha sido la mayor perceptora de Inversión Extranjera Directa y, =
por
lo tanto, la que mayor número de estudios presenta en materia de RSC.
Afirman desde la Organización de las Naciones Unidas que “El desafío que suponen las políticas de RSC en los países en vías de desarrollo está enmarcado en la visión que en el año 2000 afloró a partir de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el cual consideró un mundo con menos pobreza, mejores condiciones = de vida, menos hambrunas, menos enfermedades, mejor educación, mejora de la igualdad de oportunidades y un medioambiente más cuidado”. (UN, 2006: 3). <= o:p>
Según Kolstad & Tondel (2002), “Cuanto mayor sea el nivel de IED, m=
ayor
será el nivel de crecimiento económico, lo que permitirá un mejor desarrollo
social y otros objetivos de desarrollo” En su línea argumental, los autores
propugnan que “el grado en que el progreso económico y social mejora la vid=
a de
todos los miembros de la sociedad se identifica a través de la distribución=
de
la riqueza y reducción de la pobreza”.
Carroll (1991) iden=
tifica
en su modelo de Pirámide de RSC, que existen cuatro categorías de
responsabilidad vinculados con la RSC, siendo la última de estas la
responsabilidad filantrópica. Afirma el autor que “La filantropía abarca
aquellas acciones corporativas que se realizan en respuesta a las expectati=
vas
de la sociedad de que las organizaciones empresariales se comporten como bu=
enos
ciudadanos. Esto incluye el compro=
miso
activo en actos, programas, campañas o acciones que promuevan el bienestar
humano. Ejemplos de filantropía incluyen las contribuciones empresariales en
forma de recursos económicos, o tiempo ejecutivo, de recursos humanos o
técnicos, hacia aspectos como puedan ser el arte, la educación, la reducció=
n de
la pobreza, la mejora de la salud o cualquier otra necesidad social”.
El autor Visser (20=
09:481)
afirma que “Las prácticas y políticas de RSC se vienen aplicando en los paí=
ses
en vías de desarrollo desde los inicios de la actividad económica de
estos”. Continúa su argumento afir=
mando
que “Existe un poderoso argumento que identifica que la RSC en los países en
vías de desarrollo está directamente vinculada con el entorno socioeconómic=
o en
el que las organizaciones empresariales operan y, sobre todo, en las
prioridades de desarrollo que estas conllevan. Eso se vincula con la reducc=
ión
de la pobreza, la provisión de salud, desarrollo de infraestructuras y
educación”. El autor continúa su
argumento afirmando que “prácticas y políticas que promuevan la reducción d=
e la
pobreza y la buena gestión medioambiental, deben ser puestas en práctica por
las organizaciones empresariales multinacionales, en sus inversiones en paí=
ses
en vías de desarrollo.
Newell (2005), argumenta que “como respuesta a =
las
crisis económicas, sociales, medioambientales, vinculadas a la salud o
industriales, que sufren, principalmente, los países en vías de desarrollo,=
la
RSC es un modelo de respuesta por parte de las empresas. Un ejemplo de ello=
fue
el rol que estas desarrollaron en el proceso de reducción de la pobreza que=
se
creó como consecuencia de las crisis en Argentina durante los años 2001 y
2002”.
En el año 2004, Hop=
kins,
señala que “La necesidad de afrontar las cuestiones vinculadas a bajos
estándares en el nivel de vida, explotación, pobreza, desempleo y la forma =
en
la que se puede promover el desarrollo social en general ha sido, hasta la
fecha, casi obligación exclusiva de los gobiernos. Claramente, estos, continuarán ostentan=
do un
rol preponderante en estas áreas, pero paulatinamente se está convirtiendo =
en
una cuestión de asociación y colaboración entre los gobiernos, el sector
privado empresarial y la sociedad civil”.
En su análisis sobr=
e los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, Valor (2009) propugna que “Se trata de
determinar si las multinacionales, principalmente de las economías
desarrolladas de los países del norte, pueden contribuir a los ODM a través=
de
la RSC en los países con economías en vías de desarrollo, siendo el primer
objetivo erradicar la pobreza y el hambre”.
Continúa su argumento afirmando que “Las organizaciones empresariale=
s y
algunos organismos de la ONU (Proyecto del Milenio) entienden que las empre=
sas
deben reducir la pobreza con la finalidad de mejorar sus negocios. La sociedad civil y la Comisión para el
Desarrollo del Sector Privado entienden que las multinacionales deben reduc=
ir
la pobreza porque es moralmente bueno y no como un fin para mejorar los
resultados empresariales”.
El patrimonio de ut=
ilizar
la RSC como herramienta para la erradicación de la pobreza no es exclusivo =
de
las grandes multinacionales. La autora Lewicka-Strzalecka (2013) identifica=
que
“en el mundo empresarial, desde grandes multinacionales a pequeños proyecto=
s de
inversión, se dispone de unas capacidades y activos únicos y esenciales para
contribuir al desarrollo sostenible de nuestro planeta y nuestras economías,
jugando un rol fundamental e indispensable con gobiernos, sociedad civil y
comunidades locales a la hora de solventar problemas y contingencias deriva=
dos
de la actividad empresarial, así como afrontar desafíos globales como son el
hambre, la pobreza, la desigualdad, el desempleo y el cambio climático”.
Mientras los países
desarrollados priorizan la protección de los consumidores y los negocios
justos, los países en vías de desarrollo presentan como prioridad la reducc=
ión
de la pobreza. Como claramente id=
entifica
Jenkins (2005:540) "vista la falta de un foco explícito en la reducció=
n de
la pobreza, la primera cuestión que debe ser respondida es si la RSC, tal y
como se practica en la actualidad, ayuda indirectamente a dicha
reducción".
Akwaowo & Swans=
on
(2016) afirman que “Las multinacionales, a través de su IED deben enfrentar=
la
importante decisión sobre cómo actuar de acuerdo con las directrices de la =
RSC,
para, entre otras cosas, reducir la pobreza en los países receptores de est=
a”.
El equipo compuesto=
por Park
et al., (2014) identifican el rol de los directivos y managers de las
organizaciones empresariales, afirmando que “estos normalmente aceptan crea=
r y
ejecutar actividades transparentes y cooperativas que fomenten la
sostenibilidad a largo plazo, implicándose en la reducción de la pobreza y =
en
las responsabilidades sociales de las regiones en las que las multinacional=
es
invierten. Reconocer la pobreza co=
mo una
realidad y el hecho de que si no es controlada y reducida puede afectar al
éxito futuro de sus organizaciones”.
El objetivo de redu=
cción
de la pobreza se encuadra dentro de una estrategia global y multicultural. =
El
prestigioso directivo indio Iqbal Sharma (2014) afirma que “La pobreza
persistente y los problemas sociales y medioambientales son parte del modelo
tradicional de los negocios internacionales.
Para alcanzar un desarrollo sostenible en el actual entorno globaliz=
ado,
las compañías y los gobiernos deben realizar una aproximación nueva que ten=
ga
en cuenta las contingencias que derivan del antiguo modelo”.
La disminución de la
pobreza parece ser solamente uno de los aspectos de mejora que aporta la RS=
C en
los países en vías de desarrollo que reciben Inversión Extranjera Directa de
calidad. Como afirma Ismah (2009) “La prácticas de RSC identifican diferent=
es
roles en su aplicación, entre los que destacan una mejoría en las relacione=
s e
interdependencias entre la sociedad y la comunidad, un modelo de costes
compartidos en el caso de degradación medioambiental, un esquema de
transferencia de tecnología desde los países avanzados a aquellos en vías de
desarrollo, posibilidad de reducción de la pobreza en las comunidades, mejo=
ra
al respeto por los derechos humanos y facilidades a la hora de compartir ba=
ses
de datos que faciliten las funciones de las organizaciones públicas”.
El rol de la socied=
ad
civil, principalmente a través de organizaciones sin ánimo de lucro, tambié=
n es
preponderante a la hora de accionar mecanismos de reducción de la pobreza. =
Tal
y como afirman Al-Shammari & Masri (2016) “Aspectos como el cambio
climático, los negocios éticos o la reducción de la pobreza son atendidos p=
or
este tipo de organizaciones y, por lo tanto, están influyendo en las prácti=
cas
de las empresas, motivando un profundo impacto en la forma en la que los
negocios son gestionados”.
Los profesores Brow=
n et
al., (2004) aseguran que la IED ha jugado un importante rol en la reducción=
de
la pobreza, así como en el incremento de las condiciones salariales y labor=
ales
en los países en vías de desarrollo. Por esa razón, muchos países emergentes
han implementado nuevas políticas y reformas para propiciar la atmósfera
correcta que atraiga la IED, de forma que consigan reducir la pobreza, crear
oportunidades laborales, fomentar el crecimiento económico, proteger el
medioambiente, crear nuevas infraestructuras, atraer innovaciones tecnológi=
cas
y políticas fiscales y de buen gobierno.
Según el Fondo Mone=
tario
Internacional, FMI (2013:6) “Con políticas y estándares de RSC, las economí=
as
locales pueden beneficiarse de las ventajas inherentes a la Inversión
Extranjera Directa, entre ellas el alivio a la pobreza y una mejor
redistribución de la renta”.
Por su parte, Khan
(2000), estableció que “Para la reducción de la pobreza deben concurrir al
menos dos condiciones: (i) debe existir crecimiento económico con una base
sostenible y continuada y (ii) el crecimiento económico debe ser neutral con
respecto a la redistribución de la renta, reduciendo las desigualdades”.
Una de las más dest=
acadas
aportaciones al tema la realizan Rossi & Dupont (2016) cuando afirman q=
ue
“La filantropía se configura como una herramienta que puede utilizarse para=
la
reducción de la pobreza y la obtención de objetivos medioambientales. Por ejemplo, los actuales programas de
financiación y fomento de las energías renovables y la utilización de bio-f=
uel
pueden contribuir a la creación de puestos de trabajo y el fomento del empr=
esariado
local, lo que contribuye a el incremento de la calidad de vida y la reducci=
ón
de la pobreza en los países en vías de desarrollo. Los fondos empleados en ello deben que=
dar
sometidos a rigurosos controles y modelos de reporte que faciliten el segui=
miento
de su uso correcto. Son las
organizaciones no gubernamentales y algunas organizaciones caritativas las =
que,
juntamente con las empresas multinacionales y sus programas de Responsabili=
dad
Social Corporativa, facilitan dichos fondos y contribuyen a la reducción de=
la
pobreza, siendo los miembros de las comunidades locales, los beneficiarios =
de
estos programas”. Continúan su argumento manifestando que “La forma en la q=
ue
los gobiernos utilizan sus presupuestos para dotar de recursos a las políti=
cas
de reducción de la pobreza, el compromiso de las compañías multinacionales =
con
dichos objetivos, a través de sus políticas y prácticas de Responsabilidad
Social Corporativa, la consideración de los intereses de todas los
stakeholders, modelos de control, transparencia, responsabilidad y
cumplimiento, mecanismos de buen gobierno corporativo, modelos efectivos de
comunicación que eliminen asimetrías de la misma, así como la restructuraci=
ón
de los modelos de funcionamiento de las filiales que las organizaciones emp=
resariales
multinacionales disponen en países en vías de desarrollo, sin duda contribu=
irán
a la reducción de la pobreza, facilitarán un medioambiente limpio y
descontaminado, lo que incrementará la calidad de vida de las actuales y
futuras generaciones”.
Lamentablemente, algunas prácticas corporativas como son:
políticas de precios de transferencia, evasión de impuestos, abuso de poder=
en
el mercado, reducción de la pobreza o fomento de la igualdad no son, en muc=
has
ocasiones, parte de las agendas de las organizaciones empresariales
multinacionales en sus políticas y actividades de inversión extranjera
directa. Esta afirmación es confir=
mada
por autores como Henderson (2001), Branco y Rodrigues (2007), o Amaeshi et =
al
(2006).
3
La pobreza multidimensional en Panamá
El
concepto de pobreza no solo puede suscribirse a la falta de recursos económ=
icos
o materiales debiendo considerar todos sus aspectos multidimensionales. Su medición tradicional se ha basado en=
el
cálculo de la fuente de ingresos como fórmula para mediar la capacidad de
adquirir bienes y servicios, pero este modelo olvida varios aspectos que
inciden en la pobreza de los pueblos, como son el acceso a la educación, sa=
lud,
empleo o vivienda. Es por esta ra=
zón
que la pobreza requiere de una fórmula de medición “multidimensional” que
permita abarcar elementos que nos ofrezcan un mejor entendimiento de lo que
significa ser pobre. Aflora así la necesidad de disponer de un índice que
capture con mayor detalle el nivel de privaciones que experimentan aquellos=
que
viven en condiciones de pobreza, por lo que surge el Índice de Pobreza
Multidimensional (IPM).
Según
se afirma en el informe denominado =
Índice
de Pobreza Multidimensional de Panamá: Año 2017 (Gobierno de Panamá, 2017) “en la actualidad el enfoque de pobre=
za
multidimensional forma parte de la agenda global plasmada a través de los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), propuestos por los países que for=
man
parte de las Naciones Unidas y adoptados por Panamá como pauta para el
desarrollo”. Los ODS establecen co=
mo su
primer objetivo “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mund=
o”,
teniendo como meta específica "de aquí a 2030, reducir al menos a la m=
itad
la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en =
la
pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones
nacionales”.
Continúa
el informe afirmando que “El concepto de pobreza multidimensional toma en
consideración de modo integral las múltiples privaciones y carencias que
experimentan simultáneamente los individuos y hogares en múltiples dimensio=
nes
del bienestar distintas al ingreso, tales como salud, educación, trabajo, m=
edio
ambiente, nivel de vida, entre otros. El
IPM representa una forma de medir estas privaciones y carencias de las
personas, aportando una visión integradora de la situación y revelando el n=
ivel
de pobreza multidimensional en un país. La información que arroja el IPM pu=
ede
ser desagregada por área geográfica, subgrupos de personas o carencias
específicas. Por ejemplo, una persona puede estar en condiciones de pobreza=
multidimensional
por no tener acceso a atención médica, mala nutrición y falta de agua potab=
le,
mientras que otra puede estarlo por experimentar carencias de electricidad,
precariedad de la vivienda, desempleo o poca escolaridad. De allí el enfoqu=
e de
la pobreza como es un fenómeno multidimensional”.
Los
indicadores del IPM utilizados para el estudio realizado en Panamá para el =
año
2018, identifican las siguientes dimensiones:
-
-
-
-
-
Los
resultados que se obtienen del Índi=
ce de
Pobreza Multidimensional de Panamá: Año 2017, son los siguientes:
1)&n=
bsp;
Una primera aproximación que analiza la distribución geográfica de la pob=
reza
en Panamá obtiene como resultados los siguientes:
a)&n=
bsp;
Los resultados para el año 2017 indicaron que el
porcentaje de personas en condición de pobreza multidimensional se ubicó en=
el 19.1%,
lo que representó en términos absolutos 777,752 personas. En cuanto a hogares, se encontraron en
condición de pobreza multidimensional el 12.2% de estos, lo equivalente a 1=
38,410
hogares.
b)&n=
bsp;
En las comarcas indígenas fue en donde se presenta=
ron
las mayores proporciones de personas pobres multidimensionales, siendo el n=
ivel
de incidencia el siguiente: Comarca Ngäbe Buglé (93.4%), Comarca Guna Yala
(91.4%) y Comarca Emberá (70.8%). =
El
promedio de estos tres valores supera en 4.5 veces el valor del promedio
nacional.
c)&n=
bsp;
En cuanto a las provincias, las tres con mayor
porcentaje de personas en condición de pobreza multidimensional y por encima
del promedio nacional, fueron: Bocas del Toro (44.6%), Darién (40.0%) y Coc=
lé
(22.6%). En las dos primeras habitan una amplia población indígena, 62.6% y
31.1% respectivamente, Mientras en el resto tienen menores proporciones: Los
Santos (4.2%), Herrera (7.2%) y Panamá (8.5%).
d)&n=
bsp;
Una comarca indígena y dos provincias concentran el
53.7% de las personas en pobreza multidimensionalmente (417,851 personas),
estas son: la comarca Ngäbe Buglé (24.6% o 191,634) y las provincias de Pan=
amá
(17.1% o 133,237) y Panamá Oeste (12.0% o 92,980). Esta comarca es la que mayores niveles =
de
pobreza ostenta, mientras que en las provincias la misma se sitúa por debajo
del 16.0%. Por el contrario, en una
comarca indígena y tres provincias se encuentra el 5.5% o 42,581 personas
privadas: Darién (2.8% o 21,606), comarca Emberá (1.1% u 8,603), Herrera (1=
.1%
u 8,456) y Los Santos (0.5% u 3,916).
En esta comarca aproximadamente 7 de cada 10 personas y en Darién 4 =
de
cada 10 están en pobreza multidimensional, mientras que en Herrera y Los Sa=
ntos
esta relación es apenas de 7 y 4 de cada 10 personas.
e)&n=
bsp;
Las personas multidimensionalmente pobres
experimentaron su condición con una intensidad de 43.5% a nivel nacional. En otras palabras, en promedio los pobr=
es
multidimensionales tienen carencias en 8 o más indicadores simultáneamente
dependiendo de la dimensión en que se encuentren.
f)&n=
bsp;
Teniendo en cuenta que la población específica de
estudio son las personas en condición de pobreza multidimensional, al
desagregar los resultados por áreas geográficas, podemos observar que el ni=
vel
de carencias que experimentan estas personas en cualquier parte del país es=
un
poco similar, pero a la vez relativamente alto.
Es así como, en las comarcas indígenas Ngäbe Buglé y Güna Yala fue en
donde el nivel del promedio de carencias fue mayor, la intensidad de la pob=
reza
en cada una fue de: 55.0% y 49.7%, respectivamente. Es decir, que en promed=
io
las personas en condición de pobreza multidimensional en estas comarcas est=
án
privados alrededor de la mitad de los indicadores que conforman el índice p=
ara
Panamá. En el caso de la tasa de
intensidad de la Comarca Emberá (42.2%), estuvo muy por debajo de la presen=
tada
por las dos comarcas anteriores e incluso fue menor a la del promedio nacio=
nal.
g)&n=
bsp;
En el caso de la provincia de Bocas del Toro, que =
fue
la que presentó la mayor tasa de incidencia de pobreza, también concurrió c=
on
el más alto porcentaje de intensidad (42.3%). Pero no fue así en el caso de=
la
segunda y tercera provincia con mayor incidencia (Darién y Coclé), seguidas=
por
las provincias de Veraguas y Colón, con un promedio de carencias de 42.0% y
39.9%, respectivamente. Lo que evi=
dencia
también, en contra parte con lo sucedido con la provincia de Bocas del Toro,
que no necesariamente en donde hay una mayor cantidad de personas en condic=
ión
de pobreza es en donde esas mismas personas presentan el mayor número de
carencias en promedio.
h)&n=
bsp;
Al realizar el análisis por regiones, las comarcas
indígenas fueron las que presentaron los mayores Índices de Pobreza
Multidimensional. En el caso de la=
Ngäbe
Buglé el índice IPM se ubicó en 0.514.
Entre los principales factores que contribuyeron a que las personas
multidimensionalmente pobres de esta comarca vivan en esta condición
estuvieron: logro educativo insuficiente (11.4%), precariedad del empleo
(10.1%), manejo inadecuado de los residuos (8.4%), desempleo y trabajo fami=
liar
sin remuneración (7.7%), y precariedad de los materiales de la vivienda (7.=
5%).
i)&n=
bsp;
En la comarca Güna Yala resultó un índice IPM de
0.455. También fue común en esta c=
omarca
que el indicador de logro educativo insuficiente (12.2%) y la precariedad d=
el
empleo (11.1%) fueron los dos indicadores con la mayor contribución a la
pobreza multidimensional. No obstante, a diferencia de la comarca Ngäbe Bug=
lé,
el tercer y cuarto indicador con mayor contribución fueron: la carencia de
servicio sanitario (10.1%), hacinamiento (9.6%), seguido del manejo inadecu=
ado
de los desechos (9.4%).
j)&n=
bsp;
En la Comarca Emberá el índice IPM fue de 0.299. La contribución a este índice presentó =
una
configuración similar a la de Ngäbe Buglé, pero no siguiendo el mismo orden=
o
porcentaje de contribución, con la excepción de los indicadores de desemple=
o y
trabajador familiar; este último resultando como quinto indicador con mayor
contribución a la pobreza multidimensional fue repitencia escolar (8.4%).
k)&n=
bsp;
Siguiendo este mismo orden, las provincias con los
mayores índices de pobreza multidimensional fueron: Bocas del Toro (18.9%),
Darién (15.9%), Coclé (8.7%), Veraguas (8.0%) y Colón (6.6%). En general, entre todas las divisiones
administrativas fueron comunes los indicadores con mayor contribución al
IPM. Sin embargo, dentro de estas 5
provincias con mayores niveles de pobreza multidimensional, otros indicador=
es
también presentaron contribuciones altas. Por ejemplo, en el caso de Coclé =
como
quinto indicador que contribuye a la pobreza multidimensional estuvo el acc=
eso
a las vías de comunicación terrestre (8.2%), en Veraguas este mismo indicad=
or
ocupó el cuarto lugar en contribución (8.6%) y la carencia de electricidad =
en
la vivienda (7.0%), y en Colón, como quinto indicador con mayor contribució=
n se
encontró la falta de acceso a servicios de salud (7.9%).
2)&n=
bsp;
Por lo que hace referencia a la educación, los resultados obtenidos identifican que:
a)&n=
bsp;
La de educación (23.9%) es la magnitud que en mayor
medida contribuye a la pobreza multidimensional. De los tres indicadores que miden las
carencias en esta dimensión, el logro educativo insuficiente fue el de mayor
contribución (12.4%) e incluso dentro del total de indicadores.
b)&n=
bsp;
El 15.3% de las personas viven en hogares en pobre=
za
multidimensional por este indicador, el 43.6% correspondió al grupo de pers=
onas
en condición de pobreza que debió contar como mínimo con una educación media
completa, 40.2% por aquellos que no contaron con educación primaria complet=
a y
el 16.2% por los adultos mayores que no saben leer y escribir.
c)&n=
bsp;
El 14.0% de niños o adolescentes, entre 6 y 17 año=
s,
que asisten a la escuela indicaron haber repetido una o más veces un año
escolar. En esta condición se enco=
ntró
que un 8.0% de la población que vive en hogares multidimensionalmente pobre=
s.
d)&n=
bsp;
Al menos un niño o adolescente, entre 4 y 17 años,=
no
asistió a la escuela, lo que según la IPM 2017 corresponde al 6.7%. Como resultado se obtuvo que el 6.4% de=
la
población reside en hogares en pobreza multidimensional por este indicador.=
3)&n=
bsp;
Atendiendo a la vivienda,
servicios básicos y acceso a internet, el estudio identifica que:
a)&n=
bsp;
El indicador con mayor contribución dentro de la
dimensión fue sin uso de internet, arrojando que un 5.9% y de las personas
multidimensionalmente pobres el 9.8% viven en hogares que no tuvieron acces=
o al
uso del internet en los últimos seis meses.
b)&n=
bsp;
El segundo indicador con mayor contribución dentro=
de
esta dimensión fue el de la precariedad de los materiales de la vivienda. Un
8.5% de las personas multidimensionalmente pobres residían en viviendas que=
no
contaban con los materiales adecuados, dependiendo del área o de las
características propias del entorno que inciden en el tipo de vivienda
utilizada.
c)&n=
bsp;
Finalmente, el indicador donde la menor cantidad de
personas en pobreza multidimensional (6.3%) fue privado en esta dimensión f=
ue
carencia de electricidad en la vivienda. Se consideró carente a aquellas personas=
que
utilizaban como fuente principal de alumbrado en la vivienda el queroseno,
combustible diésel, gas, velas u otro tipo de recurso.
4)&n=
bsp;
En el apartado de ambiente,
entorno y saneamiento, el estudio identifica como principales conclusio=
nes
las siguientes:
a)&n=
bsp;
En Panamá, 3.3% de la población que vive en hogares
multidimensionalmente pobres, ha sido afectada por daños a su vivienda a ca=
usa
de fenómenos naturales.
b)&n=
bsp;
El 8.1% de las personas residentes en hogares pobr=
es
multidimensionales, cuenta con una vía de comunicación principal en condici=
ones
desfavorables para su libre paso durante el año, interfiriendo de este modo=
en
el acceso de las familias a otro tipo de servicios, como pueden ser servici=
os
médicos, económicos o escolares, entre otros.
c)&n=
bsp;
Existe un 13.9% de las personas residentes en hoga=
res
considerados pobres multidimensionales, que tiene un manejo inadecuado para=
la
eliminación de los residuos generados, tanto para el área rural como la urb=
ana.
d)&n=
bsp;
El 9.1% de la población de hogares
multidimensionalmente pobres, presenta carencias en las infraestructuras de
saneamiento de aguas residuales, tanto en el área urbana como en el área ru=
ral.
Esto trae como consecuencia enfermedades como la diarrea, que afecta
principalmente a los niños menores de 5 años, además de problemas de
malnutrición.
5)&n=
bsp;
En lo que respecta a trabajo, se obtienen las siguientes conclusiones:
a)&n=
bsp;
El desempleo en Panamá es un problema netamente
urbano, ya que en las áreas rurales casi toda la población económicamente
activa se dedica a actividades como la agricultura o la pesca, mientras que=
los
trabajadores familiares sin pago los encontramos mayormente en las áreas
rurales de Panamá. Un hogar se considera privado en el indicador desocupado=
y
trabajador familiar sin pago si al menos una persona de 18 años o más de ed=
ad
está desocupada, o es ocupada como trabajador familiar sin pago, o es
potencialmente activo, entendiéndose que es parte de la población no
económicamente activa, pero está disponible para trabajar. El 9.7% de estas personas residen en ho=
gares
multidimensionalmente pobres.
b)&n=
bsp;
Un hogar se considerará pobre multidimensional si =
al
menos una persona empleada con contrato de trabajo escrito y seguro social,=
de
18 o más años que trabaja 40 o más horas percibe ingresos inferiores al sal=
ario
mínimo. El 1.6% de las personas
residentes en hogares pobres multidimensionales, presenta dichas circunstan=
cias.
c)&n=
bsp;
Un hogar se considera privado por precariedad del
empleo, si al menos una persona de 18 años y más de edad ocupado es: emplea=
do y
no tiene un contrato escrito o no paga seguro social, empleada doméstica sin
seguro social, trabajador por cuenta propia sin seguro social a excepción de
agricultores, gerentes, administradores y profesionales o trabajador cuenta
propia en la agricultura que no tienen ingreso independiente y lo que produ=
cen
es para autoconsumo. En Panamá, 14.9% de la población que vive en hogares
multidimensionalmente pobres, se considera en precariedad del empleo.
6)&n=
bsp;
Por último, en lo que respecta a la salud, podemos deducir las siguie=
ntes
conclusiones:
a)&n=
bsp;
Un hogar es carente en el acceso a servicios de sa=
lud,
si al menos una persona, que haya sufrido alguna enfermedad, accidente o
quebranto de salud, aunque este haya sido pasajero, no haya consultado a un
especialista o en su defecto, consultó a familiares u otros miembros del ho=
gar
o a un curandero. En Panamá, 8% de=
la
población que vive en hogares multidimensionalmente pobres, presenta carenc=
ias por
falta de acceso a servicios de salud.
b)&n=
bsp;
Apenas un 1.6% de las mujeres en hogares
multidimensionalmente pobres, no obtuvo atención prenatal durante su embara=
zo.
c)&n=
bsp;
En Panamá, el 8.8% de las personas residentes en
hogares multidimensionalmente pobres, son carentes en la disponibilidad de =
agua
potable, ya sea por el tipo de fuente o el escaso tiempo que el hogar cuenta
con el suministro.
En el Multimensional Review of Panamá – Volu=
me 1 y
2, publicado por la OCDE en 2017, en cuanto a la gestión de la pobreza,=
destacan
los dos siguientes aspectos:
1-&n=
bsp;
Panamá de=
be
hallar nuevas formas de crecimiento, además, del Canal de Panamá, el sector
financiero y la construcción, actividades o sectores que parecen incapaces,=
por
sí solos, de seguir impulsando el progreso socioeconómico y la inclusión.
Asimismo, muchos de quienes en los últimos años lograron escapar de la pobr=
eza
siguen siendo vulnerables y podrían volver a caer en la misma si se produje=
ra
una desaceleración económica.
2-&n=
bsp;
Aunque =
el
organismo reconoce que Panamá ha
logrado mejoras socioeconómicas en
las últimas décadas gracias al fuerte crecimiento económico, debería enfoca=
rse
en una agenda de reformas para convertirse en un país de altos ingresos, so=
stenible
e inclusivo. En ese sentido, la OCDE remarca que el desarrollo
inclusivo y sostenible de Panamá dependerá en gran medida de la capacidad de
lograr tres objetivos principales: 1-Desarrollar mejores habilidades y empl=
eos
formales. 2-Promover la convergencia de las regiones rezagadas y reducir las
disparidades territoriales mejorando el sistema impositivo. 3- Mejorar la
contribución del sector privado en la financiación para el desarrollo.
4 El modelo de Responsabilidad Social
Corporativa en América Latina y El Caribe.
Una forma de paliar=
la
pobreza en los países en vías de desarrollo es a través de las prácticas,
políticas y estándares de Responsabilidad Social Corporativa que nacen del
mundo empresarial. Gran parte del =
debate
en esta materia se centra en el estudio de casos de empresas individuales,
aplicación de las mejores prácticas, así como en argumentos morales y
filosóficos que pretenden fomentar la adopción de códigos de RSC por parte =
de
las organizaciones empresariales. =
Este
debate se origina en los países ricos del norte, pero paulatinamente gana
importancia en los países en vías de desarrollo. En general existe una diferencia relev=
ante
entre los estándares y actividades de RSC en los países americanos
desarrollados (USA y Canadá) y el resto de la región americana. Podríamos
diferenciar cuatro estadios en el nivel de desarrollo de la RSC en las amér=
icas
(Haslam, 2004):
-&nb=
sp;
Corriendo: Estados Unidos y Canadá.
-&nb=
sp;
Alcanzando: Países que pertenecen al entorno =
de
la OCDE, con un nivel aceptable de desarrollo en América Latina, como son
Argentina, Chile, Brasil y México.
-&nb=
sp;
Caminando: El resto de los países de América =
del
Sur.
-&nb=
sp;
Estancados: Países de Centroamérica y el Cari=
be.
En el segundo rango=
de
países (alcanzando) existe una actividad de RSC privada significativa, la c=
ual
incluye compañías privadas, asociaciones empresariales, gobiernos, sociedad
civil y mundo universitario. Hay que destacar que la proximidad de México c=
on
Estados Unidos motiva una mayor integración entre los negocios entre ambos
países que quedan amparados por la NAFTA (North American Free Trade Agreeme=
nt).
Asimismo, estos países se encuentran bajo el amparo de las Guías de Conduct=
a de
la OCDE para empresas multinacionales, que facilitan y promueven las prácti=
cas
y estándares de RSC.
El resto de los paí=
ses de
América del Sur (caminando) presenta una diferencia significativa con respe=
cto
al primer grupo ya que sus actividades de RSC son mucho más limitadas. Entre este grupo existen grandes difere=
ncias,
ya que el nivel que alcanza Colombia, sin ser el mismo que el del primer gr=
upo
de países, es mucho más avanzado que el que puedan tener Venezuela o
Bolivia. En este tercer grupo de =
países
se observa una baja participación del sector privado y menos implicación de=
los
gobiernos locales. No obstante, el
incremento en la participación de organizaciones multilaterales (por ejempl=
o,
el United Nations Development Programme “UNDP”) está promoviendo el Global
Compact en la región. Hay que destacar tal vez las iniciativas de algunas O=
NGs y
de algunos programas universitarios sobre RSC.
Por último, el grup=
o de
los países de Centroamérica y el Caribe (estancados) se observan niveles de
actividades y prácticas de RSC muy bajos a pesar de que en algunos de estos
países existe un alto nivel de ingresos que proviene, principalmente, de
actividades turísticas en general o actividades logísticas, comerciales o
construcción, en el caso de Panamá. El
compromiso de los gobiernos locales es prácticamente inexistente y el del
sector privado destacan, por algo más de proactividad, Costa Rica y Trinida=
d,
gracias al trabajo de asociaciones industriales. Panamá destaca por la
presencia de algunas asociaciones profesionales (SUMARSE) trabajando para
promover la RSC.
Por lo tanto, podem=
os
identificar tres tendencias globales de RSC en las américas:
-&nb=
sp;
El sector privado es relativamente débil y mu=
cha
de la promoción de la RSC se realiza por parte de asociaciones industriales=
o
asociaciones privadas.
-&nb=
sp;
El compromiso gubernamental con la RSC es muy
débil y no se integra dentro de sus políticas globales. Hay que destacar el rol de las organiza=
ciones
multilaterales. (UNDP)
-&nb=
sp;
La cobertura de los medios está bastante
extendida en las economías más industrializadas. Los cursos o asignaturas de
CSR están incluidos en la programación de escuelas de negocios (probablemen=
te
reflejando la norteamericanización de las escuelas de negocios en todo el
hemisferio, un fenómeno que es particularmente fuerte en México). También
existen ONG independientes que trabajan para avanzar en la agenda de la RSC,
pero son poco numerosas y activas.
Si bien la
responsabilidad social corporativa a menudo se presenta como una iniciativa
voluntaria de las empresas con la finalidad de ser buenos ciudadanos
corporativos, la realidad es que las empresas privadas que eligen adoptar e
implementar códigos CSR están en el centro de un sistema de presiones,
incentivos y defensa que involucran a muchos otros actores. Esto es
particularmente cierto en América Latina y el Caribe, donde las presiones e
incentivos a menudo se originan fuera del país en el que la empresa tiene s=
us
operaciones. Diferentes actores influyen en el sistema de RSC, destacando e=
ntre
ellos las empresas domésticas, la sociedad civil a través de las ONGs,
sindicatos, organizaciones empresariales y, sobre todo, empresas extranjeras
que a través de sus acciones de Inversión Extranjera Directa fomentan la RS=
C en
las economías locales y en sus actores (clientes, proveedores, gobiernos).<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> En definitiva, la RSC en América Latina=
se
basa en un conjunto de interacciones entre diferentes sistemas locales,
regionales e internacionales, entre los que destacar la influencia de los
actores internacionales en los sistemas locales.
Por lo que respecta=
a las
entidades públicas o multilaterales, la influencia los países de la OCDE del
hemisferio norte (Canadá, México y Estados Unidos), así como algunos del
hemisferio sur (Argentina, Brasil y Chile), han asumido el compromiso de cr=
ear “Puntos
de Contacto Nacionales” (PCN) encargados de promover a nivel nacional las
Directrices de la OCDE para empresas multinacionales: el instrumento clave =
de
la organización que define las responsabilidades del buen ciudadano
corporativo. Dichos PNC permanecen relativamente aislados dentro de las
burocracias gubernamentales, con pocos recursos para la divulgación, el diá=
logo
con las empresas y la promoción. La
pieza central del esfuerzo multilateral para promover la responsabilidad so=
cial
corporativa en las Américas fue la Conferencia de las Américas sobre
Responsabilidad Social Corporativa, que representó el cumplimiento de una
promesa hecha en el Plan de Acción de la Cumbre de las Américas de Quebec en
2001. La Organización de los Estados Americanos (OAS), la American Agency f=
or
Cooperation and Development (IACD) y el Inter-American Development Bank (ID=
B)
están trabajando para promover y fomentar las prácticas y estándares de RSC=
en
la región Latinoamericana. También=
por
parte del World Bank se han creado una serie de materiales de
aprendizaje y un foro web para aclarar y fomentar la RSC en América Latina.=
Por
último, desde las Naciones Unidas a través del United
Nations Development Program (UNDP) han sido activos en Latinoamérica
promoviendo la adherencia de las organizaciones empresariales locales y
regionales al Global Compact, el cual debe “Servir como un marco de referen=
cia
y diálogo para estimular las mejores prácticas y lograr la convergencia en =
las
prácticas corporativas en torno a valores compartidos universalmente” (Kell=
y
Ruggie, 1999: 104).
En cuanto al sector
privado latinoamericano, La mayoría de las empresas que ostentan un elevado
nivel de actividad, tienen algunas actividades que pueden clasificarse como
participación de la comunidad, o demostrar una buena ciudadanía corporativa,
independientemente de si han publicado códigos o principios de ética
empresarial o RSC en su sitio web. Estos proyectos incluyen un amplio espec=
tro
de actividades, desde el apoyo a eventos culturales y deportivos, desarrollo
social, educación, salud y medio ambiente. Muchas de las mismas empresas que
publican actividades de RSC en sus sitios web, no parecen tener códigos de =
RSC
regularizados con principios u obligaciones específicos, que la empresa se
comprometa a cumplir. Solo algunas pocas de estas empresas han publicado
proyectos o recursos destinados a la RSC.
También es común, en la región, la prevalencia de fundaciones
corporativas a través de las cuales se coordinan la mayoría de los proyectos
filantrópicos, lo que sugiere que, “las compañías latinoamericanas desean
controlar cuidadosamente el cumplimiento de sus obligaciones de la RSC dent=
ro
de una organización que fortalece el reconocimiento de su marca y trabaja c=
on
su estrategia de marketing, en lugar de distribuir la filantropía a través =
de
organizaciones de terceros” (Haslam, 2004).
Según el autor, “la diferencia más significativa entre las empresas
latinoamericanas y aquellas que provienen del norte del continente es que, =
en
estas últimas, prolifera la regulación de códigos y estándares vinculados a=
la
RSC y su información es fácilmente accesible a través de sus páginas web y =
esto
forma parte de un estilo de información transparente sobre el gobierno
corporativo, circunstancia que no se produce en Latinoamérica”
Por lo que respecta=
a la
sociedad civil latinoamericana, esta se configura como un conglomerado de
diversos tipos de organizaciones que pasan desde aquellas inspiradas por
valores religiosos a las que se fundamentan en principios empresariales.
Tampoco son iguales los intereses de este tipo de organizaciones, destacando
las diferencias de las ONGs, independientes del mundo empresarial, de las
organizaciones sectoriales o empresariales, por lo que las organizaciones
verdaderamente independientes del mundo empresarial que trabajan a favor de=
la
RSC en Iberoamérica son pocas y mayoritariamente se encuentran financiadas =
por
fundaciones privadas y organizaciones multilaterales. Se trata de una socie=
dad
civil “amigable” en lugar de ser “combativa” y eso se debe, sin duda, al po=
der
que el mundo económico/político presenta en la región, por lo que la agenda=
de
RSC en Latinoamérica queda vinculada a las organizaciones que la financian =
y a
los intereses de estas. Estas
organizaciones realizan actividades muy similares a aquellas realizadas en =
los
países desarrollados, entre las que destacan la promoción de encuestas, guí=
as
de integración, mejores prácticas, construcción de redes de contacto, confe=
rencias
o grupos de trabajo, todos ellos vinculados a la RSC. Sería exagerado afirmar que el verdad=
ero
interés por la RSC en América Latina solo proviene de fuentes externas, pue=
sto
que las demandas de los consumidores exigiendo buenos ciudadanos corporativ=
os
es creciente, especialmente en los países más avanzados como México, Chile,
Argentina o Brasil. En definitiva,=
las
organizaciones de la sociedad civil, dentro de su diversidad, son actores c=
lave
en la promoción de la RSC en América Latina, siendo la financiación desde el
exterior parte del impulso detrás de este crecimiento, lo que puede ser
preocupante puesto que limita el debate que permite comprender sus efectos y
alentarlas a actuar.
Podemos concluir
afirmando que el sistema de promoción de la RSC está regularmente estableci=
do
en América Latina y el Caribe. Cuenta con el respaldo financiero de agentes
externos (ej. OCDE, matrices de empresas multinacionales, etc.) y se ejecut=
a a
través de una red de organizaciones locales de la sociedad civil, oficinas
gubernamentales, instituciones académicas y empresas privadas que no ceden =
su
gestión a terceros. No está claro =
que
este sistema se traduzca en acciones concretaras y que, por lo tanto, sea d=
igno
de ser financiado con los escasos fondos de las organizaciones multilateral=
es
de desarrollo. La debilidad clave del sistema de RSC en América Latina es q=
ue,
este, no se somete ni a la supervisión ni a la promoción de su cumplimiento=
por
parte de terceras partes independientes. Reconocer cómo funciona el sistema=
de
RSC en América Latina y el Caribe es clave para entender cómo promover la
adopción de códigos internos de ética y conducta y para aumentar la serieda=
d de
ese compromiso. Convertir los compromisos de RSC en resultados es, por lo
tanto, una cuestión de:
-&nb=
sp;
Promover la adopción de códigos de RSC, con
criterios específicos, evaluados y auditados por terceras partes
independientes.
-&nb=
sp;
Fortalecer agencias y ONGs independientes cap=
aces
de evaluar el cumplimiento de los códigos y estándares de RSC.
-&nb=
sp;
Financiar investigaciones que alumbren la for=
ma
en la que los incumplimientos estatales afectan a la RSC en América Latina.=
-&nb=
sp;
Construir una metodología común para evaluar =
los
efectos de la RSC que se aplique a nivel sectorial o de país, contribuyendo=
a
la generación de datos agregados que permita el establecimiento de políticas
específicas de esta materia.
-&nb=
sp;
Fomentar que las empresas e iniciativas priva=
das
confíen sus prácticas de RSC a terceras partes especializadas en lugar de
realizar acciones vinculadas con su marca y su estrategia de marketing e im=
agen
corporativa.
Schimidheiny (2006)
cuestiona “la apropiación de una RSC importada en América Latina, donde las
contingencias más acuciantes, como son la reducción de la pobreza y la
defraudación fiscal no se incluyen en la conceptualización del este tipo de
responsabilidad”. Como contraste, =
De
Oliveira (2006) argumenta que “Las aproximaciones locales del desarrollo de=
la
RSC, en América Latina, pretenden responder a los muchos problemas sociales=
y
medioambientales de la región, como son la deforestación, el desempleo, la
desigualdad en los ingresos, el crimen organizado y la corrupción”. También=
son
relevantes las opiniones de Mateo et al. (2017), que afirman que “En los pa=
íses
Iberoamericanos, la RSC se aplica, en muchas ocasiones, por influencia de l=
os clústeres
industriales y su acción sobre el medioambiente, la responsabilidad laboral=
y
la reducción de la pobreza.” Dicho autor realiza un argumento de una forma =
más
constructiva, afirmando que “La RSC es vista por muchos latinoamericanos co=
mo
una esperanza de cambio que afronte la pobreza persistente, la degradación
medioambiental, la corrupción y el estancamiento económico”.
Según Petry et al. (2015) “Las principales actividades de inversión soc=
ial
en la región Centroamericana son por orden de importancia: educación, medio
ambiente, salud, empleo. En Pana=
má
son, también por orden de importancia: Educación, Medioambiente, Cultura y
Deporte, Salud, Desarrollo Económico de la Comunidad. Por lo general, las empresas selecciona=
n las
temáticas hacia las cuales enfocan su inversión social en función de las
fortalezas del negocio y las características particulares de su actividad.<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> Lo que buscan es mitigar los impactos
negativos que provocan, maximizar sus aportes a la sociedad o una combinaci=
ón
de las dos estrategias. (por ejemp=
lo,
una empresa con un alto consumo de agua busca compensar esta huella con
programas de recuperación de cuencas hidrográficas). Las principales poblaciones atendidas =
por
los proyectos y programas de inversión social en la región son: Las comunidades de impacto directo con =
la
empresa, la niñez, las personas en condición de pobreza, la juventud, la
adolescencia y las mujeres. Las
empresas centroamericanas son conscientes del rol fundamental que tiene el
sector privado en el desarrollo de un país. Señalan que la mejor aportación
social que pueden realizar es la contribución y creación de empleos decente=
s,
pagos de impuestos y provisión de bienes y servicios. Las empresas desempeñan un rol importan=
te en
la construcción y fortalecimiento de la gobernabilidad de la sociedad y deb=
en
complementar la acción pública sin reemplazar el rol del estado u otros age=
ntes
comprometidos con el desarrollo. Otro aspecto clave es una postura empresar=
ial
ética y responsable, que consideran necesaria pero no suficiente. El punto de partida debe ser el de no h=
acer
daño a la sociedad, haciéndose cargo de los impactos negativos que generan =
en
su entorno social, económico y ambiental”.
5
Conclusiones y recomendaciones.
El
hecho de que la Inversión Extranjera Directa, cuando va acompañada de
Responsabilidad Social Corporativa, aporta una serie de ventajas a las
economías de los países en vías de desarrollo, entre las que se encuentra la
reducción de la pobreza, está acreditado a nivel académico y práctico. Son
muchos los autores que postulan esa afirmación y muchos los gobiernos que
aplican políticas e incentivos de atracción de la Inversión Extranjera Dire=
cta,
conocedores de los beneficios que esta aporta al país receptor y a su econo=
mía.
Comparadas
con las prácticas, políticas y estándares de Responsabilidad Social Corpora=
tiva
llevadas a cabo por empresas europeas o norteamericanas, las actuaciones
llevadas a cabo en la región Centroamericana parecen ser las más distantes =
al
modelo que propugnan los países avanzados. Algunos autores califican a los
países de Centroamérica y El Caribe como “estancados” en cuanto a la capaci=
dad
de comportarse como buenos ciudadanos corporativos a sus organizaciones
empresariales. No obstante, la
Responsabilidad Social Corporativa es vista por muchos latinoamericanos como una
esperanza de cambio que afronte la pobreza persistente, la degradación
medioambiental, la corrupción y el estancamiento económico.
A
pesar de que en Panamá se realizan importantes esfuerzos en cuanto a la
promoción de la Responsabilidad Social Corporativa por parte de empresarios,
organizaciones, sociedad civil y, sobre todo, organismos multilaterales
internacionales, algo parece no estar funcionando si las ratios de pobreza
multidimensional se mantienen tan altos.
Panamá
es el país de la región Iberoamericana que más Inversión Extranjera Directa
atrae con respecto al Producto Interior Bruto.
En porcentaje, la IED se situaría en torno al 9% del PIB en términos
brutos. No obstante, sus ratios de
pobreza son altos, un 19.1% de la población total, lo que representó en
términos absolutos 777,752 personas y un total de 138,410 hogares. La
situación es todavía más preocupante si nos centramos exclusivamente en las
comarcas indígenas donde se presentan las mayores proporciones de personas
pobres, siendo el nivel de incidencia el siguiente: Comarca Ngäbe Buglé
(93.4%), Comarca Guna Yala (91.4%) y Comarca Emberá (70.8%). El promedio de estos tres valores super=
a en
4.5 veces el valor del promedio nacional y es muy similar al de las regiones
menos avanzadas del planeta.
Las
causas de esas preocupantes cifras las debemos buscar en el modelo de
Responsabilidad Social Corporativa que se aplica en Panamá, cuyas
características resumo a continuación:
-
Las organizaciones empresariales gestionan la
Responsabilidad Social Corporativa bajo el régimen de su marca y como parte=
de
su campaña de marketing, priorizando el beneficio y reconocimiento de su im=
agen
corporativa, o la de su fundador, sobre otros aspectos.
-
Normalmente no se delegan las funciones y acciones=
de
Responsabilidad Social Corporativa a terceros especializados, se hace de fo=
rma
interna en las empresas y sin la necesaria supervisión y auditoría
independiente en cuanto a los términos de responsabilidad social.
-
En la mayoría de las ocasiones se confunde la
Responsabilidad Social Corporativa con la filantropía. Así, se promueven iniciativas de plan=
tado
de árboles, limpieza de bosques y playas, eventos deportivos o formación
interna de los empleados, pero no se acometen, frecuentemente, acciones de
responsabilidad que afecten a aquellos aspectos de la cadena de valor en los
que la actividad empresarial se mezcla con la sociedad.
-
Dichas acciones de filantropía, que algunos defini=
mos
como “filantrocapitalismo” much=
as
veces se acometen por tradición familiar, por valores religiosos o por imag=
en
social. No es que esto sea intríns=
icamente
malo, pero no supone la maximización de la utilización de los recursos
empleados en aquello que es realmente necesario, como pueda ser la reducció=
n de
la pobreza.
No
debemos entender lo anterior como una crítica, más bien como una reflexión
constructiva que nos permita identificar las áreas de mejora y oportunidad,=
de
forma que la Responsabilidad Social Corporativa se integre dentro del ADN d=
e las
organizaciones empresariales y de la sociedad en su conjunto, desde los
accionistas hasta el último de los trabajadores, desde el gobierno hasta la
sociedad civil. Solo de esa forma=
las
empresas locales serán capaces de alcanzar una ventaja competitiva a través=
de
la Responsabilidad Social Corporativa al igual que sucede en los países
avanzados, donde las organizaciones empresariales ocupan la mayor parte de =
su
tiempo atendiendo las inquietudes de sus consumidores y stakeholders, en lu=
gar
que tener que hacerlo por intentar mejorar los mínimos estándares y condici=
ones
de vida de sus ciudadanos, entre ellos, evitar la pobreza.
Las
recomendaciones que emanan de los principales autores y organismos
multinacionales en cuanto a un correcto ejercicio de Responsabilidad Social
Corporativa configuran el modelo que debería ponerse en práctica en la Regi=
ón
Centroamericana y en Panamá. Estas
recomendaciones consisten en las siguientes prácticas, políticas y estándar=
es:
-
· =
· =
· =
· =
Lantos
(2001) opina que existen seis estadios o jerarquía en cuanto a los niveles =
RSC
a implementar por parte de las organizaciones empresariales, añadiendo a los
cuatro de Carroll, los siguientes:
· =
· =
-&nb=
sp;
· =
· =
-
- =
1-&n=
bsp;
Se entiende por stakeholder cualquier individuo o
grupo que tenga incidencia o quede afectado o condicionado por la actividad=
de
la empresa.
2-&n=
bsp;
La dirección estratégica de la empresa debe atende=
r la
consecución de los objetivos propios de los accionistas y de todo el amplio
abanico de partes interesadas, lo que facilita la pervivencia de la
organización en el largo plazo.
3-&n=
bsp;
El objetivo y la razón de ser de la empresa, desde=
el
punto de vista ético (Fernández, 2007) es la maximización del bienestar de
"todos" los stakeholders.
4-&n=
bsp;
La teoría de la empresa se incardina en un contexto
moral (Freeman, 1994) puesto que existe una constante y dinámica interrelac=
ión
entre esta, su gestión y la dimensión moral de su actividad.
5-&n=
bsp;
La empresa debe ser entendida como un conjunto de
stakeholders que interactúan entre sí de manera constante y dinámica.
6-&n=
bsp;
En la teoría de stakeholders, el modelo de gestión
empresarial facilita que la dimensión ética encuentre acomodo de forma natu=
ral.
-
En
definitiva, las organizaciones empresariales deben actuar como un buen ciudadano. De esa forma, los empleados crean un se=
ntido
de pertenencia por el desarrollo positivo que recibe la comunidad local y l=
os
stakeholders, en su conjunto, ven en la actividad empresarial una respuesta=
a
sus demandas de sostenibilidad y compromiso con la sociedad. También se deben prevenir y, en su defe=
cto, mitigar
los daños que se produzcan en las actividades de la cadena de valor empresa=
rial,
daños pasados, presentes o futuros, lo que implica un desafío operacional q=
ue
debe afrontar cada tipo de organización. Cada empresa, cada industria o cada
sector pueden generar diferentes impactos de responsabilidad social en su
cadena de valor. Para ello, se deben identificar objetivos claros y concret=
os
que sean monitoreados con cierta frecuencia y de forma independiente
Para
la reducción de la pobreza multidimensional no basta con la filantropía o s=
imple
entrega de dinero con objetivos más o menos definidos. No se trata de entre=
gar
caridad o simplemente “lo que sobra”. Se trata de establecer las condicione=
s y
el entorno adecuado para que la sociedad avance en su conjunto, de forma
equilibrada, fomentando la educación, la salud, la vivienda, la calidad de =
las
infraestructuras y todo ello configurado dentro de un modelo sostenible a l=
argo
plazo. Sin duda, lo anterior configura un derecho y una responsabilidad para
todos.
Con
sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa, las organizaciones
empresariales no deben sustituir al estado acometiendo las funciones básica=
s de
bienestar social. Esta tarea nos
corresponde a todos. El ámbito de =
la
empresa privada, las instituciones académicas y universitarias, la sociedad
civil a través de sus organizaciones sin ánimo de lucro, los gremios,
sindicatos y organizaciones empresariales, el estado y, en definitiva, la
sociedad en su conjunto, debemos aunar esfuerzos para facilitar la disminuc=
ión
de la pobreza y, de esa forma, contribuir al bienestar social y al desarrol=
lo
sostenible. Esa es la única vía para garantizar la pervivencia de las
organizaciones empresariales y de nuestra sociedad en su conjunto.
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