MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D6668A.9B745220" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como archivo de almacenamiento web. Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos, como Windows® Internet Explorer®. ------=_NextPart_01D6668A.9B745220 Content-Location: file:///C:/4478122E/07GuevaraMann.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
Modern Panama, de
Conniff y Bigler:
Una lectura de nue=
stra
evolución política reciente.
Carlos Guevara Mann[1],*,
Joaquín Denis[2]
1Profesor
de Ciencias Políticas y Director de la Maestría en Relaciones Internacional=
es
de Florida State University, Panamá.
2Estudiante, Florida State
University, Panamá (2018-2020); University of Massachusetts (2020-).=
*Autor para Correspondencia. E-mail:
Recibido: 16 de mayo de 2020
Aceptado: 25 de jun=
io de
2020
___________________________________=
_________________
Cambridge University Press, una de =
las
editoriales universitarias más prestigiosas, publicó en 2019 Modern Pana=
ma:
From Occupation to Crossroads of the Americas, cuyos autores son el
conocido historiador Michael L. Conniff y el diplomático Gene E. Bigler, am=
bos
estadounidenses. La versión en esp=
añol, Panamá
moderno: De territorio ocupado a centro de las Américas fue publicada s=
imultáneamente
por la Fundación Ciudad del Saber y Novo Art.
Esta reseña se basa en el texto original (en inglés), al cual
corresponden las referencias y los números de página indicados a continuaci=
ón.
Un pasado de tensiones
Modern Panama cubre
nuestra historia reciente a partir de 1980. El primer capítulo, sin embargo=
, se
remonta a los orígenes de Panamá como Estado nominalmente independiente, tr=
as su
separación de Colombia en 1903. Este capítulo enfatiza las tensiones entre
Panamá y Estados Unidos a lo largo del siglo XX, que culminaron en los
acontecimientos del 9 de enero de 1964. <=
/span>En
esa ocasión, tres días de protesta nacionalista dejaron un trágico saldo de=
25
muertos (incluidos cuatro soldados estadounidenses). Los autores destacan el trato discrimin=
atorio
recibido por muchos panameños en la Zona del Canal bajo administración
estadounidense (1904-1979). Los
panameños eran excluidos y, a menudo, intimidados por los “zonians” y funci=
onarios
de la Zona del Canal, contribuyendo así a crear relaciones poco saludables
entre ambas partes.
El golpe militar de 1968—y la dicta=
dura
de 21 años a la cual dio origen—también son abordados en el primer capítulo=
. El golpe de 1968 impulsó el ascenso al =
poder
de la Guardia Nacional, inicialmente dominada por dos oficiales, Boris Mart=
ínez
y Omar Torrijos. A principios del año siguiente, Torrijos depuso a Martínez=
y,
en colaboración con agencias estadounidenses de inteligencia, lo envió al
exilio a Miami. Durante los siguie=
ntes doce
años, Torrijos fue el dictador de Panamá. Después de firmar con Estados Unidos dos
tratados sobre el canal, en 1977, anunció un supuesto “retorno a la democra=
cia”. Relajó las restricciones a la actividad
política y, en 1978, seleccionó para presidente de la República a uno de sus
colaboradores, Aristides Royo.
Torrijos murió en un accidente aére=
o en
1981. Después de su muerte, la Guardia Nacional fortaleció su control sobre=
el
país bajo los dictadores Rubén Paredes (1982-1983) y, especialmente, Manuel=
Noriega
(1983-1989). En general, los autor=
es
tratan el período militar con bastante lenidad, sin adentrarse en la
conculcación de derechos humanos que llevó a su masiva violación y a la pér=
dida
de vidas humanas desde los inicios del régimen castrense. Lamentablemente, casos de derechos human=
os, como
la desaparición del sacerdote Héctor Gallego (1971),[3]
no tienen cabida en el texto, el cual tampoco profundiza sobre la pérdida d=
e la
institucionalidad democrática, el aumento exponencial de la corrupción y la
transformación del país en una plataforma al servicio del crimen organizado=
.
Por ello, Modern Panama puede
leerse, con provecho, en conjunto con textos como Noriega y Panamá, =
del finado
profesor Humberto E. Ricord, respetado catedrático de Derecho, quien nos
recuerda, entre otros detalles fundamentales, los desmanes de la dictadura =
de
Noriega, tales como el monumental fraude electoral de 1984, el cual espuria=
mente
instaló a Nicolás Ardito Barletta en la presidencia de la República, y la
anulación de las elecciones de 1989.[4]=
a> En esos comicios venció la nómina oposi=
tora
encabezada por Guillermo Endara Galimany, triunfo que Conniff y Bigler,
lamentablemente, no presentan en su justa dimensión, a pesar de su contunde=
ncia. El Dr. Ricord describe el sistema polít=
ico
vigente en Panamá en los años del militarismo como una “narcodictadura”, en=
cabezada
por el “narcodictator Noriega”.[5]=
a>
A principios de la década de 1980,
Panamá sufrió los efectos de una profunda crisis económica en América Latin=
a,
que creó dificultades y exacerbó los problemas de endeudamiento en todas pa=
rtes
de la región, incluyendo al istmo (pág. 69). En Panamá, el PIB cayó un 4.5 por ciento=
en
1983.[6]
Hacia el final de esa década problemática, estalló una crisis política como
resultado de la violenta respuesta del régimen a las protestas populares que
exigían la partida de Noriega.
La agitación política tuvo graves r=
amificaciones
económicas, particularmente como resultado de las fuertes sanciones impuest=
as
por Estados Unidos para lograr la salida de Noriega, quien, de agente pagad=
o de
la CIA y estrecho colaborador de la política de Washington hasta mediados d=
e la
década de 1980, pasó a convertirse en enemigo declarado de los presidentes =
Ronald
Reagan (1981-1989) y George H.W. Bush (1989-1993). En 1987, el PIB panameño disminuyó en 2 =
por
ciento; el año siguiente, la caída fue mucho más drástica (13 por ciento).<=
/span>[7] Sin
embargo, las medidas económicas de Estados Unidos no lograron la expulsión =
del
tirano. Finalmente, para deshacers=
e de
él, el 20 de diciembre de 1989 Washington inició la Operación “Causa Justa”,
una acción militar a gran escala. =
Después
de refugiarse en la legación diplomática de la Santa Sede en Panamá, el 3 de
enero de 1990, Noriega se entregó voluntariamente a oficiales de la DEA (Dr=
ug
Enforcement Agency, la agencia estadounidense de control de drogas).=
[8] La
invasión derrocó al régimen militar y permitió que el presidente legítimame=
nte
elegido en mayo de 1989, Guillermo Endara, asumiera el poder. El pueblo
panameño recuperó así la posibilidad de reconstruir su país.
La transición democrática
Sin embargo, según Conniff y Bigler=
, la
administración de Endara fue desilusionante. Muchos opositores al régimen
militar esperaban una nueva constitución democrática producida por una
convención constituyente ampliamente elegida.
Pero el presidente Endara decidió atenerse a la carta fundamental im=
puesta
por los militares en 1972, reformada por la dictadura en 1983.[9] Posteriormente,
Endara optó por un proyecto de reformas constitucionales, derrotado en el
referéndum celebrado en 1992 (pág. 86).
A pesar de la opinión negativa de l=
os
autores sobre la administración de Endara, en 1994 la economía había vuelto=
a
la normalidad y el país había transitado a la democracia. Según el Centro
Nacional de Competitividad (CNC), entre 1990 y 1994 la economía de Panamá
creció, en promedio, a 6.8 por ciento por año.[10] Las
elecciones celebradas al final del gobierno de Endara dieron como resultado=
el
regreso al poder del Partido Revolucionario Democratico (PRD), fundado por =
Omar
Torrijos y controlado, en ese momento (1994) por Ernesto Pérez Balladares, =
prominente
colaborador del régimen militar.
El retorno del PRD
Los autores afirman que bajo el
presidente Pérez Balladares (1994–1999), “el PIB de Panamá comenzó a crecer
nuevamente en 1996, a casi un 6 por ciento anual” (pág. 102). Sin embargo, =
un
documento del CNC revela que la economía de Panamá nunca dejó de expandirse
desde 1989. De hecho, la tasa de
crecimiento promedio bajo Endara (6.8 por ciento en 1990-1994) fue mayor que
bajo Pérez Balladares (4.5 por ciento en 1995-1999), según la misma fuente
consultada (CNC).[11] Aun
en este contexto de crecimiento, persistió el desempleo, que Conniff y Bigl=
er sitúan
en 13 por ciento durante la administración de Pérez Balladares, y se mantuv=
o la
grave desigualdad en la distribución del ingreso, que los autores califican
como “la peor” del hemisferio occidental (pág. 103).
Asuntos relacionados con la transic=
ión
del canal ocuparon gran parte de la atención del gobierno de Pérez Balladar=
es. El período de transición, según lo acord=
ado en
el Tratado del Canal de Panamá de 1977, culminaría el 31 de diciembre de 19=
99,
cuando Estados Unidos tenía previsto entregar la vía acuática y clausurar s=
us
últimas bases militares en el istmo. Panamá
asumiría entonces la plena responsabilidad de administrar el canal.
Como parte de la preparación para el
traspaso final a Panamá, a medida que los “zonians” se retiraban de sus pue=
stos
de trabajo, las plazas vacantes eran asumidas por panameños. Este proceso era resentido por algunos
elementos estadounidenses, que intentaron sabotear la transición. La Comisión del Canal de Panamá (CCP), e=
ntidad
del gobierno federal de Estados Unidos, responsable de administrar el canal
entre 1979 y 1999, trabajó para garantizar una rotación sin problemas,
inicialmente bajo el liderazgo capaz del administrador Gilberto Guardia
(1990-1996), un punto que los autores omiten en la pág. 29. Guardia fue
sucedido por Alberto Alemán Zubieta (1996-2012), primero como administrador=
de CCP
y, después de 1999, como director ejecutivo de la Autoridad del Canal de Pa=
namá
(ACP), creada en 1997 para administrar la vía acuática luego de su traspaso=
.
Inspirado por otros líderes
latinoamericanos en la década de 1990 (Fujimori, en Perú; Ménem, en Argenti=
na;
Cardoso, en Brasil), Pérez Balladares se interesó en obtener para sí segund=
o período
consecutivo de cinco años, a pesar de que la Constitución panameña prohíbe =
la
reelección presidencial inmediata. Su
intento de cambiar la ley fundamental para continuar en el cargo fracasó, ya
que fue contundentemente derrotado en el referéndum constitucional de 1998.=
En consecuencia, los comicios tuvieron l=
ugar
en 1999, sin la candidatura de Pérez Balladares. Mireya Moscoso, dirigente del opositor P=
artido
Panameñista y viuda del líder histórico, Arnulfo Arias (1901-1988), ganó las
elecciones. Poco después de asumir=
el
cargo en septiembre de 1999, tuvo lugar la entrega del canal a Panamá, segú=
n lo
prescrito en el Tratado del Canal de 1977.
La primera mujer presidente
A inicios de su mandato, la preside=
nte
Moscoso declaró que su objetivo principal era combatir la pobreza. Sus orígenes modestos en Pedasí, un pint=
oresco
pueblo en la provincia de Los Santos, contribuyeron a darle una imagen de
sensibilidad social. Su denominada
“Agenda Social” se centró en obtener una reducción anual del 3 por ciento e=
n la
incidencia de pobreza y de 2 por ciento en el índice de analfabetismo (págs.
159-60). De acuerdo con Modern =
Panama,
cuando le faltó el apoyo de la Asamblea Nacional para implementar su progra=
ma,
en 2001, Moscoso cambió el énfasis hacia el desarrollo humano. En asocio del Programa de las Naciones U=
nidas
para el Desarrollo (PNUD), intentó generar amplia participación ciudadana e=
n la
definición de estrategias. Su proyecto abarcaba áreas como la educación, la=
atención
médica y mayores oportunidades para las mujeres, entre otros aspectos (pág.
162).
Aunque inicialmente proyectaba tener
las mejores intenciones para su país, Conniff y Bigler afirman que Moscoso
recurrió al soborno para alcanzar ciertos objetivos y usó recursos del Esta=
do
para gratificar a sus colaboradores y allegados. Algunas de sus prácticas, como entregar=
relojes
finos a los legisladores o vehículos costosos a los miembros de su gabinete,
fueron muy criticadas. Gastó fondo=
s públicos
en visitas al extranjero y protegió a implicados en actividades dudosas (pá=
g.
163). Una percepción de corrupción=
e
incapacidad gubernamental condujo a la derrota del Partido Panameñista en l=
as
elecciones de 2004 y a un retorno al poder del PRD, ese mismo año (pág. 169=
).
El hijo del dictador
El próximo jefe de Estado de Panamá=
fue
un hijo de Omar Torrijos, dictador de 1968 a 1981. Poco después de la elecc=
ión
de Martín Torrijos, en mayo de 2004, se presentó a la Asamblea Legislativa =
una propuesta
de reforma constitucional, la cuarta desde que los militares impusieron la =
Constitución
de 1972.[12] La
reforma de 2004 redujo el número de escaños en la cámara, de 78 a 71; adela=
ntó la
toma de posesión presidencial, del 1 de septiembre al 1 de julio; eliminó la
inmunidad de los miembros de la Asamblea en casos penales; y prohibió el
nombramiento de diputados y ministros de Estado como magistrados de la Corte
Suprema de Justicia. También intro=
dujo
la posibilidad de cambiar la constitución a través de una asamblea
constituyente (pág. 171), aunque mediante un procedimiento complicado y
oneroso.
Aunque los autores elogian las acci=
ones
de Martín Torrijos, su administración estuvo plagada de escándalos, incluid=
a la
participación de la dirigencia del PRD en los sobornos del Centro Multimoda=
l y
de Servicios (CEMIS, revelado durante la administración de Moscoso). Fue bajo la presidencia de Torrijos que
Odebrecht, el consorcio brasileño de la construcción acusado de actividades
corruptas en toda América Latina, comenzó a operar en Panamá (pág. 277 nota.
7).[13] Entre otros graves problemas, hubo prote=
stas populares
contra la reforma de la seguridad social, reprimidas violentamente por el
gobierno, con saldo de varios muertos y un envenenamiento masivo por la
distribución de un jarabe para la tos, contaminado, importado de China por =
la Caja
de Seguro Social (pág. 187), a través de una compañía cuyos propietarios, p=
resuntamente,
estaban vinculados al gobierno.
La campaña para las elecciones de 2=
009
comenzó temprano. Entre los aspira=
ntes a
la presidencia, Ricardo Martinelli tuvo un rápido ascenso en las simpatías
populares. Propietario de una impo=
rtante
cadena de supermercados y muchos otros negocios, tenía abundantes recursos =
a su
disposición, lo que ayudó a aumentar su visibilidad.
El oficialismo candidatizó a Balbina Herrera, estrecha colaboradora del dictador Noriega durante la era militar.= El expresidente Guillermo Endara nuevamente entró al ruedo (había sido candidato en 2004 co= ntra Martín Torrijos), pero su propuesta no generó entusiasmo. Juan Carlos Varela, del Partido Panameñi= sta, inicialmente obtuvo la candidatura de su partido, pero en enero de 2009 se unió a Martin= elli. La nómina en encabezada por Martinelli,= con Varela como vicepresidente, ganó la elección presidencial en mayo de 2009.<= o:p>
El canal en manos panameñas
El capítulo 7 se concentra en el ca=
nal
bajo la administración panameña, que los autores describen como altamente e=
xitosa.
Desde que asumió la administración=
de la
vía acuática, el 31 de diciembre de 1999, la Autoridad del Canal (ACP) llev=
ó a
cabo varias mejoras, tales como el reemplazo de las “mulas” (locomotoras) q=
ue
ayudan a los cruces de las naves, la instalación de sistemas hidráulicos
modernos para las compuertas de las esclusas y la profundización del Corte
Culebra y el Lago Gatún, de 10.4 a 14.2 metros, entre otras (pág. 211).
Simultáneamente, surgieron nuevas
situaciones que no se habían previsto anteriormente. La principal de ellas se refiere al camb=
io
climático. En los últimos años, la disminución de la disponibilidad de agua=
ha
requerido establecer limitaciones temporales al calado de los barcos que
utilizan la vía (pág. 216). A pesa=
r de
los nuevos desafíos, Modern Panama aduce que durante los años de “hi=
percrecimiento”
en el nuevo milenio, el impacto económico del canal aumentó. Conniff y Bigler aseveran que increment=
ó en
aproximadamente dos tercios para representar más del 10 por ciento de la
economía nacional (pág. 231). Sin
embargo, según la ACP, la contribución más alta del canal al PIB panameño e=
n 1999-2019
tuvo lugar en 2011, cuando se acercó al 7.5 por ciento.[14]
Más específicamente, según el perió=
dico
El Capital Financiero, los aportes directos al Tesoro Nacional
ascendieron a 16.8 mil millones de dólares en el mismo período (1999-2019).=
[15] En
el año fiscal 2019, los ingresos totales del canal ascendieron a 3.4 mil
millones de dólares, de los cuales el Tesoro Nacional recibió, directamente,
1.8 mil millones de dólares.[16]<=
/a>
Los autores asignan una parte
sustancial de su capítulo 7 al programa de expansión emprendido entre 2007 y
2016. El proyecto tenía como propó=
sito agregar
un segundo carril a la ruta, con nuevas esclusas en Agua Clara (Atlántico) y
Cocolí (Pacífico), para permitir el paso de barcos más grandes (Postpanamax=
). Si bien mencionan el respaldo del presid=
ente
George W. Bush (pág. 186), pasan por alto que el fuerte apoyo de Estados Un=
idos
respondió a intereses comerciales muy arraigados.
En efecto, grandes consorcios
comerciales y empresas marítimas internacionales presionaron a la administr=
ación
de Bush (así como al Gobierno panameño) para que apoyara la ampliación del
canal, a fin de impulsar la actividad portuaria en Estados Unidos y el cons=
umo,
en ese mismo país, de bienes importados del Lejano Oriente.[17] De
esta manera, la expansión del canal se concibió, no en beneficio de las
necesidades de desarrollo de Panamá, sino para atender importantes intereses
económicos internacionales, como fue el caso de otros megaproyectos en el
istmo, tales como el Ferrocarril transístmico (terminado en 1855), el canal
original (inaugurado en 1914) y el centro bancario internacional (estableci=
do
en 1970 a solicitud del magnate estadounidense David Rockefeller).[18]
Conniff y Bigler manifiestan que “u=
na
gran mayoría de la población aceptó que el destino del país dependía
significativamente de mantener la competitividad del canal mediante su
ampliación” (pág. 222, traducción nuestra). En realidad, el plan tuvo el respaldo ci=
erto
de tan solo un tercio de la ciudadanía, ya que el referéndum nacional sobre=
la
propuesta solo logró obtener la participación del 43 por ciento del elector=
ado
(del cual, el 76 por ciento votó a favor).[19] Aun
así, el proyecto se llevó a cabo, aunque no sin sobrecostos y reclamos por =
miles
de millones de dólares, aún bajo arbitraje, otro punto que omiten los autor=
es.[20]
Con gran fanfarria, el 26 de junio =
de
2016 el presidente Juan Carlos Varela (2014-2019) inauguró la ampliación del
canal (pág. 272). Los tránsitos to=
tales
a través de la vía aumentaron de 13,114 en el año fiscal 2016 a 13,548 en el
año fiscal 2017 (3 por ciento).[21]<=
/a>
En el año fiscal 2018, los tránsitos subieron a 13,795 (2 por ciento sobre =
el ejercicio
anterior), cayendo ligeramente a 13,785 en el año fiscal 2019.[22] En
años recientes, el petróleo y sus productos derivados, muchos de ellos proc=
edentes
de Estados Unidos con destino a Corea del Sur, Japón y Chile, han ganado
protagonismo como el principal producto que atraviesa el canal, seguido de
mercancías en contenedores que hacen el trayecto desde el Lejano Oriente ha=
cia costa
este de Norteamérica.[23]
El gobierno de “la locura”
El gobierno de Ricardo Martinelli e=
s el
tema del capítulo 8 de Conniff y Bigler. Los autores describen las primeras etapa=
s de
su administración como “rápidas y furiosas” (“fast and furious”). Ma=
rtinelli
obtuvo aceptación inicial con programas como “100 a los 70”, el cual otorgó=
un
subsidio mensual de 100 dólares a toda persona mayor de setenta años que no=
estuviese
pensionada o jubilada; un aumento en el salario mínimo; un incremento salar=
ial
del 30 por ciento para los policías; y una rebaja en las facturas de
electricidad que, según algunos, jamás se concretó (págs. 233, 269).=
[24] Pero
Martinelli era un personaje impredecible: muchos tuvieron problemas para tr=
atar
con él. Siguiendo el lema de su ca=
mpaña,
“los locos somos más”, los panameños comenzaron a llamarlo “el Loco”, debid=
o a
su imprevisibilidad.[25] Consecuentemente, su administración rec=
ibió
un curioso sobrenombre: “gobierno de la locura”.
La administración de Martinelli des=
arrolló
la infraestructura de transporte del país de manera importante. Completó la primera línea de tren urban=
o (“metro”)
en Centroamérica y la tercera fase del tramo marino de la ciudad capital (C=
inta
Costera III, muy criticada por su impacto visual sobre el Casco Antiguo de =
la capital);
mejoró el transporte urbano capitalino, creando el sistema del “Metro Bus” =
en
reemplazo de muchos de los desordenados operadores independientes (los llam=
ados
“diablos rojos”); amplió la vía Domingo Díaz hasta el aeropuerto de Tocumen=
; y construyó
o pavimentó otras carreteras en todo el país. Sin embargo, estos proyectos fueron ecli=
psados
por la corrupción. Como ocurrió en gobiernos anteriores, los contratistas de
obras públicas, incluyendo a Odebrecht, ya mencionada, acordaron con
funcionarios del gobierno la añadidura de los llamados “sobrecostos” a much=
os
contratos con el Estado. De acuerd=
o con
dicha práctica corrupta e ilegal, las sumas en exceso del precio original d=
e la
contratación se dividen entre funcionarios y contratistas (págs. 262, 277).=
[26] Bajo Martinelli, sin embargo, las cantid=
ades
involucradas fueron enormes.
Martinelli también fue acusado de
interceptaciones telefónicas ilegales a críticos y opositores. Después de d=
ejar
el cargo en 2014 y huir a Estados Unidos a inicios de 2015, en 2018 fue ext=
raditado
y juzgado en Panamá. Sin embargo, =
como
era de esperar, dados los niveles de corrupción judicial en el país, en 201=
9 un
tribunal lo declaró “inocente”.[27]<=
/a>
Las elecciones de 2014, presididas =
por
Martinelli, fueron problemáticas. =
La
“inversión” en la campaña, principalmente por el gobierno, alcanzó niveles =
sin
precedentes. Tras haberse separado del vicepresidente Varela en 2011—luego =
de
que el presidente lo destituyera como ministro de Relaciones Exteriores, una
amarga rivalidad se suscitó entre ambos y caracterizó la contienda electora=
l. Esta fue una carrera a tres bandas, entre
Varela, el candidato presidencial del Partido Panameñista; José Domingo Ari=
as,
aspirante de CD a la presidencia; y Juan Carlos Navarro, del PRD. Contrariamente a todas las expectativas,
Varela, a quien las encuestas siempre ponían en tercer lugar, ganó las
elecciones.
Un nuevo quinquenio panameñista
El inesperado triunfo de Varela des=
afió
a los expertos, según Conniff y Bigler, y causó consternación en las “élite=
s”
políticas (pág. 273). Al contrario=
de
Martinelli, el estilo personal de Varela fue “discreto”. Su gobierno logró
completar proyectos iniciados en el período anterior, como la ampliación del
canal, el Puente Atlántico sobre la vía acuática en Colón y una segunda lín=
ea
del metro (pág. 274). Pero, por
ineptitud o corrupción (o ambas), otras obras no pudieron concluirse.
La Ciudad de la Salud, uno de los
proyectos más controvertidos de Martinelli, tenía un costo original de 517
millones de dólares, estimándose que su construcción terminaría en 2015. La construcción se asignó al consorcio e=
spañol
Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), eventualmente implicado en
esquemas de corrupción en América. A la
fecha, el proyecto sigue inconcluso; la nueva fecha de finalización previst=
a es
2022. Para entonces, su costo total
podría haber aumentado a 850 u 890 millones de dólares.[28] La
Ciudad de la Salud es un ejemplo de ineficiencia y corrupción generalizadas=
en
la construcción de obras públicas en Panamá. Hacia el final de la administración de V=
arela,
La Estrella de Panamá calculó que el gobierno entrante heredaría
proyectos incompletos por valor de 5.9 mil millones de dólares.[29]
En abril de 2016, la publicación de=
la
investigación titulada “Papeles de Panamá” (“Panama Papers”) por el
periódico alemán Süddeutsche Zeitung agregó una nueva cicatriz a la
imagen internacional del país. Con=
niff y
Bigler recalcan que los “Papeles de Panamá” constituyeron la mayor filtraci=
ón
de información bancaria en la historia: 11.5 millones de archivos, extraído=
s de
la firma forense Mossack Fonseca (págs. 298-299). Hubo indignación mundial
cuando los datos filtrados mostraron que funcionarios gubernamentales en to=
do
el mundo, además de familiares y colaboradores, habían ocultado miles de
millones de dólares en compañías fantasmas y cuentas en el extranjero cread=
as
por dicha firma de abogados radicada en Panamá.
Aunque la mayoría de las cuentas
bancarias estaban ubicadas en otras jurisdicciones, el nombre “Panama Pa=
pers”
se mantuvo invariablemente (pág. 299). A pesar de los intentos (cosméticos,=
en
su mayoría) de la administración de Varela por limpiar el nombre del país, =
la
enorme filtración socavó aún más la reputación de Panamá como escenario de
actuaciones turbias y venales. Con=
base
en los documentos filtrados, algunos países y organizaciones internacionales
aprovecharon la oportunidad para incluir al istmo en sus “listas negras”.=
span>[30]
Un gobierno lento, que le valió a
Varela el apodo de “tortugón”,[31]<=
/a> agravado por la corrupción, la
ineficiencia, las disputas entre los partidos políticos y el aumento de los
gastos del gobierno (pág. 305) exasperó a muchos panameños. Aunque Conniff y Bigler no cubren las
elecciones de 2019, vale la pena mencionar que siete candidatos participaro=
n en
la contienda por la banda presidencial. Tres candidaturas independientes
obtuvieron casi una cuarta parte de la votación. Al final, Laurentino Cortizo, del PRD, f=
ue
proclamado ganador con el 33 por ciento de los votos, seguido muy de cerca =
por el
aspirante presidencial del CD de Martinelli, Rómulo Roux (31 por ciento), d=
espués
del cual el independiente Ricardo Lombana obtuvo el 19 por ciento de los vo=
tos.
En estas elecciones, el oficialism=
o (Partido
Panameñista) tuvo los resultados más bajos en su historia (11 por ciento).<=
/span>[32]
Conclusión
Los autores inician su recapitulaci=
ón
final con una enumeración de algunas de las atracciones de Panamá, incluidas
las instalaciones del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales
(STRI) en el país, Gamboa Rainforest Resort, museos en la ciudad capital y =
pueblos
de provincias, playas en las costas del Caribe y el Pacífico, bosques
tropicales y ecosistemas montañosos hacia el este y el oeste de la zona
transístmica, entre otras. A continuación, presentan un breve resumen de los
acontecimientos desde la década de 1980 hasta el presente, destacando el
mejoramiento del país desde el derrocamiento del régimen militar. Entre las=
principales
mejoras, Conniff y Bigler mencionan la restauración de la democracia, el
crecimiento económico (ininterrumpido en 1989-2019), el auge turístico de
principios de la década de 2000, la exitosa administración panameña del can=
al y
su ampliación, y la transformación del Aeropuerto de Tocumen en el “hub<=
/i>
de la Américas”.
En síntesis, Modern Panama,
ofrece una lectura de nuestra evolución política desde los últimos años de =
la
dictadura militar, con un enfoque especial en el canal, su entrega a Panamá=
y
su ensanchamiento en 2007-2016. El=
canal
es uno de los activos más importantes del país y los autores se esmeran en =
que
el lector adquiera plena conciencia de este punto. Además, dedican un capítulo completo a c=
ada
administración presidencial desde que la Operación “Justa Causa” depuso a l=
os
militares en 1989.
Pero no todos los presidentes recib=
en el
mismo tratamiento: para unos hay mayor indulgencia; para otros, mayor sever=
idad.
Si bien la corrupción, la incompet=
encia
y la impunidad constituyen sellos distintivos del proceso político en Panam=
á,
estas características son exaltadas en las administraciones de Guillermo En=
dara
(1989-1994), Mireya Moscoso (1999-2004), Ricardo Martinelli (2009-2014) y J=
uan
Carlos Varela (2014-2019). Los log=
ros se
magnifican y los problemas se minimizan en el recuento que Conniff y Bigler=
hacen
de los gobiernos del PRD, presididos por Ernesto Pérez Balladares (1994-199=
9)
y, especialmente, Martín Torrijos (2004-2009). Por lo tanto, el lector perc=
ibe
una parcialidad a favor del PRD, acentuada por la dependencia de los autore=
s de
fuentes perredistas como el expresidente (por fraude) Nicolás Ardito Barlet=
ta
(1984-1985) y Fernando Manfredo, uno de los más estrechos colaboradores del
régimen militar.
Ficha bibliográfica
Michael L.
Conniff y Gene E. Bigler, Modern Panama: From Occupation to Crossroads of
the Americas (Cambridge y Nueva York: Cambridge University Press, 2019)=
.
[3] Sobre este caso emblemático de rep=
resión
dictatorial, ver, entre muchas otros escritos, Carlos Guevara Mann, “En
recuerdo del padre Héctor Gallego”, La Prensa, 9 de junio de 2020, <=
/span>https://www.prensa.com/judiciales/e=
n-recuerdo-del-padre-hector-gallego/, acceso: 13 de junio de 2020.
[4] Humberto E. Ricord, Noriega y
Panamá: orgía y aplastamiento de la narcodictadura (México: edición del
autor, 1991), págs. 111, 453, 102.
[5] Ver, por ejemplo, Ricord, Norie=
ga y
Panamá, págs. 121-23, 132, 137, 138, 139, 241, 256, 383, 400. En la pág.
275, Ricord etiqueta a Noriega como “narcodictador cresomaníaco”, lo que
significa un “narcodictador” obsesionado con la riqueza (por alusión a Cres=
o,
rey de Lidia, en la antigua Grecia).
[6] Centro Nacional de Competitividad
(CNC), “Productividad total de factores: el caso de Panamá” (Panamá: CNC,
s.f.), Cuadro N°1, https://cncpanama.org/phocadownload=
/Productividad%20Total%20de%20Factores.%20El%20caso%20de%20Panama.pdf, acceso: 13 de junio de 2020.
[7]
CNC, “Productividad total”, Cuadro N°1.
[8]
Ricord, Noriega y Panamá, pág. 498.
[9]
Carlos Guevara Mann, “Auge y militarización de los organismos de seguridad
pública: 1930-1990”, en Nueva historia general de Panamá, Vol. III, =
tomo
2, dirigido por Alfredo Castillero Calvo (Panamá: Alcaldía de Panamá y PNUD,
2019), pág. 704.
[10]
CNC, “Productividad total”, Cuadro N°1.
[11]
CNC, “Productividad total”, Cuadro N°1.
[12]
Antes de 2004, la constitución fue reformada en 1978, 1983 y 1994.
[14]Autoridad del Canal de Panamá (ACP),
“Annual Report 2019”, pág. 79, http://www.pancanal.com/eng/general=
/reporte-anual/2019-AnnualReport-Rev02.pdf, acceso: 13 de junio de 2020.
[15] Orlando Rivera,
“Canal aporta $16,818 millones al Estado, en 20 años de gestión panameña”, =
El
Capital Financiero, 2 de enero de 2020, https://elcapitalf=
inanciero.com/canal-aporta-16818-millones-al-estado-en-20-anos-de-gestion-p=
anamena/, acceso: 13 de ju=
nio
de 2020.
[16] ACP, “Annual Report 2019”, pág.
13. El año fiscal del Canal de Pan=
amá
comienza el 1 de octubre del año anterior y termina el 30 de septiembre del=
año
en curso.
[17]
Carlos Guevara Mann, “¿National Security or Special Inte=
rests?
U.S. Support for the Panama Canal Expansion Programme”, Global Society=
i>
25: 2 (abril de 2011): 181-204.
[18] José Eulogio Torres, Población,
economía y sociedad en Panamá: contribución a la crítica de la historiograf=
ía
panameña, 2ª. parte (Panamá: Editorial Universitaria “Carlos Manuel
Gasteazoro”, 2001), pág. 516; Brittmarie Janson
Pérez, Golpes y tratados: piezas para el rompecabezas de nuestra histori=
a
(Panamá: Instituto de Estudios Políticos e Internacionales [IEPI], 1997), p=
ág.
204.
[19]
Guevara Mann, “National Security”, pág. 186.
[20]
Inicialmente, el proyecto fue presupuestado en 5.25 mil millones de
dólares. Los sobrecostos elevaron =
esta
cifra a 5.45 mil millones de dólares.
Ver Enrique Pretel y Elida Moreno, “Panama Opens Canal Extension amid
Growth Risks, Cost Battle”, Reuters, 26 de junio de 2016, https://www.reuters.com/article/us-panama-canal/panama-=
opens-canal-extension-amid-growth-risks-cost-battle-idUSKCN0ZC0Q9,
acceso: 13 de junio de 2020. Más significativamente, SACYR de España, el so=
cio
principal en el contrato de construcción de las nuevas esclusas, mantiene
reclamos contra ACP por un total de 5.2 mil millones de dólares en la junta=
de
arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (ICC, Miami). El 11 de marzo de 2020, Salini Impregil=
o de
Italia, otro socio del consorcio encargado de la construcción de las esclus=
as
post-Panamax, presentó un reclamo contra la ACP en el Centro Internacional =
para
la Solución de Disputas de Inversión del Banco Mundial (CIADI). El monto del reclamo aún no se ha revel=
ado,
pero se estima en 2 mil millones de dólares.
Ver Carlos Ribagorda, “El experto independiente DFL Associate[s] aum=
enta
los fondos que SACYR recuperará por el Canal de Panamá”, OK Diario, =
16
de abril de 2020, https://okdiario.com/economia/experto-arbitrajes-dfl-as=
sociate-aumenta-fondos-que-sacyr-recuperara-canal-panama-5461864=
,
acceso: 13 de junio de 2020.
[21]
ACP, “Panama Canal Traffic: =
Fiscal
Years 2016 Trough [sic] 2018”,
[22]
ACP “Panama Canal Traffic: F=
iscal
Years 2017 Trough [sic] 2019”,
[23]ACP,
“Annual Report 2019”, pág. 20.
[24]
Kathyria Caicedo, “Martinelli investigará el aumento en el costo de la luz
eléctrica”, Telemetro, 10 de agosto de 2009, https://www.telemetro.com/nacionales/2009/08/10/martine=
lli-investigara-aumento-costo-electrica/2079519.html,
acceso: 13 de junio de 2020.
[25]
“‘Me dijeron loco y el loco =
les
cumplió’, Martinelli tras inauguración del metro”, Telemetro,=
6 de abril de 2014, www.telemetro.com/nacionales/2014/04/06/loco-cumplio-mart=
inelli-inauguracion-metro/1762953.html, acceso: 25 de abril de 2020.
[26]
Carlos Anel Cordero, “Cinco obras de la era Martinelli con más de 18% de
sobreprecio”, La Estrella de Panamá, 27 de abril de 2017, https://www.laestrella.com.pa/nacional/politica/170427/=
18-cinco-obras-martinelli,
acceso: 13 de junio de 2020.
[27]
“Caso Martinelli: según jueces no se probó que los pinchazos telefónicos fu=
eron
ilegales”, TVN Noticias, 27 de agosto de 2019, https://www.tvn-2.com/nacionales/judicial/fallo-Caso-Ma=
rtinelli-pinchazos-telefonicos-ilegales-noticias_0_5382961713.html=
a>,
acceso: 13 de junio de 2020.
[28] Bel=
ys
Toribio, “Ciudad de la Salud estará lista en este gobierno”, Panamá América=
, 15 de febrero de 2020, www.panamaamerica.com.pa/sociedad/c=
iudad-de-la-salud-estara-lista-en-este-gobierno-1156541,
acceso: 13 de junio de 2020.
[29] Mirta Rodríguez, “Proyectos de Varela pendientes por pagar suman casi
$6,000 millones”, La Estrella de Pa=
namá, 25 de septiembre de 2019, <=
/span>www.laestrella.com.pa/economia/1906=
13/pagar-suman-varela-proyectos-pendientes,
acceso: 24 de abril de 2020.
[30] Agence France Presse (AFP), “Juan Carlos Varela: ‘Panama Papers’ es =
una
pelea entre potencias”, Revista
Estrategia & Negocios, 9 de mayo de 2016, www.estrategiaynegocios.net/lasclav=
esdeldia/958092-330/juan-carlos-varela-panama-papers-es-una-pelea-entre-pot=
encias, ac=
ceso:
13 de junio de 2020.
[31] Alberto Velásquez, “Varela perdió su oportunidad”, La Prensa,=
28 de octubre de 2018, www.prensa.com/opi=
nion/Varela-perdio-oportunidad_0_5154984531.html,
acceso: 13 de junio de 2020.
[32] “Elecciones en Panamá: quién es ‘N=
ito’
Cortizo, al que declaran ganador de la votación presidencial con solo un 2%=
de
ventaja”, BBC Mundo, 6 de mayo de 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-=
america-latina-48173037, acceso: 13 de junio de 2020.
Invest.
Pens. Crit. (ISSN 1812-3864; eISSN 2644-4119)
Vol.
8, No. 3, Septiembre – Diciembre 2020 =
span>
pp.
108 - 118
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