MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D73D07.2B597F70" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como archivo de almacenamiento web. Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos, como Windows® Internet Explorer®. ------=_NextPart_01D73D07.2B597F70 Content-Location: file:///C:/58A6448C/03Stanziola,J.2021.ArticuloOriginal.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="windows-1252"
Tipologías de grupos sociales en Panamá:
Perspectivas y propuestas
Typologies of social groups in Panam=
a:
Perspectives and Proposals
Javier Stanziola1,*=
1Centro Internacional de
Estudios Políticos y Sociales -AIP Panamá
*Autor por correspondencia: Javier Stanziola,
jstanziola@cieps.org.pa, Ciudad del Saber, Edificio 239, Piso 3, Oficina 3C,
Ciudad de Panamá, Panamá.
Recibido: 02 de diciembre de 2020.
Aceptado: 19 de abril de 2021
Resumen
Existe una gran variedad de esfuerzos académicos,
gubernamentales y de organismos internacionales para explorar las condicion=
es
de personas que viven en pobreza y evaluar políticas que buscan mejorar sus
condiciones de vida. En Panamá, sin embargo, los estudios que utilizan dato=
s de
encuestas y administrativos sobre las trayectorias de bienestar social de e=
stas
personas luego de salir de la pobreza son más limitados, en particular para
entender si y cómo estos cambios impactan sus valores, opiniones y comporta=
mientos
políticos. El interés de este est=
udio
es proponer una agenda de investigación que busque cerrar esa brecha de
conocimiento, de forma tal que 1) integre perspectivas económicas y socioló=
gicas
sobre grupos sociales, reconociendo tanto la agencia de cada individuo que
forma parte de un grupo como el contexto social y político que limita
decisiones individuales; 2) parta desde una hipótesis que justifique la
creación de diferentes grupos; 3) sea transparente sobre los objetivos
académicos, políticos y sociales que impulsan estas clasificaciones; 4)
reconozca las limitaciones y múltiples operacionalizaciones que se pueden
utilizar en estos procesos. El estudio concluye con los resultados de una
primera aproximación a esta tipología. <=
/span>
Palabras =
span>clave: grupos sociales; pobreza; bienestar económico; P=
anamá;
capacidades.
Abstract
There is a wide variety of efforts from academics and government, and
international agencies to explore the conditions of people living in poverty
and evaluate policies to improve their living conditions. However, Panamani=
an
studies that use survey and administrative data to track these people's soc=
ial
welfare trajectories after emerging from poverty are more limited, particul=
arly
those that aim to understand if and how these changes impact their values,
opinions, and political behaviors. This study proposes a research agenda to
close this knowledge gap by 1) integrating economic and sociological
perspectives on social groups, recognizing both the agency of each individu=
al that
is part of a group and the social and political context that limits individ=
ual
decisions; 2) starting from a hypothesis that justifies the creation of
different groups; 3) being transparent about the academic, political, and
social goals that drive these rankings; 4) recognizing the limitations and
multiple operationalizations that can be used in these processes. The study
concludes with the results of the first approach to this typology.
Keywords: so=
cial
groups; poverty; economic wellbeing; Panama; capabilities.
Introducción
Como parte del debate sobre la necesidad de implementar políticas públi=
cas
universales o diferenciadas, continúa flotando la pregunta sobre la mejor
manera de clasificar diferentes grupos de personas en términos de sus neces=
idades,
bienestar social, situación laboral, opiniones políticas y participación
comunitaria. Mientras que los llamados a políticas universales suponen que =
una
inversión que vaya dirigida a toda la población aumenta la probabilidad de =
la
efectividad o e impacto de esta, los alto niveles de pobreza de países como
Panamá han llevado a priorizar recursos para atender a los más vulnerables.
Sistemas de clasificación como el Índice de pobreza multidimensional (INEC y
MIDES, 2018), con su sobrevivencia asociada a vaivenes políticos, han logra=
do
expandir nuestro entendimiento de la pobreza y ayudar a identificar medidas
integrales para incrementar el bienestar de estas personas. A pesar de que =
este
índice es resultado de un valioso análisis, no enfatiza ni se enfoca en el
perfil del resto de la población, dejando atrás la posibilidad de entender =
cómo
dinámicas de desigualdad de recursos e ingresos, de manera estática y a tra=
vés
del tiempo, puedan estar afectando los niveles de pobreza, el bienestar
económico, opiniones políticas y participación comunitaria. El interés de e=
ste
estudio es proponer una agenda de investigación que busque entender
empíricamente los diferentes grupos de personas de Panamá creando tipología=
s de
grupos sociales. Buscando fusionar la literatura en economía y sociología y
reducir sus limitaciones, esta tipología partirá de una hipótesis que
justifique su creación, siendo transparente sobre los objetivos académicos,
políticos y sociales que impulsan estas clasificaciones, reconociendo las
limitaciones y múltiples operacionalizaciones que se pueden utilizar en est=
os
procesos, y proponiendo la necesidad de una mirada longitudinal a los temas=
de
las composiciones y perfiles de grupos sociales. El estudio concluye con una
primera aproximación de este tipo de tipología.
1.<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
Tipologías de grupos sociales
La creación de tipologías de grupos sociales ha sido explorada a nivel
académico, en particular por sociólogos y economistas, y por formuladores de
políticas públicas utilizando una gran variedad de definiciones y
operacionalizaciones. Entre las más comunes encontramos: nivel de educación,
posicionamiento en el mercado laboral, niveles y rangos de ingresos como
resultado de vender recursos en el mercado laboral, nivel de precariedad
laboral, posicionamiento dentro y entre familias, autonomía laboral, asiste=
ncia
a eventos artísticos y compra de libros, disponibilidad de recursos físicos=
y
financieros, posibilidades de consumo, entre otros (Blanco y Julián, 2019;
Hopenhayn, 2010; Gayo, 2013; Chan y Goldthorpe, 2007; Beluche, 1997; Bourdi=
eu,
1986).
Esta diversidad implica que los límites de estas tipologías son borroso=
s y
reflejan una falta de consenso sobre quiénes estamos hablando, y por qué y =
para
qué estamos hablando de ellos. Esta confusión incrementa cuando se busca
establecer diálogos interdisciplinarios sobre el tema entre académicos,
evidenciado en parte por los pseudo debates en sociología (Crompton, 2010;
Wright, 1994), y por las reduccionistas definiciones con limitado poder
explicativo que aplican los economistas a la creación de grupos sociales
(Solimano, 2010; Hopenhayn, 2010). Esto
por su parte reduce el impacto de estos estudios para dar luces al diseño de
políticas públicas dirigidas a incrementar las capacidades de los individuos
para entrar a diferentes mercados y tener mejor acceso a servicios públicos=
básicos.
1.1=
. Perspectiva sociológica
En sociología, las dificultades de llegar a consensos definicionales se=
han
hecho conocidas como el doble-problema de la delimitación de grupos sociales
(Gayo, 2013). Si partimos de la suposición de que estos grupos solo existen=
con
relación a otros, es vital no solo establecer las características que las
personas comparten para pertenecer a un grupo, pero también los criterios q=
ue
las separan de los otros. En el caso particular, por ejemplo, de los grupos=
de
clase media, estos solo existen por una suposición de que podemos identific=
ar a
los que pertenecen a esta, con relación a los que pertenecen a una clase ba=
ja y
a una clase alta. En sociología, l=
os
criterios de operacionalización que aglutinan a diversos individuos tienden=
a
ser maleables, sin especificar claramente cuáles son los factores que
diferencian un grupo de otro o sin especificar el modelo conceptual o hipót=
esis
que los crea.
En general, la construcción de grupos sociales en sociología utiliza da=
tos
secundarios y parte de otras categorías como ocupación, nivel de educación
formal y posicionamiento ocupacional, que de por sí ya llevan sus propios r=
etos
de delimitaciones operacionales. Al
definir, por ejemplo, profesionales y directores de empresas como miembros =
de
un grupo en particular, enfrentamos el reto de homogenizar estos estratos
profesionales a pesar de que puedan pertenecer a diferentes sectores social=
es,
económicos y culturales. Al aglutinarlos corremos el riesgo de ignorar una
importante diversidad a nivel interno de diferencias de experiencias labora=
les
y posicionales, ideas y opiniones políticas, necesidades sociales y resulta=
dos
económicos.
Al usar ocupaciones, en particular, como herramienta empírica, eliminam=
os
sin ninguna justificación alrededor del 9% de la población mundial en edad =
de
jubilación, explicitando la errónea suposición de que no tienen agencia
económica, política ni social. Si estamos buscando explorar la formación de
opiniones o valores o entender el comportamiento de mercado y político de o=
tros
grupos, no es evidente que este grupo de personas no participe en el mercado
laboral, y es probable que tengan un peso importante en decisiones políticas
públicas tanto como por sus necesidades de salud e ingresos, y por su capac=
idad
de organizarse como grupo de cabildeo. Finalmente, Hopenhay (2010) señala que el uso de grup=
os
ocupacionales se ha importado de sociedades con mercado laborales más compl=
ejos
y estables a países con mercados laborales más heterogéneos e ineficientes =
que
surgen de las desigualdades extremas de capital e ingreso. Similar a estudi=
os
de consultoría y reportes de organismos internacionales, las investigaciones
académicas que usan estas categorías o indicadores tenderán a producir
resultados con limitada validez y fiabilidad, y con poco o nula relevancia =
para
la elaboración de políticas públicas.
“A esto se agrega el altísimo niv=
el
de informalidad laboral en América Latina, que deja fuera de la clasificaci=
ón a
la mitad de la población económicamente activa urbana de la región (ibid.,
2010, p. 19)”
Por otra parte, no hay una clara demarcación empírica sobre lo que sepa=
ra a
los trabajadores de la clase profesional, a los directores y el gran grupo
aglutinado de trabajadores (Gayo, 2013). En otras palabras, no hay fundamen=
tos
a priori para entender qué diferencia como grupo social a un trabajador man=
ual
de un miembro del grupo de directores.
Hanlon (1998) problematiza aún más estas categorías al plantear que =
las
mismas definiciones de qué constituye un profesional o un trabajador manual=
son
resultado de debates entre los mismos actores económicos que buscan redefin=
ir
su estatus social. Si logramos superar el doble problema de la delimitación=
, la
constante y no siempre lineal movilidad social representa otro gran reto
metodológico. La movilidad individual y de hogares puede explicar en parte =
el
bajo poder explicativo de grupos como las clases medias, dado que la mayorí=
a de
los análisis descriptivos tienden a suponer que existe cierto equilibrio en=
los
diferentes posicionamientos sociales. Como sugiere Gayo (2013), esta fluidez
constante ayuda a complicar el proceso de decidir sobre la ubicación de una
persona dentro de algún grupo que ha experimentado ese desplazamiento. Aún =
más
preocupante, esta imprecisiones y conceptos resbalosos pueden servir los
propósitos personales de los que la utilizaron (Wahrman, 1995), ya sea en
academia o en procesos políticos.
Si estos grupos están formándose y reformándose continuamente, lo que
capturamos con encuestas y entrevistas es solo el reflejo de algo ocurrido =
en
un momento y en un espacio específico. Con un abordaje estático de grupos
sociales, no existe la posibilidad de explorar si y cómo la movilidad social
afecta su bienestar social, las opiniones, actitudes y participación ciudad=
ana
y política. Una agenda de investigación más dinámica sobre este tema nos
obligaría a crear tipologías de personas basadas en una serie continua en el
tiempo y espacio de realidades sociales.
1.2=
. Perspectiva económica
En el campo económico, el rango de operacionalizaciones de los grupos
sociales es más limitado. Además de utilizar una metodología que parte del
individuo, estudios económicos sobre grupos sociales tienden a enfocarse en
debates sobre ingresos y nivel de consumo. Por ejemplo, Easterly (2001) def=
ine
diferentes grupos sociales en términos de quintiles de ingresos, con los
quintiles extremos representando los grupos de personas viviendo en situaci=
ones
de pobreza por una parte y en la élite económica en la otra. Solimano (2010)
define a estos grupos en términos de deciles de ingresos, con los grupos de
clase media en términos de los deciles del 3 al 9. Mientras que Banerjee y
Duflo (2008) definen a grupos en términos de su consumo diario. Estudios más
recientes sobre formación de grupos sociales han explorado datos
administrativos sobre la tenencia y acumulación de capital, abriendo la pos=
ibilidad
de redireccionar estas operacionalizaciones (Piketty, 2020).
Sin embargo, este tipo de trabajo sufre del mismo problema de delimitac=
ión
y un limitado poder explicativo sobre los cambios de capacidad, acceso y
opiniones de diferentes grupos sociales. Para lograr comparaciones
internacionales, se aplican una serie de técnicas como la paridad de poder
adquisitivo que normalizan los ingresos y el consumo en diferentes países y=
a
través de los años de estudio. Sin embargo, de por sí solas estas técnicas =
de
normalización son insuficientes en un mundo con resultados económicos tan
desiguales. Por ejemplo, organizaciones internacionales han creado rangos de
ingresos que definen la clase media, sin mayores formalidades teóricas. Seg=
ún
estos rangos, cualquier persona u hogar que comande entre, por ejemplo, 75%=
y
200% de la mediana de ingresos es parte de la clase media. Implícita, y sin=
un
claro marco conceptual, queda la clasificación de clase baja y alta como las
personas cuyos ingresos están por debajo del 75% de la mediana y por encima=
del
200% respectivamente. Pero en algunos países, este rango de clase media inc=
luiría
a personas categorizadas como aquellos que viven en situación de pobreza o =
que
no tienen acceso a servicios básicos como agua, salud y salubridad. Estos
desbalances llevan a autores a proponer ajustes locales y regionales, pero =
con
la misma falta de fundamento teórico y con justificaciones tan simples como=
que
no parece justa la aplicación de este rango.
Aún más problemático, la evidencia económica sugiere un limitado poder
explicativo de diferentes operacionalizaciones de los grupos sociales deriv=
ados
de variables como ingreso y consumo. Por
ejemplo, en el caso de 130 países, Solimano (2010) encuentra que la
categorización de grupos sociales en términos de quintiles tiene una baja
correlación significativa con el tamaño del sector empresarial y las
condiciones del mercado laboral. Este mismo estudio observa que una relación
indirecta entre el tamaño y el rol de estabilización sociopolítica de la cl=
ase
media. En efecto, países con niveles de ingresos altos, con estabilidad
democrática y estructuras económicas estables maduras muestran una más ampl=
ia
clase media que los países sin estas características. Esto nos indica que la
clase media más numerosa y estable acompaña a economías maduras y
desarrolladas. Sin embargo, la causalidad entre ambas variables aún no ha s=
ido
establecida. El estudio sí encuentra que a medida que los niveles de ingreso
per cápita crecen, los países tienden a tener una clase media más amplia con
poder de consumo creciente y un mercado interno más ampliado. Pero esta
correlación está condicionada a que los niveles de desarrollo también estén
aumentando, sugiriendo la necesidad de incluir variables relacionadas al
bienestar social en este tipo de análisis.
1.3=
. Disonancia entre la realidad y las aspiraciones teóricas
Por una parte, en sociología pareciera que este tipo de estudios buscan
describir una realidad presente, utilizando esquemas del pasado para
replantearnos narrativas para el futuro. Para los economistas, el objetivo =
no
es ni describir ni entender el entorno, pero sí encontrar indicadores
comparables en el tiempo y en diferentes países para evaluar los efectos de
políticas, cambios y choques macroeconómicos en diferentes grupos de la
sociedad. Esta disonancia entre la
realidad empírica y las aspiraciones teóricas puede ser el resultado de la
tradición académica de partir de las reglas y parámetros existentes para gu=
iar
para nuevas investigaciones. Aunque el recorrido desde estas reglas incluye=
la
posibilidad de redimensionar conceptos y modelos, también cabe la posibilid=
ad
de que el proceso investigativo quede atrapado por estas delimitaciones.
En efecto, el sistema académico depende de las conexiones, reputaciones=
y
apoyo entre miembros entrantes y existentes, lo que estimula la replicación=
de
esquemas, definiciones y operacionalizaciones por razones de sobrevivencia
social más que por su poder explicativo. Por otra parte, los organismos
internacionales, para poder realizar sus funciones administrativas, se han
enfocado en encontrar maneras de realizar comparaciones internacionales de
cambios en la situación socioeconómica de la población en general. Estos
estudios empíricos, que tienden a influir en la agenda académica, se conten=
tan
con lograr categorizaciones que puedan ser comparables, pero no necesariame=
nte
que ayuden a entender los diferentes entornos o informar en detalle el dise=
ño
de políticas públicas. Finalmente, el agrupamiento de personas en grupos es
utilizado de manera simbólica por políticos y formuladores de políticas
públicas para evocar, por ejemplo, las aspiraciones de mejorar la calidad de
vida de las personas, para hacer llamados a la estabilidad democrática, y
vender las amplias posibilidades de consumo que sus nuevas políticas públic=
as
pueden ofrecernos. Para poder comunicar sus estudios en este tipo de contex=
to,
los académicos deben adaptan sus enfoques de análisis haciendo malabares
operacionales y empíricos.
En este escenario, las investigaciones sobre grupos sociales exigen a l=
os
investigadores que utilicen definiciones y operacionalizaciones,
Desde este punto de vista, cualquier operacionalización de grupos socia=
les
para trabajos empíricos debe partir de una hipótesis y no de indicadores o
fórmulas existentes. Esto ayuda a reconocer transparentemente que la tipolo=
gía
final es resultado de los mismos posicionamientos sociales e intereses
políticos y académicos de las personas que tanto comisionan como investigan
sobre el tema, que estas definiciones no pueden compararse ni en el tiempo =
ni
en otras contextos geográficos ni sociales y, finalmente, que los mismos
posicionamientos y poder dentro y entre grupos es resultado de una lucha so=
cial
constante. Esto implica la necesid=
ad de
declarar la razón por la que se están creando estos grupos y un planteamien=
to
inicial de cómo estas variables se relacionan entre sí en la forma de un ma=
rco
conceptual.
2.<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
Operacionalizando grupos sociales en Panamá
El estudio de grupos sociales en Panamá utilizando datos de encuestas y
administrativos se ha enfocado principalmente en describir las característi=
cas
de las clases medias y de personas en situación de pobreza. Por ejemplo, a
mediados del siglo pasado, en Panamá se definía la clase media como aquellos
que “no tienen la esperanza de alcanzar la clase alta, ni tienen el temor de
caer en la clase baja” (Jiménez de López, 1950). Con esta elástica definici=
ón y
con algunas estadísticas, se estimaba que este grupo representaba el 25% de=
la
población. La evolución de la clase media en una economía mayormente rural =
se
entendía entonces como resultado de los cambios a la estructura económica d=
el
país producto de la realización del Canal a principios del siglo XX, y por =
lo
tanto de carácter permanente y con potencial de crecimiento. El término se operacionalizaba, sin muc=
ha
discusión, utilizando una mezcla de ocupaciones y tenencia de capital,
consistiendo en:
Con esta variedad de perfiles dentro de un solo grupo, no resulta
sorpresivo que este grupo social resultase muy heterogéneo para poder lograr
una solidaridad de clase. Sin embargo, su crecimiento a largo plazo
representaba, según los académicos de este período, la promesa del desarrol=
lo
de movimientos sociales que no fuesen guiados por sentimientos patrióticos =
sino
por una conciencia de clases.
Durante la época de la dictadura panameña de 1968 a 1989, la clase medi=
a es
motivo de estudio por razones principalmente políticas y su evolución es
entendida como resultado de acciones gubernamentales, y no de cambios
estructurales (Gandásegui, 2003). El término es mayormente utilizado para
explorar cómo la preocupación de este grupo por lograr la soberanía territo=
rial
es evidencia de un despertar de conciencia y solidaridad social. Una
apreciación alternativa es que era importante para la dictadura posicionar =
los
sentimientos patrióticos como resultado de un despertar social y crear un g=
rupo
monolítico enfocado simbólica o pragmáticamente en un solo objetivo. Con es=
te
juego de narrativas, la agenda de la clase media se posiciona políticamente
como prioridad para el gobierno militar.
La dictadura se presenta a sí misma como un sistema político y social q=
ue
persigue no solo la soberanía territorial, pero también grandes reformas
sociales, incluyendo la extensión de la red educativa y hacer realidad el l=
ema
“salud igual para todos”. Por su p=
arte,
como explica Beluche, la interpretación de Soler sobre las clases medias
explora la “estrecha relación entre estado nacional y modo de producción
capitalista” (Beluche, 1997, p. 18). En este sentido, las clases medias jue=
gan
un papel fundamental en procesos de cambios de procesos productivos y
políticos, que solo podrán jugar al lograr una completa independencia de lo
colonial. Los miembros de las clases medias, tanto urbana como rural cargan=
el
peso de cargar la memoria colectiva de las luchas por lograr un Estado naci=
onal
(Soler, 1980).
A pesar de estas aspiraciones, la clase media termina el periodo militar
desorganizada y en una situación más precaria de cuando empezara la dictadu=
ra.
Por su parte, los grupos de menos ingresos experimentaron un empeoramiento =
en
su situación. Las grandes beneficiarias de esta época son, sin duda, las
élites. En efecto, definiendo los grupos sociales en términos de quintiles
(Easterly, 2001), vemos que los grupos medios (quintil 2, 3 y 4) comandaban
alrededor del 50% del ingreso total generado en el país entre 1962 y 1968 (=
Ver Figura
1). Para 1989, esta cifra no superaba el 39%.
Figura 1. =
Distribución
de ingresos - Panamá
(% de ingreso=
s por
grupo). 1960-2017 - Años disponibles
Fuente: World
Income Inequality Database Diciembre 2019
Tal fue el impacto de la época de la dictadura en la distribución de
ingresos que, luego de más de 30 años de vida democrática, el peso del grup=
o de
menos ingresos aún no ha regresado a los niveles de la década de los sesenta
del siglo pasado.
Durante los primeros años de la nueva era democrática, los esfuerzos por
desarrollo social tanto a nivel gubernamental como de organismos
internacionales se enfocaron en erradicar los altos niveles de pobreza extr=
ema
que existían en el país. Por ejemplo, en 1990 el 23.9% de la población vivía
con menos de $1.90 al día. Por otra parte, en 1991, 48.3% de la población v=
ivía
con menos de $5.50 al día (Banco Mundial, 2020). Una serie de estudios y estrategias
nacionales de 1997 a 2005 eventualmente se canalizan en la formulación e
implementación de programas de transferencias condicionadas y subsidios com=
o la
Red de Oportunidades, Bono nutricional, 120 a los 70, entre otros. Entre 20=
05
al 2017, alrededor de 230,000 personas dejaron de vivir en situación de pob=
reza
extrema, o con menos de $1.90 al día. Igualmente, 570,300 comenzaron a perc=
ibir
ingresos superiores a $5.50 al día. Esto se logró en parte como resultado d=
e un
constante crecimiento del PIB nominal por encima del 7% entre 2005 y 2017,
incrementos en el salario mínimo cada dos años y la constante actualización=
de
los programas de transferencias de efectivo condicionadas y subsidios.
Diferente a las consideraciones sobre la clase media de mediados del si=
glo
pasado, esta migración de cientos de miles de personas hacia mejores
indicadores económicos no se entiende como resultado de cambios estructural=
es,
pero como producto de frágiles consensos sociales y políticos. Los efectos =
de
la Gran Recesión que comienza en 2007-08, el muy tibio desempeño económico =
de
las economías latinoamericanas en la segunda década del milenio, y una
creciente insatisfacción con las políticas públicas con relación a
transferencias condicionadas llevan a organismos internacionales a preocupa=
rse
por la vulnerabilidad de personas previamente en situación de pobreza (Klei=
n,
Mitchell y Junge, 2018; Campo, Güemes y Paramio, 2017; Ravallion, 2009).
Este concepto más complejo de vulnerabilidad ha implicado la necesidad =
de
entender a los diferentes grupos sociales desde un concepto de bienestar
socioeconómico más integral, incluyendo su participación política y
comunitaria. Sin embargo, existe una gran variedad de definiciones y
operacionalizaciones de este concepto. La literatura ha explorado estos tem=
as
mayormente como un componente del desarrollo económico, en particular enfoc=
ados
en el desarrollo de capacidades que puedan servir a los individuos para su
integración a diferentes mercados (Nussbaum, 2011; Sen, 1980; Sen, 1979).
Igualmente, se exploran las dinámicas de producción y distribución de secto=
res
económicos que brindan servicios como educación, vivienda y salud (Román,
Martínez y Miranda, 2020). Más recientemente, se ha buscado definir bienest=
ar
en términos de la autopercepción del nivel de felicidad o satisfacción con =
la
vida y el trabajo, como un substituto a métricas como el Producto Interno B=
ruto
(Laynard, 2006).
Implícito en estos planteamientos está la suposición de que están
ocurriendo cambios en la estructura económica que no están beneficiando a un
gran segmento de la población. Al mismo tiempo, esta preocupación reconoce =
que
la naturaleza de los ciclos económicos implica que la movilidad socio econó=
mica
no es estática y que potencialmente personas que se encuentran en la clase
media podrían estar entrando y saliendo de esta clasificación constantemente
(Vakis, Rigolini
y Lucchetti, 2016; Ed=
er,
1995). Al aumentar el número de pe=
rsonas
que han abandonado situaciones de pobreza, este constante flujo entre grupos
sociales afecta a una proporción más alta de la población, incrementando el
alcance de sus implicaciones políticas y de estabilidad de mercado.
3. Una
operacionalización de grupos sociales en Panamá
Como se ha detallado en las secciones anteriores, existe una gran varie=
dad
de esfuerzos académicos, gubernamentales y de organismos internacionales pa=
ra
explorar las condiciones de personas que viven en pobreza. Los estudios a nivel local que utilizan=
datos
de encuestas y administrativos sobre las trayectorias de bienestar social de
estas personas luego de salir de la pobreza son más limitados, en particular
para entender si y cómo estos cambios impactan sus valores, opiniones y
comportamientos políticos. El inte=
rés de
este estudio es comenzar una agenda de investigación que busque cerrar esa
brecha de conocimiento e integrar las lecciones aprendidas descritas en las
secciones anteriores: en particular 1) integrar las perspectivas económicas=
y
sociológica, reconociendo tanto la agencia de cada individuo que forma part=
e de
un grupo como el contexto social y político que limita las decisiones
individuales; 2) partir desde una =
hipótesis
que justifique la creación de diferentes tipologías de grupos sociales; 3) =
ser
transparente sobre los objetivos académicos, políticos y sociales que impul=
san
estas clasificaciones; 4) reconocer las limitaciones y múltiples
operacionalizaciones que se pueden utilizar en estos procesos; y 5) propone=
r la
necesidad de una mirada longitudinal a los temas de las composiciones y
perfiles de tipologías de grupos sociales.
3.1. Marco conceptual
En este estudio, el interés en las tipologías de grupos sociales busca
explorar la evolución de opiniones, actitudes y participación política y
comunitaria entre residentes de Panamá que recientemente abandonaron
situaciones de pobreza. El
interés en este tema parte de la brecha en conocimiento sobre las experienc=
ias
de personas que han salido de la pobreza y su nivel de estabilidad económic=
a.
Partimos de la suposición de que estos cambios influyen en la formación de
opiniones y actitudes sobre el mercado y la democracia y el nivel de
participación en actividades comunitarias y políticas. Esta tipología puede
ayudar a explorar si y cómo estos cambios afectan la estabilidad política y=
del
mercado local y contribuir a debates académicos sobre desarrollo económico,
formación de ideologías y participación comunitaria.
Partimos de
las suposiciones de que:
1)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
El cambio en actitudes y opiniones políticas y comunitarias =3D f (Camb=
io en
capacidades y Acceso a servicio público)
y
2)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
El cambio en participación política y comunitaria =3D f (Cambio en
capacidades y Acceso a servicio público)
Para nuestros propósitos, entendemos situaciones de pobreza como un
fenómeno relativo, sin rangos predeterminados. La pobreza se entiende de ma=
nera
temporal y geográfica y se establece en el contexto de la relación con otros
grupos. Por su parte, entendemos capacidades como toda
herramienta que permita la participación a individuos u hogares en activida=
des
que generen ingresos (Sen, 1980). Esto puede incluir
educación, experiencia laboral, ingresos laborales y de apoyo público y
contactos sociales que faciliten la entrada a mercados. Por acceso al mercado y servicios básic=
os nos
referimos a actividades de consumo a corto y largo plazo (incluyendo acceso=
al
crédito) y el acceso a servicios de agua, internet fija, sanidad, salud y
vivienda. La Figura 2 nos brinda operacionalizaciones de lo que
entendemos por capacidades y acceso a servicio público.
Figura
2. Marco conceptual inicial para estudiar bienestar social
Elaboración
propia
Un análisis estático de estas dinámicas parte de la suposición de que l=
as
experiencias de vida compartidas para llegar a generar y usar estas capacid=
ades
tendrían un efecto unificador en términos de opiniones, actitudes y
participación como resultado de transmisión directa de estas por contacto y
presión de grupo. Igualmente, las experiencias compartidas de escasez o
abundancia de servicios básicos también forjan un sistema de valores común
(Lynne, 1992; Brint, 1985). Un análisis dinámico propone algo diferente: son
los constantes cambios de capacidades y acceso los que determinan los cambi=
os
de actitud y participación. Al experimentar nuevas capacidades e incrementar
diferentes niveles de acceso, los individuos deben ajustar sus opiniones y
participación comunitaria y política como mecanismo de adaptación al nuevo
entorno y sobrevivencia.
En términos de formación de grupos sociales, al aglutinar individuos u
hogares basados en capacidades y acceso solo logramos crear una tipología c=
on
diferentes categorías. Estas de por sí solas no demuestran la existencia de=
un
grupo social. Para esto, necesitam=
os
incorporar al análisis sus actitudes, opiniones y participación comunitaria=
y
política. Este tipo de trabajo des=
criptivo
y analítico requiere de herramientas que capturen las variables de interés =
del
mismo grupo de hogares e individuos a través del tiempo. Esto cubriría no s=
olo
el estado actual de los encuestados, pero también los cambios en capacidade=
s,
acceso, opiniones y participación. Sin
embargo, este tipo de herramienta no existe en Panamá. Por el momento, cont=
amos
con la Encuesta de propósitos múltiples (EPM) del INEC que, con más de 11,0=
00
hogares encuestados a nivel nacional en 2018, nos brinda una primera
aproximación del estado actual de las capacidades y acceso de los residente=
s de
Panamá. Por otra parte, la encuesta del Centro de Investigación de Estudios
Políticos y Sociales (CIEPS, 2019), con 1,380 personas encuestadas, nos per=
mite
capturar información sobre actitudes, opiniones y participación. Sin embarg=
o,
las dos encuestas tienen diferentes unidades de análisis (hogares v individ=
uos)
y tamaño de muestra, limitando la posibilidad de compararlas o fusionarlas =
para
explorar la hipótesis que planteamos.
La limitación de datos nos obliga a enfocar los objetivos de esta
aproximación inicial como una etapa de exploración en la creación de tipolo=
gías
basados en la EPM. Por el tamaño de la muestra y con más de 80 preguntas, e=
sta
encuesta nos da una gran flexibilidad y profundidad de datos para explorar =
la
construcción de tipologías enfocadas en las capacidades y acceso. Utilizando
las preguntas de la EPM de 2018, operacionalizamos nuestros conceptos de
capacidades y acceso con las siguientes 12 variables (ver Tabla 1).
Tabla 1. <=
i>Operacionalización
de variables explicativas
Enfoque |
Características |
Variables o Cálculos de EPM |
Capacidades |
Nivel educativo |
Número de personas en el hogar con título universit=
ario |
Ocupación |
Número de personas en el hogar con profesiones de
Director, Profesionales y Técnicos. |
|
Nivel de ingreso |
Variable continua que incluye ingresos por empleos,
alquileres, jubilaciones y pensiones, ayuda de instituciones y personas q=
ue
no viven en el hogar, becas, subsidios y otros ingresos provenientes del
sector público. |
|
% de ingresos
totales provenientes de actividades en el mercado laboral |
Ingresos por empleos como una proporción del total =
de
ingresos. |
|
Lugar de residencia |
De relevancia, nos enfocamos en las diferencias ent=
re
los residentes de la Zona de Tránsito (Panamá, Panamá Oeste y Colón) con
relación al resto del país. El área de tránsito es donde se lleva a cabo =
más
del 70% de la actividad económica del país. |
|
Acceso al mercado y servicios básicos |
Acceso a agua potable |
Recibe agua del acueducto público del IDAAN |
Acceso a sanidad |
Hogares que eliminan la basura por medio de un carro
recolector público o privado |
|
Acceso a Salud |
% de miembros del hogar con cobertura de la Caja de
Seguro Social |
|
Acceso a Vivienda |
En Panamá, la variable tenencia de casa funciona mu=
y débilmente
para reflejar bienestar socioeconómico, con un alto nivel de construcción=
de
hogares de muy diversa calidad para uso propio. La variable utilizada es =
el
material de las paredes y techos de la casa. En este caso utilizaremos: “=
las
paredes de sus casas son de bloques” |
|
Acceso a la tecnología |
Hogares que en los últimos 6 meses utilizaron alguna
computadora. |
|
Acceso a facilidades de crédito |
Deuda mensual por hogar |
|
Consumo |
Hogares que reportaron que algún miembro del hogar
realizó viajes turísticos este año o planea realizarlos |
Para generar esta tipología, los datos fueron analizados realizando un
análisis de clúster en dos pasos. Esta técnica hace posible encontrar patro=
nes
de agrupamiento, lo que a su vez permite descubrir la manera en que los hog=
ares
se aglomeran o diferencian entre sí. El análisis de clúster estima las
similitudes entre hogares a través de la correlación (en términos de distan=
cia
o asociación) de las diferentes variables de interés. Una de las ventajas de
este tipo de análisis es que no requiere la especificación de causalidades.=
En
este sentido, no es necesario especificar variables dependientes o
independientes, permitiendo un tratamiento exploratorio de estas. El anális=
is
permite indicar el número de grupos que se buscan crear. Para nuestros
propósitos de identificar por lo menos un grupo élite, dos grupos medios, y=
un
grupo de personas vulnerables se estipula que los resultados deben producir=
por
lo menos 4 grupos.
4.<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
Resultados: Tipología por capacidades y acceso
Basados en sus capacidades y acceso a servicios y mercado, 5 diferentes
categorías de hogares surgieron de 11,578 hogares en la EPM. Los resultados
indican que 10 de las 12 variables tienen un alto y similar peso (1.0) en la
elaboración de la categoría. Por su parte, el monto de deuda muestra un peso
importante en la creación de la tipología (0.93) mientras que el porcentaje=
de
ingresos proveniente de actividades laborales tiene la menor importancia
(0.21).
Lo más llamativo de estos resultados es la importancia del lugar de
residencia en distinguir a 4 de estos 5 grupos. Esto nos lleva a categoriza=
rlos
en el continuo de baja y media, pero añadiendo el elemento geográfico: (Ver
Tabla 2).
1)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
Capacidades y Acceso (CA) Bajo en Provincias (n=3D 3,292 – 87% residen en las provincias)
2)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
CA Bajo en Zona de Tránsito (n=3D1,915 – =
100%
residen en la Zona de Tránsito)
3)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
CA Medio en Provincias (n=3D2,817 – =
100%
residen en las provincias)
4)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
CA Medio en Zona de Tránsito (n=3D 3,228 –=
82%
residen en la Zona de Tránsito)
5)<=
span
style=3D'font:7.0pt "Times New Roman"'> =
CA Alto (n=3D326 – 62% residen en provincias)
Tabla 2. <=
i>Tipologías
basadas en capacidades productivas y acceso
Tipología |
Capacidades
productivas |
Acceso a mer=
cado
y servicios básicos |
CA bajo en
Provincias (87% residen=
en
las Provincias) |
En promedio, 59.4% de los ingresos de estos hogares
provienen de actividades laborales. Es decir, sin subsidios, prestaciones=
y
otros apoyos, los ingresos serían alrededor de $337 al mes. Se requeriría=
83%
de este ingreso para adquirir la canasta básica de alimentos. En promedio,
estos hogares reciben la mayor cantidad de fondos del programa Beca Unive=
rsal
($28.60 o 3.4 veces más que lo que recibe el grupo con más alta capacidad
productiva). Es el grupo con el promedio más bajo de personas con
estudios universitarios por hogar (0.11) y ocupaciones profesionales, de
directores o técnicos por hogar (0.07). En promedio, reportan trabajar 52.9 horas semanales=
. |
Es el grupo con menor acceso al mercado y servicios
básicos. En promedio, solo el 29.6% de este grupo tiene cobertura de la C=
aja
de Seguro Social. Menos del 10% reciben servicios de agua del IDAAN. =
Solo
el 2% tiene acceso a servicios de carros públicos o privados para manejar
desechos. Este limitado acceso se extiende al uso de tecnolog=
ía.
Solo un 1.8% ha utilizado internet fijo en los últimos 6 meses. 23% ha
realizado viajes por razones de turismo, pero solo 50% reside en casas de
paredes de bloques. Es el grupo que reporta el más alto número de horas=
de
estimulación y juegos con los menores en el hogar (9.7 horas). Es el grupo con el más bajo nivel de pago mensuales=
de
deudas ($40.99) y el más bajo peso de deuda sobre el ingreso (7.2%). |
|
Capacidades
productivas |
Acceso a mer=
cado
y servicios básicos |
CA bajo en Z=
ona
de Tránsito (100% reside=
n en
Zona de Tránsito) |
A pesar de que el ingreso promedio de este grupo es=
1.8
veces más alto que el anterior, comparte similitudes en su limitada capac=
idad
productiva. Por ejemplo, el promedio de personas con estudios
universitarios por hogar es de 0.32, y de profesionales, directores y
técnicos de 0.18. El 68.4% de los ingresos provienen de actividades
laborales, o $702.84. Para adquirir la canasta básica, se requeriría 44% =
de
este ingreso. En promedio, estos hogares recibieron $19.66 en beca
universal. Es el grupo que reporta el más bajo número de horas
laborales por semana (51.6). |
Es un grupo con bajo acceso al mercado y servicios
básicos. A pesar de que este grupo tiene acceso adecuado a ciertos servic=
ios,
experimentan una precariedad diferente a los del grupo de las provincias.=
85.6% reciben servicios de agua del IDAAN. 89%% tie=
ne
acceso a servicios de carros públicos o privados para manejar desechos. El
94% reside en casas de paredes de bloques. En promedio, el 57.3% de este
grupo tiene cobertura de la Caja de Seguro Social. Sin embargo, ningún hogar en este grupo ha utilizado
internet fijo en los últimos 6 meses. Ningún hogar reportó haber realizado
viajes por razones de turismo. Es el grupo que reporta el segundo más bajo número =
de
horas semanales de estimulación y juegos con los menores en el hogar (7.9)
horas)- Con un promedio de pago mensuales de deudas de $84.=
18,
destinan 8.1% de sus ingresos a pagos de deudas. |
|
Capacidades productivas |
Acceso a mercado y servicios bási=
cos |
CA medio en
Provincias (100% reside=
n en
Provincias) |
En promedio, 63.4% de los ingresos de estos hogares=
provienen
de actividades laborales. Sin
subsidios, prestaciones y otros apoyos, los ingresos serían alrededor de =
$602
al mes. Se requeriría 46.6% de este ingreso para adquirir la canasta bási=
ca
de alimentos. En promedio, estos hogares reciben $16.67 en beca universal=
. El promedio de personas con estudios universitarios=
por
hogar es de 0.41, y de profesionales, directores y técnicos de 0.23. En promedio, reportan trabajar 57.2 horas semanales=
. |
Un 62.9% de este grupo tiene cobertura de la Caja de
Seguro Social. Un 75% recibe servicios de agua del IDAAN y el 89.6%
tiene acceso a servicios de carros públicos o privados para manejar desec=
hos. Solo un 15.5% ha utilizado internet fijo en los últ=
imos
6 meses. 25.5% ha realizado viajes por razones de turismo. 94% reside en
casas de paredes de bloques. Es el grupo que reporta el más bajo número de horas=
de
estimulación y juegos con los menores en el hogar (6.6 horas). Con pagos mensuales de deudas de $90.81, el peso de
estos pagos sobre el ingreso total es de 9.4%. |
|
Capacidades productivas |
Acceso a mercado y servicios bási=
cos |
CA medio en =
Zona
de Transito (82% residen=
en
Zona de Tránsito) |
Este grupo reporta en promedio ingreso de $1,949
mensuales. 74% de este ingreso proviene de actividades laborales. Igualme=
nte
reporta relativamente alto número de miembros del hogar con estudios
universitarios (0.94) y ocupaciones de profesionales, directores y técnic=
os
(0.63). Reportan trabajar 19.3 horas más que el promedio de=
las
horas trabajadas semanalmente de los otros 3 grupos (73.2 horas) |
Un 69.8% de este grupo tiene cobertura de la Caja de
Seguro Social. Un 94% recibe servicios de agua del IDAAN y el 95.9%
tiene acceso a servicios de carros públicos o privados para manejar desec=
hos. Un 68.3% ha utilizado internet fijo en los últimos 6
meses. 73.3% ha realizado viajes por razones de turismo. 95% reside en ca=
sas
de paredes de bloques. Reportan =
en
promedio 8.9 horas semanales de estimulación y juegos con los menores en =
el
hogar Con pagos mensuales de deudas de $251.38, el peso de
estos pagos sobre el ingreso total es de 12.8%. |
|
Capacidades productivas |
Acceso a mercado y servicios bási=
cos |
CA alto (62% residen=
en
Provincias) |
Este grupo reporta en promedio ingreso de $5,823
mensuales, el más alto de todos los grupos. 78% de este ingreso proviene =
de
actividades laborales, la proporción más alta de todos los grupos. Igualm=
ente
reporta el más número de miembros del hogar con estudios universitarios
(2.13) y ocupaciones de profesionales, directores y técnicos (1.61). Los miembros de estos hogares reportan trabajar el
doble que el grupo de CA bajo Provincias, a 109.7 horas semanales. |
Un 72.8% de este grupo tiene cobertura de la Caja de
Seguro Social. Solo un 65% recibe servicios de agua del IDAAN y el=
80%
tiene acceso a servicios de carros públicos o privados para manejar desec=
hos. Un 68.3% ha utilizado internet fijo en los últimos 6
meses. 64.42% ha realizado viajes por razones de turismo. 95% reside en c=
asas
de paredes de bloques. Reportan en promedio 8.7 horas semanales de
estimulación y juegos con los menores en el hogar Con pagos mensuales de deudas de $1420.76, el peso =
de
estos pagos sobre el ingreso total es el más alto de todos los grupos (24=
%). |
La categoría más heterogénea y compleja de las cinco nos las presenta el
grupo más pequeño (CA Alto). Este grupo reporta los más altos niveles de
capacidad y acceso a servicios y mercado. Esto se refleja en los más altos
salarios reportados, que representan más de 10 veces el salario promedio del
grupo CA Bajo en Provincias. Contrario a lo que esperábamos, este grupo éli=
te está
focalizado mayormente en las provincias y reporta una gran variedad en el t=
ipo
de material de las viviendas en las que residen y los servicios de agua y
salubridad que utilizan.
Dada la complejidad que añade el aspecto geográfico, la variable ingres= os no incrementa necesariamente por grupo, pero sí al comparar un grupo geográ= fico con el otro. Esto significa que el grupo CA medio de provincias tiene un ma= yor salario promedio que el CA bajo de provincia, como es de esperarse. Pero es= te grupo tiene un menor salario promedio que el de CA bajo de la Zona de Tránsito. <= o:p>
A pesar de esto, el monto de deuda, el peso de la deuda en el ingreso, =
el
número de horas trabajadas por semana y el número de miembros del hogar con
estudios universitarios y ocupaciones de profesionales, directores y técnic=
os
sí presentan una relación directa. Esta relación positiva es casi perfecta =
para
acceso al internet fijo y porcentaje de los ingresos que provienen de
actividades laborales.
No obstante, las capacidades y acceso para el CA medio de provincias son
mucho más alta que para el CA bajo de provincia, este grupo medio presenta
importantes desventajas frente a su contraparte de la Zona de Tránsito. Por
ejemplo, en el CA medio de provincias, el nivel de acceso a agua usando los
servicios del IDAAN es 19 puntos porcentuales más bajo que para el CA medio=
de
la Zona de Tránsito. Encontramos una brecha de más de 50 puntos porcentuale=
s en
el acceso a internet fija y viajes turísticos, a favor de la categoría medi=
a de
la Zona de Tránsito. Igualmente, existe una amplia brecha en la incidencia =
de
personas con estudios universitarios y posiciones laborales de directores,
profesionales y técnicos entre estos perfiles, con el CA medio de provincia=
con
un relativamente bajo nivel de personas con estudios universitarios y
directores, profesionales y técnicos.
A pesar de tener un nivel bastante similar de cobertura de la CSS, el 6=
3.5%
de los ingresos de los hogares del CA medio de provincia provienen de
actividades laborales, comparado a un 73.7% de su contraparte de la Zona de
Tránsito. En promedio, los miembros de hogares del CA medio de provincia
trabajan 16 horas semanales menos que los hogares de perfil medio de la Zon=
a de
Tránsito. Finalmente, en promedio, en la Zona de Tránsito casi un 13% de los
salarios se usan para pagar deudas, en las provincias esta proporción del 9=
.4%.
Conclusiones
Esta tipología inicial apunta a que en Panamá los estudios universitari=
os y
las profesiones de directores, técnicos y profesionales aún representan una
buena inversión a nivel individual: Existe una relación directa entre esta
variable y los niveles de capacidad y acceso, en particular para los de la =
Zona
de Tránsito. Las cifras también revelan la importancia de programas de subs=
idio
y asistencia social y pública para la categoría media tanto de provincia co=
mo
de la Zona de Tránsito. Estos apoyos representan entre 26 y 37% de los ingr=
esos
de este perfil de hogares. Estas diferencias en el uso de fuentes de ingres=
os
de fuentes no laborales son aún más si nos enfocamos solamente en subsidios.
Para el CA medio de provincia, el monto promedio mensual de subsidios es $3=
.80.
Para el de la Zona de Tránsito es solo $0.95. Finalmente, las trayectorias de horas de
trabajo de estos dos grupos son bastante diferentes, reflejando importantes
brechas productivas.
Estos
resultados iniciales apuntan a la necesidad de incluir en nuestros análisis=
más
y mejores indicadores geográficos utilizando datos administrativos y encues=
tas
más enfocadas. Igualmente, el rol de los subsidios y transferencias
condicionadas es vital para entender las experiencias de personas en las
provincias que a pesar de no vivir en pobreza parecen tener un considerable
nivel de uso de fuentes de ingresos que no provienen de actividades
laborales. Finalmente, los resultados también sugieren que consideraciones sobre acceso a inte=
rnet
fija y capacidades crediticias son de crucial importancia. En términos de
acceso, la diferencia más marcada y preocupante es la del nivel de uso de
internet fija. Esta variable se ha identificado como una de acceso, pero ta=
mbién
se puede entender como una herramienta tanto de educación como laboral que
puede influir directamente en las capacidades productivas de estos hogares.=
Por otra parte, existe una aparen=
te
correlación positiva entre el monto y el peso en el ingreso de la deuda y l=
as
capacidades y niveles de acceso.
A nivel metodológico, para poder explorar el marco conceptual en su
totalidad, se necesita la elaboración de encuestas que aborden tanto temas =
de
capacidades y acceso como de actitudes opiniones y participación comunitari=
a y
política. Para lograr el estudio dinámico para identificar las trayectorias=
de
vida y cómo los cambios en capacidades y acceso afectan las opiniones y
comportamientos políticos, se podría identificar una pequeña muestra de hog=
ares
por todo el país para aplicar entrevistas a través del tiempo como parte de
encuestas más amplias. Esto ayudaría a complementar la información de las
encuestas y añadir un entendimiento más complejo sobre como las dinámicas q=
ue
afectan el bienestar social en Panamá influyen en la opinión y participación
política y comunitaria y cómo cambios macroeconómicos afectan la fluidez de=
la
composición de estos grupos.
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Vol. 9, No. 2,
Mayo – Agosto 2021. pp. 25 -39
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Artículo
Científico