MIME-Version: 1.0 Content-Type: multipart/related; boundary="----=_NextPart_01D8BE33.A9ED4B60" Este documento es una página web de un solo archivo, también conocido como "archivo de almacenamiento web". Si está viendo este mensaje, su explorador o editor no admite archivos de almacenamiento web. Descargue un explorador que admita este tipo de archivos. ------=_NextPart_01D8BE33.A9ED4B60 Content-Location: file:///C:/49765AE1/003IPC-2022-3-AlbertoGilPicotaBatista.htm Content-Transfer-Encoding: quoted-printable Content-Type: text/html; charset="utf-8"
La pandemia que no acaba:
Alergia del poder a la transparencia
The pandemic that does not end: Allergy of power to
transparency
<=
span
lang=3DES-TRAD style=3D'font-size:10.0pt;mso-bidi-font-size:12.0pt;font-fam=
ily:
"Times New Roman",serif;mso-ansi-language:ES-TRAD'>Alberto Gil Picota Batista.
Universidad de Pana=
má,
Facultad de PsicologÃa, Departamento de PsicologÃa Industrial y Organizac=
ional.
Panamá.
https://o=
rcid.org/
0000-0001-8290-1328
*Autor por
correspondencia: Alberto Gil Picota Batista, apicota@gmail.com
Recibido: 24 de agosto de 2021
 Acepta=
do: 23
de febrero de 2022
=
Resumen
Este artÃculo es un reporte del libro =
i>La pandemia que no acaba: Alergia del poder a la
transparencia (El Covid-19 en Panamá desde la óptica de la PsicologÃa), =
el cual
es fruto de la función de producción cumplida por el autor en el año 202=
0 en la
Facultad de PsicologÃa de la Universidad de Panamá. La investigación, en
esencia, constituye una aproximación crÃtica al impacto psicosocial y hum=
ano de
la pandemia en la sociedad panameña.Â
Para concretar tal fin, se pergeñó un arqueo FODA del Estado panam=
eño respecto
a la crisis, y se examinaron sus potencialidades macroestructurales en los
campos social, económico e industrial, educativos y de investigación. Est=
as
valoraciones dieron lugar a conclusiones y recomendaciones, urgentes en una
sociedad que, como todo el globo, fue sacudida hasta sus cimientos por el <=
span
class=3DSpellE>Covid- 19, fenómeno que puso en relieve falencias y
entropÃas de la formación social istmeña. El escrutinio realizado, holÃ=
stico y
en directo, focalizó el problema desde el 11 de abril al 20 de julio de 20=
20,
no solo en términos de salud pública, sino en lo tocante a la gestión del
Estado y su responsabilidad en materia de dirección polÃtica y transparen=
cia. A
la postre, surgió como un asunto de crucial importancia para la vida nacio=
nal,
la crÃtica situación de la Caja de Seguro Social, una sensitiva pieza de la
seguridad económica, la salud y el destino nacional. El estudio permitió
concluir que, únicamente, una nación unida y asertiva podrá salvar esta
institución que es clave para el futuro y estabilidad del Panamá de hoy y=
del
futuro.
Palabras Clave: virus, crisis, social, estrés,
desempleo.
=
Abstract
This article is a report of the book The pandem=
ic
that does not end: Allergy of power to Â
transparency (The Covid-19 in Panama from the perspective of
Psychology), which is the result of the production function carried out by =
the
author in the year 2020 at the Faculty of Psychology of the University of
Panama. The research, in essence, constitutes a critical approach to the
psychosocial and human impact of the pandemic on Panamanian society. To ach=
ieve
this, a SWOT analysis of the Panamanian State was drawn up regarding the
crisis, and its macrostructural potentialities in the social, economic and
industrial, educational and research fields were examined. These assessments
gave rise to conclusions and recommendations, urgent in a society that, like
the entire globe, was shaken to its foundations by Covid-19, a phenomenon t=
hat
highlighted the shortcomings and entropy of the Isthmus social formation. T=
he
holistic and direct scrutiny carried out focused on the problem from April =
11
to July 20, 2020, not only in terms of public health, but also with regard =
to
the management of the State and its responsibility in terms of political
direction and transparency. In the end, the critical situation of the Social
Security Fund emerged as a matter of crucial importance for national life, a
sensitive piece of economic security, health and national destiny. The study
allowed to conclude that, only, a united and assertive nation will be able =
to
save this institution, which is key to the future and stability of Panama t=
oday
and in the future.
Keywords: viruses, crisis, soc=
ial,
climate, unemployment.
Introducción
La estructuración del estudio estuvo gobernada por los siguientes
objetivos:Â
Situación institucional y metodologÃa de la investigación
El levantamiento del inventario de fortalezas,
oportunidades, debilidades y amenazas (FODA) correspondiente a la Repúblic=
a de
Panamá ante la pandemia de Covid-19, cronológicamente, se cumplió del mo=
do siguiente:
No. |
Secciones<= o:p> |
Fecha de
análisis |
1 |
Objetivos de la investigación |
11 de abril de 2020 |
2 |
Fortalezas, oportunidades, debilidades y amena=
zas
(FODA) de Panamá ante la pandemia |
15 de abril de 2020 |
3 |
Perspectiva de la PsicologÃa Social |
20 de abril de 2020 |
4 |
Perspectiva de la PsicologÃa Económica e
Industrial |
1 de mayo de 2020 |
5 |
Perspectiva de la PsicologÃa Educativa |
14 de mayo de 2020 |
6 |
Perspectiva aplicada a la educación |
15 de junio de 2020 |
7 |
Balance y perspectivas de la crisis |
13 de julio de 2020 |
8 |
Conclusiones |
19 – 20 de julio de 2020 |
El intento de captar el devenir sincrónico de la
pandemia, con todas sus implicaciones sociales, polÃticas, educacionales,
cientÃficas y humanas, no se puede comparar con el intento de fotografÃar la realidad, sino con un balance que se =
nutrió
de libros, periódicos, artÃculos, opiniones y entrevistas. Las fuentes,
naturalmente, constituÃan un heterogéneo marco de referencia que se utili=
zaba
para tratar de entender el impacto de la Covid-=
19 en
el escenario nacional y mundial (Revista Science, 5
de enero de 2016).  Se debe cons=
ignar
que las publicaciones de salud registran un promedio de 400 artÃculos diar=
ios
acerca del Covid-19. Sin duda alg=
una, la
mayor avalancha cientÃfica de la historia.
       =
   Dicho lo anterior, los hallazgos respect=
o al
balance de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas son las
siguientes:
· &n=
bsp;
La Carta Mag=
na
contempla fórmulas para lidiar tiempos excepcionales en la vida de la RepÃ=
ºblica
de Panamá (artÃculos 55 y 109 de la vigente Constitución PolÃtica). Y, de forma subsidiaria, aunque
incomprensible para algunos letrados, el Gobierno Nacional genera el Decreto
Ejecutivo No. 500 de 19 de marzo de 2020, por medio del cual aprueba medidas
adicionales para reducir, mitigar o controlar la propagación de la pandemi=
a por
la enfermedad Corona Virus Covid- 19.
· &n=
bsp;
El Gobierno
Nacional que tomó posesión el 1 de julio del 2019, de reciente ascenso y
esperable reconocimiento popular, se acababa de encargar de la gestión
pública. Sus promesas de transpa=
rencia e
integridad eran un capital de considerable importancia en la dirección pol=
Ãtica
del paÃs.Â
· &n=
bsp;
El Estado Pa=
nameño,
por sus facultades y misión constitucional, podÃa explotar oficialmente s=
us
vÃnculos con organismos y agencias de salud pública global (ONU, OMS, OPS=
, OIT,
UNICEF y UNESCO, etc.).
· &n=
bsp;
Panamá, pes=
e al
evidente deterioro de sus Ãndices de salud, cuenta con logros en materia de
desarrollo humano, comparativamente, de alguna positividad.
· &n=
bsp;
En el sector
público de salud, desde el inicio del nuevo gobierno, se pregonaban
aspiraciones de incrementar sustancialmente la potencia orgánica de la
coordinación entre el Ministerio de Salud y la Caja de Seguro Social y dem=
ás
piezas del Sector Nacional de Salud, incluido el componente privado.Â
· &n=
bsp;
Pese al
endeudamiento y el ostensible desgreño de las finanzas públicas, condiciÃ=
³n
heredada de gobiernos anteriores, despuntaban iniciativas y signos que hacÃ=
an
pensar en una disciplina fiscal.
· &n=
bsp;
La economÃa
nacional, incluido el Sector Bancario, con su probada solidez, constituÃa =
un
aliado clave para la regeneración nacional posterior a la pandemia (lo que=
el
Gobierno ha llamado en clave bélica el “DÃa Dâ€).
· &n=
bsp;
Los sectores
productivos del paÃs, empresarios, trabajadores y demás fuerzas del conte=
xto
económico, abrigaban expectativas mejores que las referidas a las condicio=
nes
precedentes.
· &n=
bsp;
Los objetivos
dados a conocer, en el primer semestre del gobierno, en materia de salud,
educación, gestión de la cosa pública y las relaciones entre gobernantes=
y
gobernados hacÃan creer que la nación contaba con una oportunidad cierta =
de
buenas prácticas de gobernanza.
· &n=
bsp;
La imagen de
pulcritud inicial que proyectaba el Ejecutivo panameño le facilitó el acc=
eso al
financiamiento y a soporte multilateral.
· &n=
bsp;
Epidemiólog=
os,
especialistas de la salud y académicos de toda laya, se ofrecÃan a colabo=
rar
con el Istmo en su encomiable y lúcida cruzada para contener y derrotar el
coronavirus y, lo que era y es más importante, salvar vidas, máxime cuando
algunas estimaciones hechas por organizaciones cientÃficas anticipaban un
escenario de decenas de miles de fallecimientos cobrados por la pandemia.
· &n=
bsp;
El Gobierno
Nacional anunció un plan de apoyo a los sectores afectados directamente po=
r la
crisis debida al coronavirus que, de forma multimodal y multiclasista, busc=
aba
paliar sus duros efectos sobre la población nacional
· &n=
bsp;
La
Administración Pública, en materia de empleo, ha mantenido una fuerza lab=
oral
que frisa el cuarto de millón de funcionarios, masa laboral a la que se le=
ha
mantenido intacta su remuneración, una especie de balón de oxÃgeno que le
imprimió relativo dinamismo a la economÃa, a la vez que permitió atender=
sectores
estratégicos de los servicios públicos.Â
Por cierto, toda la plantilla de trabajadores de la salud al servicio
del Estado Panameño ha enfrentado sus deberes en la crisis devengando sus
salarios plenos y cobrando todas las compensaciones económicas concurrente=
s.  Es un factor de gran peso en el
enfrentamiento de la pandemia.
· &n=
bsp;
Si algo ha
logrado la crisis es poner en la agenda mundial y local en un rol protagón=
ico
la cuestión de la investigación. Hasta
las sociedades más depauperadas han reconocido el papel de la ciencia y la
tecnologÃa. · &n=
bsp;
Otra opción=
para
mejorar al paÃs y la condición de su pueblo es el impulso de la educació=
n. ¿Qué puede impedir que nos esforcemo=
s por
imitar sociedades exitosas y de tamaño poblacional parecido a Panamá? Una propuesta que deje la educación p=
ública y
privada al mismo nivel. Por cierto, metas asà sacaron del desastre y la
postración nacional a las potencias derrotadas en la Segunda Guerra
Mundial. Deberemos gestiona nuest=
ro
propio Plan Marshall. Si le quita=
mos la
llave a la corrupción y al despilfarro, se puede hacer. · &n=
bsp;
La llamada
idiosincrasia nacional, una calamidad sociocultural según algunos, lo que =
hace
es ignorar la voluntad resiliente del ser nacional, su riqueza multiétnica=
, su
gran inteligencia colectiva. En P=
anamá
lo que hace falta es inspirar al pueblo.Â
Liderizar sus expectativas. La
diversidad es su fuerza motriz, entender que hace falta un designio
nacional. La gobernanza de Panamá
todavÃa puede ponerse a la altura del destino nacional. · &n=
bsp;
Podemos cump=
lir
la gestación de planes y logros con los recursos actuales, con su uso ópt=
imo y
bien enfocado. El Gobierno no pue=
de
justificar lo injustificable. Debe
responder por el patrimonio nacional. =
span>El
dueño del paÃs, el soberano, el pueblo, tiene el derecho y el deber de ex=
igir
cuentas. Y a la hora de rendir cu=
entas
lo único que vale es la ciencia del deber y la integridad. · &n=
bsp;
Aunque las
finanzas no cuadren, no se puede sacrificar la salud y la educación. Eso serÃa amputar el cerebro o el cor=
azón a
un cuerpo. Se deben buscar otros
ahorros. Podremos prescindir de l=
os
lujos, pero jamás de lo indispensable. =
· &n=
bsp;
El desarrollo
humano de Panamá es lo que nos entregará un paÃs renovado y próspero. Y no se trata de grandilocuencia. La gente sana es la que puede soñar e
impulsar logros.
· &n=
bsp;
La nueva
normalidad de la que se habla requiere un Estado moderno y consistentemente
democrático. La opacidad y las
zalamerÃas manipuladoras deben ser abolidas.Â
Es inadmisible que los corruptos siempre se salgan con la suya. Debemos aprender de Costa Rica, el Per=
ú, casi
toda Centroamérica, donde han puesto en la cárcel a los bribones. Algo habrá que hacer para revertir es=
ta
situación de tierra de nadie de la justicia panameña. Este enclave de deshonor y torpeza ét=
ica de
la nación debe quedar en la historia.Â
Como señala, Stiglitz, la verdadera riqueza de una nación se mide =
por su
capacidad de brindar, de forma sostenida, altos niveles de vida a todos sus
ciudadanos.
· &n=
bsp;
Existe un bo=
lsón
de desigualdad y atraso estructural constituido por el Sector Informal, en =
el
cual está inserta más del 40% de la población económicamente activa.
· &n=
bsp;
Liderazgo y
espÃritu generoso. Un operador
polÃtico-social sin sensibilidad terminará haciendo más daño que el vir=
us. Se requiere vida democrática, pacienc=
ia
humanitaria y don de gentes. No s=
e puede
tratar a los desvalidos y moradores de los guetos como a parias.
· &n=
bsp;
Se cuenta con
una fuerza laboral de salud que ha mostrado entrega y compromiso. El paÃs puede seguir contando con esta
reserva humana si es capaz de permitirle renovarse y no terminar afectada p=
or
el burn out.<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'>Â Son tan severas y duras sus presiones =
que
debe concedérseles salidas de recuperación.Â
Seguir fallando en las fases y modalidades de la superación de la
crisis, puede continuar torturando a este sector del paÃs. Se impone encontrar un camino sabio y =
lúcido.
· &n=
bsp;
No existÃa =
sobre
la Tierra, ningún paÃs preparado para enfrentar una pandemia como la Covid- 19. =
Y, ciertamente,
Panamá no es una excepción. La =
crisis ha
puesto en evidencia las falencias de todo orden del cuerpo nacional.
· &n=
bsp;
Para empezar=
, al
cabo de menos de dos meses, la crisis apuntó la debilidad del bloque
gubernamental en su misión de liderizar la batalla sanitaria, lo precario =
de su
infraestructura y disponibilidad de recursos y fortaleza ética. Tras que, inveteradamente, la Caja de =
Seguro
Social ha sido el pilar financiero y funcional del sector salud- atiende al=
80%
de la población nacional-, la pandemia amplió su deriva financiero-
actuarial. Quedó en una crisis de
liquidez que, gravemente, amenaza con impedirle cumplir el pago de las rent=
as
de sus pensionados correspondientes al segundo semestre del 2020, tal como
insistentemente revelan sus más encumbrados gestores, dÃgase Junta Direct=
iva y
Dirección General.Â
· &n=
bsp;
Ya lo decÃa
Napoleón, el ejército marcha con el estómago.Â
Al dejar la pandemia a más de un millón de trabajadores, profesion=
ales y
emprendedores del Sector Informal sin ingresos o trabajos, incluyendo empre=
sas
de todo tamaño, era previsible el surgimiento de un galopante desasosiego o
franca desesperación entre la población, en particular entre los sectores=
más
indefensos. Luego de cientos de d=
Ãas de
cuarentenas, cercos o toques de queda, la población se encuentra en un
vacÃo. Los bonos, bolsas y apoyo=
s, dada
su falta de programación y precariedad asistencial, no han podido suplir l=
as
graves insuficiencias y penurias. El
paÃs se ha lidiado con una falsa imagen de equidad. Un censo de los receptores de ayudas
revelarÃa la crueldad del yerro y la improvisación. Máxime cuando se ignora que las perso=
nas,
padres de familia y adultos, no pueden vivir de promesas y, menos, de prome=
sas
incumplidas.
· &n=
bsp;
Lo que se hi=
zo
con las manos, se malogró con los pies.Â
El relativo buen hacer de la fase inicial de conducción sanitaria, =
se
empezó a opacar con los obvios malos manejos y justificaciones de actos op=
acos
que eran verdaderos galimatÃas. =
A tal
punto, que lo que se avizoraba como un proyecto estelar, la construcción d=
el
hospital modular en Ancón, se ha convertido en una suerte de tomadura de
pelo. Cada explicación se convie=
rte en
la tumba de sus propios argumentos. Como dijo recientemente en España (11 =
de
junio de 2020), el expresidente Felipe González del gobierno socialista en=
el
poder: “El Gobierno se parece a veces a un camarote de los hermanos Marxâ=
€, no
de Carlos, el pionero comunista alemán, sino de Chico, Harpo, Groucho y Zeppo, los afamados cómicos estadounidenses (agregad=
o por
el autor). El desorden de su habi=
tación
era tan monumental como su genio y lucimiento actoral. TodavÃa no conocemos la verdad de ese
esperpento contractual que, fácticamente, pretenden que su uso justifique =
su
inaceptable opacidad.
· &n=
bsp;
Al pie de la
letra de la pandemia, que, de forma quirúrgica, fue despojándonos de coar=
tadas
y cortapisas, el orden económico, la educación, las bases de la convivenc=
ia
social, han mostrado sus incongruencias (Prosperi,
J., 22 de julio de 2020). Los ór=
ganos
del Estado están mostrando para qué sirven la impericia y la falta de
preparación. La Asamblea de Dipu=
tados ha
mostrado que Panamá es un paÃs invertebrado.
· &n=
bsp;
Que el perso=
nal
sanitario (médicos enfermeras, laboratoristas, promotores de salud, etc.),
empiece a mostrar el sÃndrome de burn out, producto del excesivo trabajo y estrés, fal=
ta de
enseres de protección, déficit de personal y condiciones higiénicas efic=
iente
debido al congestionamiento de hospitales y salas.
· &n=
bsp;
El precario
desarrollo tecnológico de Panamá, en casi todos los órdenes, a duras pen=
as,
está permitiendo que no colapse el ecosistema institucional. Pero no se debe cantar victoria, todav=
Ãa está
pendiente el curso de los próximos 18 meses, cuando se tenga una vacuna. Ahora, el daño ya está hecho. Algunos optimistas hablan de que se pe=
rderán
unos 300,000 puestos de trabajo. =
Se
perderá el 10% del PIB y el desempleo puede escalar hasta el 20%.Â
· &n=
bsp;
El paÃs reg=
istra
una muy baja recaudación de impuestos (menos de B/. 1,300 millones en el p=
rimer
semestre), lo cual puede permitirse porque cuenta con los ingresos del Cana=
l de
Panamá, los cuales alcanzan, aproximadamente, los B/. 1,600 millones. Este hecho torna al paÃs dependiente =
del
negocio canalero, exponiéndolo de forma temeraria a una caÃda sin precede=
ntes.
· &n=
bsp;
La dependenc=
ia
del paÃs de las importaciones, sobre todo agrÃcolas, obligó a generar un=
plan
de compras en el mercado internacional en forma desventajosa.
· &n= bsp; El escaso respaldo a la investigación en Panamá ha mostrado las implicaciones de es= te desatino en todo su esplendor. Por suerte, los avances del Instituto Gorgas y del Instituto de Investigaciones CientÃficas y Servicios de Alta TecnologÃa de Panamá (INDICASAT), ademá= s de las redes internacionales y la pertenencia a organismos de salud (OMS, OPS, etc= .) han contribuido a compensar tal déficit. Por cierto, en Nueva Zelanda, un paÃs desarrollado que se posiciona= en lugares altos dentro de escalafones internacionales sobre muchos temas, incluyendo la ausencia de corrupción, el nivel de educación y la libertad económica, y también destaca en su Ãndice de desarrollo humano, a la alt= ura del 14 de junio, ya se declaró un territorio libre de coronavirus. Por algo ocupa el décimo tercer lugar= en el mundo en desarrollo humano en 2016, y sus Ãndices de democracia, los cuale= s lo sitúan en la gran mayorÃa de las publicaciones y estudios importantes com= o el paÃs más libre y con el mayor respeto a los derechos civiles en el orbe. = Un logro que, de forma inequÃvoca, habla de nuestras asignaturas pendientes.<= o:p>
· &n=
bsp;
El porcentaj=
e de
la nación desprotegido incluye a más de 300,000 discapacitados, el 45% de=
la
fuerza laboral que compone el nivel informal, los 450 desempleados de un
plumazo y, para más inri, el desplome de una economÃa que ya venÃa mostr=
ando
una inquietante desaceleración.
· &n=
bsp;
Y, finalment=
e,
tras más de ciento veinte dÃas, no se conoce un plan de reactivación
consensuado y viable. El estado de
alerta en manos del Estado no se ha traducido en capacidad, rumbo, transpar=
encia
y liderazgo. El temor al futuro n=
o se
puede esconder. La sociedad istme=
ña está
en ascuas.
· &n=
bsp;
Que la crisis
del Covid-19 tome ventaja de un equipo humano de salud abatido y limitado.<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'>Â SerÃa un elemento adverso de proporci=
ones
imponderables.
· &n=
bsp;
Que la pande=
mia
deje al paÃs en una postración tal que le tome una cantidad de tiempo en
extremo larga, lo que implicarÃa severos retrocesos en cuanto a justicia
social, desarrollo humano y progreso económico.Â
· &n=
bsp;
La condición
deplorable antes anotada podrÃa traducirse en desconcierto nacional, convu=
lsión
extendida y problemas de gobernanza. No se podrÃan contener incontenibles
estallidos sociales. El paÃs est=
á listo
para una revuelta social de imponderables consecuencias.Â
· &n=
bsp;
Los planes d=
el
paÃs ya aplazados conducirÃan a un escenario de desventaja comparativo y =
podrÃa
dañar severamente el aparato productivo nacional, incluyendo la adopción =
de
fórmulas laborales antiobreras, las cuales nun=
ca han
dejado su ser germinal.Â
· &n=
bsp;
El sistema
educativo, por la falta de recursos y de brújula estratégica podrÃa conv=
ertirse
en un factor de riesgo superlativo. No
es viable en esta época de singularidad tecnocientÃfica que ya habla de
inteligencia artificial, robótica, fotocopiado en tres dimensiones, inclui=
da
copia de carne de res, los negocios electrónicos de última generación y =
turismo
aeroespacial, que la formación de la población del paÃs esté de espalda=
a esa
realidad.Â
· &n=
bsp;
De igual man=
era,
un pueblo sin salud no podrÃa emprender la proeza bio-pisco-social de su p=
ropio
desarrollo como paÃs.
· &n=
bsp;
La gestión
pública no puede olvidar a quién se debe, todos sus actores deben empinar=
se por
encima de sus debilidades y hacer crecer el porvenir nacional. De poco servirán las excusas. Podemos ser la causa de nuestro desarr=
ollo
integral o, por el contrario, el ancla que nos confine en la oscuridad y el
desaliento. El paÃs de clase med=
ia que
era Panamá podrÃa tirarse por la borda, en particular, si asuntos como la
Seguridad Social no encuentran una solución legÃtima, consensuada y viabl=
e. Una Seguridad Social en bancarrota, en=
el
caso de Panamá, serÃa el principio de una pandemia social y humana que de=
jarÃa
a la del coronavirus como algo minúsculo.=
Â
· &n=
bsp;
El Banco Cen=
tral
Europeo, destinó $ 750,000 millones para la reconstrucción post- Covid de la comunidad europea. En América Latina, nadie ha dispuesto=
un Plan
Marshall de esa envergadura. Pana=
má,
como todo su vecindario hemisférico, deberá gestar su propia reconstrucci=
ón. Nos tocará usar con corrección y
escrupulosidad cada céntimo. El =
peligro
es la opacidad y la falta de compromiso de la llamada clase gobernante,
polÃticos y empresarios que se comportan como cleptócratas, a ciencia y
paciencia de algunos gobernados, que prefieren ver el panorama desde el Pue=
nte
de las Américas.
· &n=
bsp;
El peligro
latente es que se termine introyectando una suerte de fatalismo situacional=
, la
certeza de ser un oasis de impunidad y nula rendición de cuentas. Si miramos a Latinoamérica, veremos q=
ue somos
zona de tolerancia a la corrupción.Â
· &n=
bsp;
Con estas
prácticas tan adversas y patógenas, es de peligro que la catástrofe de l=
a pandemia
nos encuentre enzarzados en luchas intestinas.Â
Ojalá las redes sociales impidan el avance de esta canallocracia.
· &n=
bsp;
Dicen que los
triunfos tienen miles de padres, más los fracasos son huérfanos. Una falta de acierto quedará buscando
culpables. Ahora, un liderazgo
decreciente, no le hace bien al frente anticrisis. Un timonel desacreditado, como está
ocurriendo ahora mismo, serÃa lo peor que podrÃa pasar, máxime ahora que=
está
en ciernes la invención de una vacuna.Â
El prestigio cientÃfico de virólogos y epidemiólogos panameños, =
puede
ser un enlace cardinal para la consecución de esta. El consorcio de
Investigación de la vacuna de la Covid- 19 de =
Panamá
(COVACS) constituye una avanzada promisoria.Â
El interés del Ejecutivo es también un oportuno espaldarazo. Ojalá no se malogre esta gestión.
Balance y perspectivas sociales
Crisis social
Un balance, de salida nos remite a cómo, en momentos relativamente
recientes, se han vivenciado experiencias catastróficas. Vienen a la mente=
las
guerras mundiales comprendidas entre 1914 y 1945, con sus más de sesenta
millones de muertos y bolsones de destrucción y anarquÃa, amén de subsig=
uientes
calamidades de mayor o menor impronta, como la Guerra de los Balcanes, la
invasión de Irak, el etnocidio en Ruanda, la epidemia del VIH- SIDA, el
accidente de Chernóbil, y otras angustias colectivas. Con todo, apretando =
los
dientes y con resiliencia, se habÃa llegado a experimentar la sensación de
control y predicción. El drásti=
co encono
de tales procesos si bien impactó la composición de grupos, las formas de
ejercicio del diccionario del poder, la estratificación social, la cultura=
y la
comunicación de masas, no llevaba a abrigar temores de arribo de nuevos
episodios tan virulentos.
Confinamiento y salud mental
La parálisis de la actividad económica, la cla=
usura
de centros educativos y el confinamiento de toda la población durante sema=
nas
ha supuesto una situación extraordinaria y con múltiples estÃmulos gener=
adores
de estrés. Durante el confinamiento, los dos factores que más afectan al
bienestar fÃsico y psicológico fueron la pérdida de hábitos y rutinas y=
el
estrés psicosocial, de acuerdo con el primer estudio que analiza el impacto
psicológico de la cuarentena por COVID-19 en China (Wang, Pan et al., 2020=
).
El abandono de hábitos durante el confinamiento y el establecimie=
nto
de otros poco saludables (p.ej. malos hábitos alimenticios, patrones de su=
eño
irregulares, sedentarismo y mayor uso de las pantallas), pueden derivar en
problemas fÃsicos. Las condiciones que acompañan a una pandemia incluyen
distintas fuentes de estrés para las personas.Â
En Alemania y España, se han multiplicado las estadÃsticas de viol=
encia
doméstica.
Grupos sociales
La inteligencia social, de todos los estamentos,=
fue
estremecida. Los sectores de meno=
res
ingresos ratificaron sus carencias y escaso poder de toda Ãndole: social,
educativa, adquisitiva y polÃtica. En un
abrir y cerrar de ojos, de forma vertical, quedaron sujetos al Estado de
Emergencia Nacional (nos tratan como súbditos, no como ciudadanos, rezonga=
ban
impotentes algunos). En su gran m=
ayorÃa,
millones de personas, fueron confinados, manu
militari, al modo totalitario chino, sin contar con los medios. La
población, tres cuartos de la población del paÃs, pasó a depender de lo=
s magros
recursos de que disponÃa y mal administraba el Gobierno Central. Las redes sociales pasaron a convertir=
se en
la dimensión de resistencia social.Â
Aunque al principio se asimilaron las normativas de cuarentenas, cer=
cos
y toques de queda, con el paso de los dÃas, empezó a cundir el desánimo =
y la
ignorancia de las medidas impuestas. La
furia ciudadana, esta vez multiclasista y multidimensional, como la pobreza=
y
la desigualdad. Ahora, como señala el economista serbio- estadounidense, <=
span
class=3DSpellE>Branko Milanovic, el =
;problema
de la desigualdad es que los que mejor se ocupan de ella son los que la est=
án
disfrutando. Es imperioso consignar que, como señaló Dayanara Salazar,
coordinadora de programas de salud de la ONU para Panamá, el pasado 15 de
junio, son las mujeres quienes están cargando las tareas del cuidado del h=
ogar.
Las mujeres en Panamá están cargando con "el peso" de la pandem=
ia al
tener una marcada presencia en el sector de la enfermerÃa y afrontar un au=
mento
de las horas destinadas al cuidado del hogar a causa de las medidas de
confinamiento, resaltaron al presentar un informe del organismo mundial.
Liderazgo y gobernanza
            Co=
mo en un caso de
libro, la heterogénea población nacional, fue compelida a respetar práct=
icas de
mecánica estatal anti- Covid 19 de forma
desigual. A unos se les reclama q=
ue
enfrenten el peligro sin medios. =
Son
miles las protestas efectuadas por pobladores, trabajadores, amas de casa,
asociaciones de pacientes, marginales e indigentes, evidenciando su angusti=
a y
necesidad. Estos reclamos son un =
ejemplo
de dignidad y amor a la vida, ante un orden social precario, inclemente y
cruel, dada su incompetencia. Los
rostros y miradas de los manifestantes, sobre todo de damas, comprueban lo =
que,
desde hace décadas se sabe, de poco o nada sirven las proclamas, la retór=
ica y
la mÃsera arrogancia de los conductores.
Seguridad Social
            =
span>Una suerte de daño colateral, aunque en verdad =
tiene
ribetes gravemente dañosos, es la gestión de la Caja de Seguro Social, una
pieza crucial del Estado Panameño. La recurrente postergación de la soluc=
ión
del problema de su sostenimiento financiero-actuarial se ha vuelto a repeti=
r en
lo que va del quinquenio correspondiente a la administración del gobierno
Laurentino Cortizo.Â
Este desatino, agravado por las consecuencias de la pandemia de
Covid-19, podrÃa poner en peligro al conjunto de la sociedad panameña.
Conclusiones
        =
    La problemática analizada referida al Covid-19 =
en
sus distintas vertientes, permite colegir las siguientes conclusiones:
· &n=
bsp;
Panamá es u=
na
colectividad que, tras 200 años de existencia, podrÃa pensarse que, de fo=
rma
acumulativa, debió conformar un todo amigable con su población. Sin embargo, debe decirse, que la utop=
Ãa de
una idÃlica sociedad provechosa para todos, con plena humanización que,
concibió Tomás Moro, estuvo lejos de darse.Â
Las cosas ocurrieron como podÃan pasar.
· &n=
bsp;
En la evoluc=
ión
de la nación panameña, se pueden distinguir dos periodos: de anexión a C=
olombia
(1821 – 1903) y, el republicano (1903- al presente). En lo tocante al periodo republicano, =
se
pueden trazar dos fases: previas a 1968 y posteriores a 1968. En este lapso, incluso es factible dis=
tinguir
la era previa a la invasión estadounidense del 20 de diciembre de 1989 y, =
la
posterior, a ese violento trauma en la historia patria.Â
· &n=
bsp;
La edificaci=
ón
de un paÃs próspero ha recaÃdo en manos que, en términos prácticos, mo=
straron
las siguientes propensiones. Primera, no estaban orgánicamente conectadas =
al
interés de las mayorÃas. Segund=
a,
gobernaban en función de su agenda estamental. Y, por último, incurrieron=
en
errores que dieron al traste con sus intenciones.Â
· &n=
bsp;
Tras la terr=
ible
constatación de los efectos de la pandemia, se tiene la oportunidad de hac=
er
una transformación del paÃs. Los
factores sanos y energizantes del Istmo pueden empezar a armar el nuevo mod=
elo
de paÃs. Hay asuntos de imposter=
gable
atención. Un sistema único y un=
iversal
de salud, salvar la Seguridad Social, un sistema único y universal de educ=
ación
(capaz de salir con altas calificaciones en la Prueba PISA), generar una
estrategia de salvación nacional en materia económica y social, una nueva
constitución que de veras fomente un liderazgo inteligente e idóneo, un s=
istema
de justicia sabio y de interés democrático
· &n=
bsp;
Acometer la
conformación de un nuevo paÃs pasa por entender que la cruzada contra la
Covid-19 deberá un generar un plan agresivo y completo de rescate de la
economÃa y de la sociedad.Â
· &n=
bsp;
Charles Piller, en la revista estadounidense Science del 16 de julio del=
2020,
afirma. "En cuatro meses de la epidemia, recolectando millones de
registros, nadie en California o en los CDC [Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades] ha realizado la epidemiologÃa
básica". Otros estados tampoco pueden compartir información alt=
amente
especÃfica para sus casos de COVID-19, que algunos cientÃficos advierten =
que
está obstaculizando los esfuerzos para identificar medidas especÃficas que
podrÃan detener la propagación del SARS-CoV-2 sin bloqueos a gran escala.=
 Con toda seguridad, Panamá adolece de=
esta
limitación.Â
· &n=
bsp;
El empeño de
reconstrucción nacional deberá hacer mucho con poco. Se impone la pulcritud en el manejo de
fondos, ante la frecuente denuncia de fraude y otros desmanes deshonestos.<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'>Â Es clave que el Estado recupere su
credibilidad y, más aún, refuerce su rol de agente promotor de la soluciÃ=
³n.
· &n=
bsp;
El camino a
seguir en todas las áreas de la gobernación está plagado de minas
antipersonas. El pueblo deberá m=
eter en
cintura la maquinaria del Estado.Â
· &n=
bsp;
Deben supera=
rse
estas trabas perceptuales casi atávicas, si se desea emprender la regenera=
ción
de la república. No se trata de =
un
interés mezquino o intolerante, sino de que Panamá debe ser gobernado por=
la
ciencia, las leyes, la ética y la justicia.  La nación debe aspirar a la excelencia=
y no lo
podrá hacer con figuras cortas de miras.Â
Por ejemplo, ¿cómo se explica que tras 30 años de gobiernos
post-invasión Panamá sea uno de los más caros de la Tierra y, consistent=
emente,
posea la peor redistribución del ingreso de América y del mundo? ¿Que Panamá parezca un paÃs ocupado=
, un
enclave, en manos de plutócratas y gobernantes sin talento ni escrúpulos?=
 ¿Cómo es posible que en pleno desast=
re de la
pandemia estén pensando en expoliar los magros recursos del erario? Que a ratos parezcan ratas que desean
aprovecharse de los últimos recursos de un barco que se hunde. Panamá deberá aprender la lección.<=
span
style=3D'mso-spacerun:yes'> Se requiere saber que hay un capitán,=
como
reclama la APEDE. Un timonel resp=
etado y
respetable que contagie la idea de que se tiene un rumbo.
· &n=
bsp;
Vez tras vez=
se
indica que vamos hacia el despeñadero, que hay personas que no tienen que
comer, pero el oficialismo, de forma monorrÃtmica, se limita a un discurso=
de
triunfalismo y de intolerancia incomunicante. Es un muro de piedra que no quiere esc=
uchar
malas noticias.Â
· &n=
bsp;
La educació=
n, la
salud, el empleo, la necesidad de un sistema de justicia idóneo y el desar=
rollo
nacional son materias cruciales e impostergables. La crisis del Covid-19 se ha agravado =
por la
conducta errática de gobiernos, que han privilegiado las razones de Estado=
o
polÃticas en lugar de las obligadas de la ciencia.
· &n=
bsp;
El masivo y
sistémico atraso cientÃfico y tecnológico de Panamá, como nación al ma=
rgen de
logros individuales de figuras de singular proyección dentro y fuera del
territorio nacional, reclama redoblar esfuerzos en tal sentido. Se impone un Plan de Renovación
Tecnológica. SerÃan incalculabl=
es sus
efectos y beneficios. La conducta=
reacia
de muchos a guardar las medidas de protección ante el coronavirus tiene qu=
e ver
con el desigual nivel educativo de la población panameña. Algo claro, pues si no se hace ciencia=
en
proporciones amplias, ello tampoco resonará en el cuerpo social y la educa=
ción. El simple examen de los mensajes en la=
s redes
sociales revela ignorancia supina, injustificada prepotencia y craso poder
analÃtico. Ausencia de pensamien=
to
crÃtico y complejo. El bombardeo de las redes sociales es el imperio del a=
traso
y la tozudez desinformada. Obviam=
ente,
he aquà una labor que hacer. Sin=
cultura
ni poder investigativo, es obvio que el pueblo es carne de cañón de todo
manipulador e improvisado.
· &n=
bsp;
El 20 de jul=
io
de 2020 empezaron las clases con un esquema a distancia de múltiples
modalidades y medios. Una de las =
áreas,
junto a otras de beneficio social, los bonos digitales utilizando la cédul=
a de
identidad personal, donde el paÃs imaginó un manejo plausible de la tecno=
logÃa.
Panamá, sin embargo, requiere un nuevo estado-nacional. Asà como Google e=
IBM,
están desarrollando un ordenador cuántico de gran poder, asà mismo debe =
hacer
Panamá con su sistema polÃtico, económico y social.
· &n=
bsp;
Otro desafÃo
monumental en esta crisis, como ya se ha destacado, tiene que ver con la Ca=
ja
de Seguro Social. Una entidad que=
, sà no
se actúa con presteza y visión, sencillamente colapsará.Â
· &n=
bsp;
Un memorial a
las vÃctimas es imprescindible pero no será suficiente. Asà como el tema de la muerte llevó =
a Mozart
a componer la fastuosa Misa de
Réquiem en re menor, K. 626, considerada como la=
obra
más transcendental del genial compositor austriaco y de la historia de la
música, asà mismo las decenas de fallecidos por la pandemia deben conduci=
r a
Panamá a producir una proeza social y humana inédita, sin precedentes.
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DOI:
https://doi=
.org/10.37387/ipc.v10i3.323
=
Picota.
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.org/10.37387/ipc.v10i3.323
Invest.
Pens. Crit. (ISSN 1812-3864; eISSN 2644-4119)
Vol. 10, No. 3, Septiembre – Diciembre 2022. pp. 18=
-27
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.org/10.37387/ipc.v10i3.323
ArtÃculo
CientÃfico